Echando raíces más allá de todo, “más qhochalos que el mote”
Para hacer conocer su amor por Cochabamba e identificarse con este departamento, muchos aseguran que son “más qhochalos que el mote” y es que este alimento es esencial en varios platos típicos de esta región.
Enamorados por el clima, la ciudad y la amabilidad de la gente, que se sumaron a los logros deportivos que consiguieron como representantes vallunos, varios deportistas decidieron radicar en este departamento e identificarse como cochabambinos.
Eduardo Villalón, exjugador de Wilstermann, dice que luego de 45 años en el país se identifica como “más qhochalo que el mote”.
Villalón llegó al cuadro cochabambino en 1974 y fue parte del equipo más emblemático que tuvo el Aviador en 1980 cuando llegó Jairzinho.
El jugador de origen chileno señala que va poco tiempo a Chile y en esos días en los que está en su país, extraña la Llajta.
Villalón agradece el cariño de la gente y asegura que luego de más de 40 años en Cochabamba no se imagina otro lugar para vivir mejor.
Las historias de los futbolistas se repiten en cierta medida y es que al llegar a alguno de los clubes cochabambinos, Wilstermann o Aurora, sentir el cariño de la hinchada o tener sus mejores momentos a nivel profesional son razones por las que más de uno busca la forma de quedarse en Cochabamba.
El uruguayo David Díaz es uno de los jugadores que en determinado momento expresó que le gustaría quedarse en la Llajta junto a su familia.
Díaz llegó a Wilstermann en 2014 y militó en ese equipo hasta el año pasado. Con el cuadro cochabambino fue campeón en dos oportunidades, en 2016 y 2018.
Pese a no haber sido fichado por un club a principio de esta gestión, decidió volver a Cochabamba y tuvo la oportunidad de sumarse a las filas de Aurora.
Como él, son varios jugadores que hacen conocer sus deseos de terminar sus carreras futbolísticas en Cochabamba para luego quedarse a vivir. Marcelo Bergese, Serginho y Alex Silva son algunos de los futbolistas que contaron sus planes a futuro.
Existen muchas razones por las que un extranjero decide quedarse en esta tierra, y en algunos casos fue el amor que los llevó a quedarse.
El entrenador del club Olympic, Alejandro Giménez, señaló que se quedó por Claudia Pavisic, su esposa.
“Al momento de ponerlo en la balanza, el clima de Cochabamba, esto de que hace muy poco frío, a mí me gusta mucho. Además de la cercanía, en Cochabamba uno está a 10 minutos de todo lado”, aseguró.
Giménez llegó a Cochabamba hace 16 años para jugar un torneo internacional de voleibol, pero decidió quedarse.
El argentino señaló que tiene muchos logros deportivos como voleibolista y como entrenador, un motivo más que se suma a su decisión de permanecer en Cochabamba.
La Llajta encandila a mucha gente y no sólo son extranjeros los que deciden quedarse en esta ciudad, también algunos bolivianos que nacieron en otros departamentos.
El entusiasmo al referirse a Cochabamba como “su tierra” es evidente y expresa el cariño, la pertenencia que sienten. La tiradora Jessica Velasco asegura que es orureña, pero que es más cochabambina que cualquiera, además es wilstermannista “a morir”.
La deportista reconoce que extraña estar en Cochabamba cuando tiene que salir competir o a entrenar en otro país.
Velasco representa a Cochabamba y señala que cuando va a alguna competencia internacional asegura que es qhochala.
Las historias se replican entre varios deportistas que por muchas razones dejaron su país y eligieron a Cochabamba como el lugar que los cobijó y donde esperan quedarse.
APUNTE
“Es un buen lugar para vivir”
“Todo queda cerca”, “es seguro y tranquilo”, “tiene lindo clima”. “la comida es variada, puedes probar lo que quieras” son algunas de las características que expresan los deportistas al momento de ser consultados sobre el motivo por el que se decidieron a Cochabamba como la ciudad en la que radicarán.
En el departamento, muchos deportistas del interior y exterior del país se han convertido en referentes del deporte cochabambino que destacan en varias disciplinas.
APUNTE
“Llevo más de 40 años, no me voy más”
El jugador de origen chileno Eduardo Villalón vive en Cochabamba desde hace más de 45 años y asegura que es “más cochabambino que el mote”.
“Primero que cuando vine en una temporada, ya conocía Cochabamba, La Paz, Oruro y Sucre. Vine en una gira y ya conocía Cochabamba, así que cuando me fueron a buscar para venir como refuerzo a Wilstermann, no lo pensé dos veces. Llegué en marzo de 1974, vine con contrato por un año y ya llevo más de 40 años”, dijo.
Villalón asegura que luego de unos años, “conocí una chica, me casé, tuve mis hijos y hasta el día de hoy no me voy más”.
El exfutbolista destaca que el cariño del hincha wilstermannista permanece con él hasta el día de hoy.
“Cuando voy a Chile, no voy más de una semana porque echo de menos a Cochabamba. Sentir el cariño del cochabambino para mí ha sido muy especial, así que ya me quedé y aquí me voy a quedar para siempre”, aseguró el exjugador.
“Soy cochabambina y wilstermannista”
La tiradora Jessica Velasco se considera una cochabambina más. La deportista de origen orureño detalla que sólo estuvo los primeros años de su infancia en su tierra natal, luego se vino a Cochabamba.
“En realidad nací en Oruro, después de eso me vine a Cocha, enamorada de Cochabamba y represento a la Asociación de Cochabamba. Yo soy cochabambina, hincha del Wilstermann a morir”, señala.
Jessica asegura que además come “como cochabambina”, encandilada por la gastronomía tradicional.
Si bien es boliviana, la tiradora asegura que Cochabamba es una ciudad hermosa, tiene “el clima perfecto”.
“Me encanta todo de Cochabamba, la gente, no sé cómo describirlo porque me gusta todo. Voy a otras partes del mundo, pero no sabes cómo extraño mi Cochabamba”, detalla.
La tiradora representó a Bolivia en los Juegos Suramericanos que se realizaron en Cochabamba, el año pasado, y consiguió la medalla de plata en la modalidad trap con escopeta, dejando así en claro que como local en esa competencia no dejó pasar la oportunidad para conseguir una presea.
Para Jessica, “el cochabambino nace donde quiere”.
Alejandro Giménez: “El clima que hay es similar al paraíso”
Alejandro Giménez, actual entrenador del club Olympic señala que decidió quedarse en Cochabamba por el ambiente proactivo que encontró en el club donde también conoció a su esposa, Claudia Pavisic, y con quien tiene dos hijos, Pía y Luka.
“Al llegar en 2003, encontré un ambiente para trabajar, sumamente proactivo. Los dos primeros años (2003 y 2004) ganamos las ligas superiores en varones y a partir de allí decidí quedarme porque sabía que en el Olympic iba a hacer cosas que jamás podría haber hecho en cualquier otro lugar del mundo”, asegura.
Giménez señala que el voleibol en Bolivia le permitió dirigir en torneos sudamericanos de clubes campeones, mundiales y Juegos Olímpicos de vóley playa, además de actualmente dirigir la selección nacional femenina .
“Dirijo la selección del país donde nacieron mis mellizos y al cual elegí como mi país”, añade.
Con más de cinco ligas superiores obtenidas y más de 10 las ligas juveniles, Giménez dice que “no lo podría haber hecho en ninguna otra parte del mundo, ni siquiera en otra ciudad del país, porque el tipo de clima que hay aquí es similar al paraíso”.
Díaz: “Lo que hay en Cochabamba no hay en otra ciudad”
El defensor central de Aurora, David Díaz, guarda un cariño muy especial por Cochabamba debido a que en esta ciudad comenzó su naturalización y es el lugar en el que nació su hija, Emilia.
“Decidimos volver por la tranquilidad de una ciudad muy linda, seguridad y demás. Desde que estoy acá nunca he tenido ningún problema. Ella (por su hija) es una cochabambina más, la verdad es que cuando la tuvimos se portaron muy bien. Agradecido con la gente de Cochabamba, por lo que es Cochabamba en sí”, asegura.
Las características que tiene la ciudad en cuanto a seguridad, tranquilidad y calidad de ciudad son reconocidas por Díaz, que vive en la Llajta desde hace cinco años.
“Soy un cochabambino más, hice mi naturalización en Cochabamba. Los años que he estado en Wilstermann y en Aurora, la gente me ha expresado un cariño único”, afirma.
David estuvo en Santa Cruz y Oruro, pero reconoce que “lo que hay en Cochabamba no hay en otra ciudad”. Junto a su esposa, Alejandra, y su hija, Emilia, tienen además un negocio de venta de mates, lo que también fue un adicional para volver a Cochabamba.