Karateca se recupera tras sufrir con coronavirus
Eddy Cramer Beltrán (2do Dan en Karate) vence con intrepidez otra adversidad que se le presentó en la vida. Esta vez la pelea es más laboriosa que las anteriores, porque al frente tiene nada más y nada menos que a la Covid-19, el enemigo invisible que está haciendo estragos en el mundo; sin embargo, lo está superando con fe en Dios y fortaleza.
¿Cómo y cuándo comenzó todo?
El primer síntoma fue el dolor de cabeza. Eso comenzó el lunes 8 de junio, pero tres días antes mi mamá había tenido algunos síntomas. A raíz de eso la llevamos al hospital Solomon Klein para que pudieran valorarla; sin embargo, el médico le dijo que sólo era un resfrío. En vista de que el cuadro empeoraba, mi hermana Helen, que es médico internista en Buenos Aires, Argentina, insistió en que se le realice el primer análisis rápido de sangre, que salió negativo a la Covid-19.
Con el aumento de los síntomas: escalofríos, mayor dolor de cabeza y malestar muscular muy fuerte en la espalda, fiebre, algo de tos y un poco de disentería, dentro los primeros cinco días, comencé a tomar medicamentos y consumir hierbas naturales. Fueron cinco días con molestias no tan graves.
¿Cuál fue su reacción al saber que se había contagiado del virus?
El preguntarme dónde me había contagiado fue la primera interrogante. Asimismo, la preocupación al ver que mi mamá estaba decayendo, y que esta situación podía ampliarse al entorno de la familia, me inquietó mucho más.
¿Cuál fue el momento más crítico en el proceso de recuperación?
Luego de los primeros cinco días la fiebre fue subiendo. Entre el día 6 al 12, las dolencias musculares fueron más fuertes, perdí el sentido del gusto, no podía percibir los olores, estaba sin fuerzas y tuve un decaimiento bastante poderoso. A ello se sumó la pérdida de apetito, dolor en el pecho y a momentos me faltaba un poco el aire. Esos elementos hicieron que mis defensas bajaran y que me preocupara bastante.
¿Qué medicamentos está tomando?
Al comenzar con las molestias empecé a tomar la medicación para sintomático respiratorio, que consta de paracetamol o ibuprofeno, omeprazol, azitromicina, cardioaspirina. Después de días sin mejora evidente, tomé una dosis de ivermectina de acuerdo a mi peso.
Se sumaron a ello los baños de manzanilla, eucalipto y mentisan; tomé mate con tres dientes de ajo, con una cuarta cebolla, tres limones, un pedazo de jengibre, cinco hojas de eucalipto hervido en dos litros de agua, acompañado de miel y cinco gotas de propóleo.
De igual manera, tomé matico (hojas de un árbol que pertenece a la familia de la pimienta) con wira wira. Además, ingerí vitamina C en diferentes presentaciones (efervescente, tabletas, polvos) y vitamina D una sola dosis. Ya por el día 12 seguía con los malestares y fiebre muy alta.
El sensei (maestro de kárate) Gerónimo Pacheco se contactó conmigo y me sugirió que tome el dióxido de cloro; me trajo un frasco y me dio las indicaciones para poder seguir el tratamiento. A partir de ese día dejé de consumir los otros medicamentos y consumí sólo eso; percibí una mejoría muy importante, bajaron las molestias y la fiebre, y hasta la fecha sigo tomando el dióxido de cloro en dosis bastante pequeñas para no tener un rebrote del virus.
¿En la etapa crítica de su recuperación qué pensaba, qué sensaciones tenía?
Bueno, al haber tenido operaciones anteriores sentía un poco de miedo. En 2002 tuve un accidente, ya que salí expulsado por el parabrisas del auto y el mismo cayó encima de mí, aplastando todo mi cuerpo. Me llevaron al hospital estando poco consciente y me realizaron una operación para estabilizarme la columna y las caderas, ya que el politraumatismo originó un estallido de la vértebra lumbar L4, fractura de pelvis con desplazamiento sacroiliaco, shock hipovolémico, hematoma lumbosacro importante y herida en el perineo. Me intervienen y estando en el hospital me hicieron la cistotomía y colostomía.
Efectué muchos tratamientos de recuperación, el más importante con el galeno Walter Montan Tórrez, quien logró la rehabilitación de neurofisoterapia para poder volver a caminar, luego me sacaron las placas de la columna y me restituyeron la cistostomia y la colostomía; fueron varios años de recuperación.
El año 2017, me detectaron líquido en los pulmones, ya que el diafragma que separa los intestinos de los pulmones se había debilitado y separado de la parte derecha, lo que hizo que todos mis intestinos se subieran a mis pulmones y los colapsaran, razón por la que me faltaba el aire. Es así que me sometí a la novena cirugía, en la cual me pusieron una malla para poder realizar la separación de las dos cavidades: abdominal y pulmonar. Fue una etapa difícil, pero la superé.
Creo que el apoyo de los familiares, amigos, la fe en Dios y la fortaleza interna, son los pilares fundamentales para salir de cualquier enfermedad.
¿Se recupera en casa?
Si me recupero en casa ya que no se agravó mi situación, porque considero que actuamos a tiempo y no requerí de un respirador, por eso me quedé en mi domicilio para continuar con la rehabilitación.
Acudimos a los hospitales, pero al ver que los mismos estaban colapsados y no lograron atendernos sólo pudimos conseguir un espacio para mi mamá, ya que estaba muy afectada y requería oxígeno.
Por ello, es que decidimos continuar el tratamiento en casa, pero de manera responsable.
En mi familia contrajeron el coronavirus mi mamá, mi papá y yo, mi hermana Katherine y mi hermano Eivind no presentaron síntomas a la fecha.
El Sedes no efectuó el seguimiento ni para preguntar si mi mamá estaba hospitalizada o si mejoró, tampoco averiguó quiénes más en la casa presentaron síntomas. Si no era por la tomografía que le hicieron a mi madre, en el que se detectó la afección pulmonar que tenía, no hubiéramos actuado a tiempo, porque los resultados del hisopado llegaron muy tarde. Ahora los tres estamos en franca recuperación.
¿Qué le puede aconsejar a la gente tomando en cuenta la experiencia que pasa?
La prevención y tener el organismo bien fortalecido es súper importante. En caso de tener los síntomas de la Covid-19 tienen que actuar inmediatamente para frenar la enfermedad. Considero que muchas personas piensan que los síntomas van a ir desapareciendo; no obstante, los días pasan y luego existe contaminación pulmonar y, por ende, requerimiento de oxígeno. Así que es muy importante actuar en cuanto uno perciba algún síntoma.