A 20 años del premio reeditan “La vida me duele sin vos”
Capítulo 1
“Tú eres un hombre que duele a la gente”, le había dicho una señora Plá temerosa (no habitual), dejando silbar las palabras entre los dientes, como si Danielito Estofán (“sociólogo, mucho gusto”) no lo supiera. ¡Cuántas veces, apenas el silencio llegaba con el humo de los infaltables cigarros, bastaba con que pegaran un brinco al costado del cansancio húmedo de sus cuerpos desnudos para advertir que lo sufría bíblicamente con una punzada bajo las costillas! Sería por eso que, como tratando de explicarse algo, ella detenía la mirada resignada en cualquiera de los grandes espejos que siempre forran los cuartos de los moteles. Por supuesto que entendió desde un principio que él era el motivo de su. En fin. Aún se recordaba en el club aquella lejana tarde en que Plá comentó (públicamente, sin necesidad) que Daniel era muy lindo los primeros quince días. Claro que lo lindo suyo y lo lindo de ella y lo lindo de ambos duró más, casi un año, pero aunque él argumentara una y otra vez sobre sí mismo mientras masticaba coca, hasta llegar a creer que era real la trama enredada de idas y venidas que le servían para dejar turulato a cualquiera, Plá y Daniel, él y ella, sin ninguna palabra mediadora entre la agudeza de una y los pelos en punta del otro, sabían que, si bien él no era del tipo cojo que echa la culpa al empedrado, menos a la infancia de mierda, acabaría nomás con los años vestido de pijama, tomando sol en un patio de cemento, grande y desolado, munido de un garrote contra los niños y los perros, loco y renegado del tun tun de las cosas en esta vida.
“...que duele a la gente”.
No había dicho nada más que eso aunque parecía suficiente para una muestra cabal de mi sangre. Yo no sabía esa cruel verdad con sus palabras, pero la sabía de todas formas; quiero decir que la sabía sin palabras seguramente para que me doliera menos. Pero así era Plá llegado algún raro momento. “Tú eres un hombre que duele a la grandísima gente”, había repetido enojada y yo empecé a sufrir curiosamente por la anónima gente más que por la conocida. Luego, debido seguramente a mi horrible oficio basado en lo obvio (“sociólogo, mucho gusto”), esperé que fundamentara.
Ella chitón.
Yo recapacité: ¿Los del club sentirán lo mismo?
Sentada sobre la cama, envuelta en una sábana tan delgada como el hilo que sujetaba todo, frente a su propia y pálida cara reflejada, sin embargo Plá dijo más: “Dueles a los que vencen la tentación de odiarte. Contigo son dos cosas: zig o zag. Si yo elegí zig, es a los zig que les duele tanto. Todavía no te odio, pero debe faltar poco”.
NOVELA
Edición conmemorativa de la editorial Kipus
Este año se cumplen 20 de la entrega del primer Premio Nacional de Novela. La obra “La vida me duele sin vos” de Gonzalo Lema Vargas fue la ganadora.
Esta obra, la quinta novela del autor, cuenta la historia de Daniel Estofán (“sociólogo, mucho gusto”) que no tiene la capacidad de amar y su relación con otros intelectuales.
En este 2018, el Grupo Editorial Kipus publicó la edición conmemorativa.