Maque Pereyra: La expansión del movimiento y la conciencia creativa
Combinar el yoga con el reggaetón no parece ser compatible, pero la bailarina Maque Pereyra lo hizo y ahora esta fusión lleva el nombre de Yoggaton. Yoggaton es una práctica de movimiento cuyo objetivo es el trabajo físico, espiritual, emocional y mental a través de series de ejercicios que reúnen asanas y principios espirituales de yoga, espiritualidad andina, ejercicios de imaginación, ejercicios de fitness y “perreo”.
Yoggaton ofrece la posibilidad de un trabajo aeróbico intenso así como de enfocarse en la autosanación y el empoderamiento personal a través del desarrollo de la conciencia y fuerza física, el placer y la sensualidad, explica Pereyra, quien hace unas semanas está de regreso en Bolivia, después de hacer una maestría en Berlín, Alemania.
Pereyra estuvo en Cochabamba la semana pasada en el espacio LosQueEstamos y se prepara para continuar en Sucre.
“Tengo ya confirmado el taller”
‘La salida es a través. Componiendo desde el Ukhupacha’. El taller está orientado a identificar, analizar y trabajar desde los elementos de la práctica artística de cada participante para potenciar la conciencia creativa y las herramientas de análisis y composición orientadas a la producción artística de autor”, explica la bailarina. La artista estará en La Paz el 5 y 6 de mayo de 13:00 a 16:00 en la Sala Play y en Sucre el 19 y 20 de mayo en la sala Radar y La Guarida. Para estar al tanto de cualquier actualización se puede revisar el evento de Facebook Yoggaton en Bolivia.
Trabajo de “solos” en Berlín
Pereyra acaba de terminar un máster que comenzó en 2016 en Berlín, Alemania. Cuenta que se decidió por esa maestría por su interés en los procesos personales. “La maestría, como su nombre lo indica SoDA Solo/Dance/Authorship, está enfocada en el desarrollo de un lenguaje desde la práctica artística personal, no únicamente para componer solos, sino para articular la capacidad de transmitir ese lenguaje personal”, dice la artista.
La maestría brindaba talleres y laboratorios donde el foco era trabajar desde una especie de constante “muestra y dí”. Lo teórico y práctico iban a la par, tomando en cuenta que la responsabilidad de encontrar las teorías que nutran la práctica era totalmente del artista. “Así, trabajé bastante con textos de Silvia Rivera Cusicanqui, Gloria Anzaldúa, Verónica Auza Aramayo, bell hooks, Maya Angelou, Grada Kilomba, Sarah Ahmed, y otras autoras principalmente con una orientación feminista decolonial. También habían ponencias sobre perfomance y danza, sobre todo, con una orientación muy política, con mucho debate respecto a la comercialización de las artes y las problemáticas que surgen desde el capitalismo”, comenta.
Procesos
Respecto a los temas que le interesa tocar a través de la creación, Pereyra explica que sus procesos parten de diversas imágenes, sensaciones, intuiciones, emociones, la vida real y virtual, los procesos identitarios, la espiritualidad como herramienta decolonial, las reflexiones sobre lo cuir/queer, los rituales, la recuperación de memorias ancestrales, los procesos de sanación, el amor y la afectividad como herramientas políticas, el feminismo como herramienta de liberación, el movimiento como danza y como generador de imágenes, coreografía y textos.
Desde lo autorreferencial
“Me interesa principalmente entender el Ukhupacha, el mundo de abajo: las emociones, intuiciones, sensaciones, lo inconsciente, las imágenes incomprensibles, lo indomable y componer desde ahí”, dice Maque Pereyra, quien hace tiempo no identifica sus obras como danza en el sentido de una sucesión de pasos o calidades de movimiento. Ella más bien compone con varios elementos coreográficos desde el cuerpo, la voz, el texto y el movimiento que pueden asemejarse mucho al teatro, “pero que para mí no llega a ser teatro tampoco. Mi práctica escénica está igualmente en constante desplazamiento entre mundos”, indica.
A fines de mayo, Pereyra retornará a Berlín, pero no pierde su vínculo con Bolivia y dice que a la danza en nuestro medio le hace falta confiar más en su calidad.
“Hay todavía mucha división interna entre quienes practicamos artes escénicas, claro que en mayor o menor medida dependiendo del ámbito. Circuitos interesantes ya están armados, el trabajo es compartir con más apertura tanto las plataformas de visibilidad como los conocimientos”, dice.