Barbara Rachko habla de su obsesión por el mundo andino
Barbara Rachko es una artista contemporánea estadounidense que está obsesionada con el mundo andino y esto lo refleja en sus obras los últimos 24 años.
Hace un par de años estuvo en Bolivia conociendo y empapándose de la cultura. Actualmente, alista su próxima muestra de la que gran parte se inspiró en el país.
- ¿Por qué decidió esta temática en sus obras?
En 1991, un pariente me envió como regalo de Navidad dos figuras de animales de madera de Oaxaca (México) pintadas en colores muy vivos que me cautivó, y el momento fue fortuito porque había estado buscando una nueva temática para mi pintura. No me tomó mucho tiempo averiguar más sobre Oaxaca y me enteré que es un importante centro artístico.
Comencé a leer todo lo que pude encontrar sobre el lugar. Al otoño viajé nuevamente por dos semanas y así surgió mi aventura y mi interés en coleccionar arte folklórico mexicano. Empecé a armar mi serie de ‘Amenazas domésticas’. Cada vez amaba a su gente, sus paisajes, las culturas antepasadas, su arqueología, su historia, arte, comida, etc.
- ¿Tiene algo que ver con su forma de ver la vida o es el gusto por el color?
Inicialmente, fue el hecho de que estas figuras de arte folklórico abrieron un mundo completamente nuevo para mí. Fui lanzada a una aventura intelectual muy rica y sin fin. Las figuras folklóricas que estaba coleccionando tenían mucho para enseñar y estimularon muchas preguntas sobre las que tenía bastante curiosidad: Quiénes las hicieron, por qué, cómo, qué representaban, qué revelaban sobre la visión del mundo de quien las creó, cómo encajaban con las fuerzas históricas y contemporáneas, etc.
- ¿Qué materiales usa y por qué?
Uso pasteles en papel de lija. El pastel es de los pigmentos más intensos y puros que un artista pueda conseguir. El pastel es un pigmento con un aglutinante que lo mantiene unido. Me permite lograr colores muy saturados, especialmente con las técnicas que he inventado, desarrollado y dominado durante más de 30 años como artista. Me demoro de tres a cuatro meses en cada pintura, aplicando el pastel y entremezclando las capas para mezclar nuevos colores directamente en el papel de lija. Usar el papel de lija como soporte me permite construir de 25 a 30 capas de pastel a medida que lenta y meticulosamente trabajo por cientos de horas para terminar una pintura.
¿Dónde más llevará esta exposición?
En este momento creo que estoy en una etapa en la que me dejo llevar por el trabajo, en lugar de dirigirlo conscientemente. Aún no sé cuál será mi próximo paradero. Mis trabajos han estado en México, en Bali, Sri Lanka, Guatemala, Honduras, Brasil, Perú y otros destinos del sur. Ya veré a dónde ir, ya que todas las experiencias combinadas enriquecen la mezcla que se convierte en la fuente de inspiración de un artista.
El año pasado tuve la oportunidad de ir a Bolivia. En la Paz visité el Museo de Etnografía y Folklore, donde se llevaba a cabo una impresionante muestra de máscaras. Tan pronto como la vi, supe que iba a ser la fuente de inspiración para mi próxima serie: "Bolivianos". Hasta el momento, he hecho cinco pinturas al pastel "Bolivianos" y tengo dos en proceso. Muchas personas han declarado esta serie como mi trabajo más fuerte hasta la fecha y tiendo a estar de acuerdo.
COMENTARIO
“A cada lugar al que voy siempre leo e investigo sobre ello para tratar de entender al máximo el por qué y enamorarme más”.
Barbara Rachko
Artista plástica