Cajías: El periodismo actual tiene menos tiempo para la reflexión
Lupe Cajías se ha convertido en referente del periodismo nacional y recientemente obtuvo el Premio Nacional de Periodismo 2018, otorgado por la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP).
Cajías, periodista desde hace 40 años, escribe para medios como El Tiempo, de Bogotá; Los Tiempos, y Página Siete, sólo para nombrar algunos .
La escritora e historiadora habló con Los Tiempos sobre su trayectoria, su opinión sobre el periodismo nacional y sus futuros proyectos.
-Fuiste acreedora de diferentes galardones en tu carrera como escritora. ¿Qué significa este premio Nacional de Periodismo más para ti?
-El Premio Nacional de Periodismo es el más importante porque tiene una carga muy fuerte. Primero porque es un galardón que impone requisitos imprescindibles, los cuales se someten a un jurado de notables en el gremio. Por otra parte, desde 1989 a la fecha lo han conseguido los mejores profesionales bolivianos. Para mí es doblemente significativo porque también mi padre Huáscar Cajías recibió el galardón; somos el único caso de padre e hija luciendo esa estatuilla.
-A la fecha, hay tres acreedoras mujeres de este galardón, Ana María Romero de Campero, Mabel Azcui y usted. ¿Cómo califica el trabajo y la participación de las mujeres en este oficio, ya que ocupan gran parte de la sala de redacción de los medios escritos a nivel nacional y ejercen esta profesión en un contexto en el que todavía existe el patriarcado?
-Actualmente, la mayoría del personal en una sala de redacción es mujer y cada vez hay más mujeres en puestos directivos, como Luz Marina Canelas en Los Tiempos. Más que el asunto de género, creo que lo más importante es destacar el valor de las personas y de los profesionales. Sin embargo, ejercer el periodismo cotidiano es complejo para una madre de familia. Hay que cumplir horarios estrictos, tengo amigas que llevan a las 4 de la mañana a sus hijos donde la suegra antes de ir al canal, otras cumplen turnos dominicales, hay que viajar, hay que enfrentar gases y violencia. En los últimos tiempos hay dobles desafíos porque tenemos a un presidente que hace bromas groseras con las mujeres. Ocurrió en la inauguración del llamado palacio de Evo que sus partidarios se atrevieron a tocar de forma por demás patética las partes íntimas de las periodistas, sobre todo de las mujeres de cabello claro. También soportamos a un alcalde como Percy Fernández, que se levanta iracundo en una conferencia de prensa a gritar a una reportera porque le hace una pregunta que lo enfada. Eso no sucedía ni en dictaduras. No es asunto de mujeres sino de todo el gremio, incluso de la ciudadanía, debería censurar con mayor rigor esos excesos.
-En unos días más presenta en La Paz su obra “Antes de que me anochezca” (en cuatro tomos y ocho secciones), un legado suyo de escritos desde 1978. ¿Cómo clasificó el contenido? Y cuéntenos de la importancia de esta nueva publicación.
Como anoto en el Prólogo, más que una obra para vender, es una obra para donar a bibliotecas y repositorios nacionales, a los periódicos donde trabaje. Es una herencia, la única, que dejo a mis hijos. Decidí recopilar/me porque al final de la tarde comprendo que escribí como testigo de la historia de cuatro intensas décadas, en Bolivia, en Centroamérica, en el continente. Registré temas culturales, minibiografías, viajes, asuntos del barrio, de la ciudad. No es un libro para leer de un tirón, sino una obra de consulta. Lo que puedo asegurar es que reflejan en general mucha investigación y también obsesiones con temas y con personajes y con mis padres literarios como Franz Kafka, Rafael Barret, Flavio Machicado, Líber Forti, Antonio Paredes Candia.
-¿Qué proyectos o emprendimientos a futuro vienen para Lupe Cajías?
-Estoy en medio de una investigación de los orígenes de mis familias, tanto del lado paterno como del lado materno. Entreveran biografías de migrantes, de sefarditas, de búsquedas de caucho, de mujeriegos, de perseguidos. Curiosamente están unidos por un hilo común, una gran pasión por el conocimiento, por la cultura. Descender de tantas sangres siempre me fascinó, como me fascina mi barrio Sopocachi y su bello parque, El Montículo, donde habito desde mi nacimiento.
-Albert Camus dijo que el periodismo es el mejor oficio del mundo; Rodolfo Walsh afirmó que debe estar al servicio de los valores y de las causas. Hay muchos que definen a este oficio desde diferentes perspectivas. ¿Qué es el periodismo para Lupe Cajias y más en el contexto boliviano?
-Al enlazar su contenido con el trabajo de Camus, desde la periferia de la metrópoli y el debate existencial, podemos entender mejor lo que quiso significar. El periodista estudia, pero sobre todo recibe antes que nada un don, el don de contar historias, como los antiguos juglares, los trovadores, los cuenta cuentos. En el fondo contamos chismes que conocemos de unas personas a otras personas. Sólo cambian las técnicas —cada vez más sofisticadas—, los formatos y la rapidez; el espacio se encoge y el tiempo se achica. Al mismo tiempo, al tener la responsabilidad de multiplicar el mensaje, el periodista intenta o debe intentar siempre buscar la verdad y tener como meta el bien común. Me defino así, como una persona en permanente observación, me interesan muchos asuntos. Apunto en una vieja libreta ideas y cosas. Me gusta leer sobre muchos y diversos temas. Escribo todos los días. Intento no insultar a nadie, no usar adjetivos sino sustantivos, publicar siempre con respaldo en varias fuentes, opinar sin apasionarme.
-¿Cuál cree que el futuro del periodismo, tomando en cuenta que desde hace años que el papel está en su última etapa?
-Soy pesimista. Creo que el impreso tiene pocos años de vida. Los periodistas de mi generación somos analfabetos digitales, pues el manejo de redes no es sólo una habilidad sino una forma de ver el mundo. Nosotros ya no podremos intervenir directamente en ello. Son los jóvenes los que deben mirar cómo conjurar las aristas complejas del presente con una visión de futuro.
-Existen medios de comunicación que están conformados por gente joven. ¿Los jóvenes realmente están ejerciendo un periodismo “verdadero” con la facilidad al acceso de información de la era digital? En este entendido, ¿Cómo evalúa a los jóvenes periodistas?
-Creo que tienen muchas interferencias, muchos “ruidos” porque atienden a la vez demasiados mensajes, datos, informaciones, cuadros, fotos, memes, rumores, noticias falsas, música, audios. Me parece que cada vez hay menos tiempo para la reflexión que debe presidir al acto de toda comunicación, incluso la comunicación cara a cara y la comunicación personal. Tener muchos informes o acceder a muchos hashtags no significa tener mucho conocimiento.