Diego Mondaca: “Chaco despierta mucha curiosidad por su tratamiento”
Christian Echeverría Orsolini
“Chaco”, película dirigida por Diego Mondaca, ha sido nominada este último tiempo a varios festivales internacionales, el más reciente es el AFI Latinamerican Film Festival. Pese a que se continúa gestionando el estreno del filme en Bolivia, ya ha recorrido varias salas de distintos festivales del mundo.
La cinta narra la historia de un grupo de soldados comandados por un capitán alemán retirado en busca de un enemigo al que nunca encontrarán. En la búsqueda por el desierto seco y espinoso del Chaco los protagonistas se enfrentarán consigo mismos y con la desolación que los rodea.
Lecturas & Arte entrevistó a Diego Mondaca sobre la tarea del director como autor, la película y su construcción y sus proyectos futuros.
¿Dónde nace “Chaco”? ¿Hasta qué punto llega a ser una obra autobiográfica?
Chaco nace del silencio que se apoderaba de mi abuelo al momento de hablar o intentar contarnos sobre la guerra. Ese silencio como una manifestación de un dolor y trauma por lo visto y ocurrido en el Chaco, cuando él tenía 17 años. La película esta dedicada a él, es un homenaje que me alegra poder hacerle. En cierta medida “Chaco” sí es autobiográfica; la película es parte de un recuerdo, de una emoción sentida durante los encuentros con mi abuelo. También siento que las consecuencias de esa guerra se fueron reflejando en mi familia, como en muchas de las familias bolivianas, y seguramente también en las familias paraguayas. La Guerra del Chaco nos atraviesa como un murmullo sombrío y doloroso. Un dolor que vamos royendo, desde otro lugar y con otros efectos, pero que son parte de nuestras ideas de patria, nuestras actitudes como bolivianos. Un reflejo de lo que somos y que también son errores y actitudes que se siguen repitiendo hasta hoy.
¿En este sentido, el autor hace a la película o la película al autor?
Pienso que el autor inicia una película, inicia algo que luego es incontrolable. La película en su camino muta, te absorbe o te escupe. Esa idea inicial del “autor” es travesada por muchas otras mentes creativas y al final la autoría individual se viene diluyendo y se hace colectiva, no le pertenece a nadie en particular. Cuando eso pasa es maravilloso, y no es muy común que suceda. Entonces, respecto a tu pregunta, creo que la película llega a apropiarse del autor, para luego abandonarlo.
¿Cuál es su visión del cine no solo a nivel nacional sino internacional? ¿Tiene o debería tener algún fin?
Entiendo al cine como un juego serio, un oficio que plantea los mismos retos y satisfacciones que otros muchos oficios. Es la manera que yo encontré para poder compartir ideas y temas que tengo atravesados. Es la manera que tengo para participar con mi entorno. Ahora, sobre tu pregunta de la “finalidad del cine” o su objetivo, pues no sabría decir cuál es su finalidad concreta. Pero, sobre todo, creo que no la tiene. Pensaría que es la de despertar preguntas y provocar, la función de cuestionar y enfrentarnos desde ese juego que es el cine, desde el verse y ser mirados. Desde esos grados de poesía que el cine a veces alcanza maravillosamente.
¿La ficción y el documental son elementos complementarios para elaborar una trama histórica? ¿Dónde surge la ficción en todo el conglomerado de realidad de la que es parte la película?
Chaco es una ficción. Así siempre lo entendí. Y lo que hacemos en la película es tomar algunos elementos de la realidad y algunos datos históricos para llevarlos a la ficción que siempre imaginamos y que en gran medida también está latente en la memoria que conservamos sobre la guerra, esos retazos y fragmentos, como también sus vacíos y silencios.
La historia oficial de la guerra es un conglomerado de absurdas contradicciones. Pero, sobre todo, está escrita desde una perspectiva patriótica nacionalista, empeñada en enarbolar heroísmos sobre una campaña lamentable y desgarradora.
¿Cuáles son los aciertos del filme que considera que lo han llevado -y siguen llevando- a ser seleccionado en festivales internacionales?
Un gran acierto es que, a pesar de todo, la pudimos hacer con calma y a tiempo. Pudimos tener espacios de reflexión en cada una de las fases del proceso de la película gracias a un equipo de trabajo muy comprometido y creativo al momento de enfrentar las dificultades que iban surgiendo ante la película, más aún si hay que trasladarse hasta el Gran Chaco, al menos más de 2.000 kilómetros para hacerla, y donde nosotros encontramos un campo de experimentación creativa que le dio mucha potencia a la propuesta inicial con la que habíamos llegado. “Chaco” despierta mucha curiosidad por su tratamiento, por plantear una guerra sin un solo disparo, sin enemigo a la vista, planteando que el enemigo es uno mismo y que sus miedos (de los protagonistas) se van manifestando en desconfianzas entre sus compañeros. La escala de la película es el hombre, y no está adornada de patriotismos o personajes heroicos. Sin embargo, la guerra está ahí y se la siente, como también el abandono.
¿Ha perjudicado la cuarentena y la pandemia sus proyectos? ¿Cómo?
Evidentemente la pandemia nos ha frenado. Nos ha hecho repensar estrategias y pensar en escenarios. Esto en todos los niveles, en lo personal y profesional. Nos ha obligado, porque ha sido así, a pensar todo nuevamente y establecer prioridades desde otra perspectiva, escala y tiempos.
Yo estoy muy agradecido de que “Chaco” siga en festivales y despertando el interés en varios lugares. Los festivales de cine se han visto muy afectados, algunos cancelaron y otros redujeron hasta un 50% su programación, entonces que “Chaco” esté participando en tan importantes certámenes como el Festival de Cine de Hamburgo, American Film Institute (USA) o el Festival de Cine de Valdivia (Chile) es muy alentador.
“Chaco” en este 2020, su año de estreno, participará en al menos ocho festivales internacionales de renombre, de alguna manera la película se adaptó a los nuevos formatos y será vista por la gente. Eso sí, nos falta estrenar en Bolivia, que es en lo que estamos trabajando incansablemente para lograrlo, y esperemos tener todo el apoyo de la gente en nuestro país para conseguirlo de la mejor manera.
¿Qué sigue después de “Chaco”?, ¿qué se proyecta para el futuro?, ¿cuál es el presente del Cineclubcito Boliviano?
Aún estoy muy concentrado en “Chaco” y al menos hasta que estrenemos en Bolivia no estaré muy tranquilo. Presentar nuestro trabajo en Bolivia es lo más importante, queremos que este nuestro trabajo, que aborda una memoria que nos involucra a muchos, sea vista y discutida en casa. Ojalá logremos estrenar en todo el país prontamente y contar con el apoyo de la gente.
El Cineclubcito Boliviano sigue y avanza. Hemos consolidado una linda comunidad y reforzado nuestras alianzas con los centros culturales y librerías independientes y autogestionados que son nuestros socios y trincheras. Durante la pandemia incursionamos en el formato de proyecciones online, semana a semana proyectamos películas y teniendo a los directores como invitados para que dialoguen y tengan un encuentro con el público conectado a nuestra señal. Ha sido muy gratificante la respuesta del público y la expansión que ha tenido el Cineclubcito, además por la importante alianza que hicimos con el Centro de Cine y Creación (CCC) de Chile, con quienes ahora desarrollamos actividades conjuntamente, armando una comunidad más grande y colaborativa. Hace unas semanas fuimos invitados también por la Cátedra Bergman, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para participar de sus actividades de aniversario.