Lorgio Vaca y su nuevo mural cerámico para Santa Cruz
Jorge Luna Ortuño
Filosofo e investigador
En 1955, Lorgio Vaca realizó su primer mural en colaboración con Jorge Imaná; fue en Sucre dentro del Colegio Junín, el mural se tituló Educación para la paz y la libertad, y utilizó la piroxilina como pintura. Posteriormente, en 1970-71, en Santa Cruz de la Sierra, realizó su primer mural en exteriores, utilizando la técnica del relieve cerámico vidriado y policromado; este mural de dos lados, titulado La gesta del oriente boliviano, se constituye ya en un hito de la vida cultural cruceña.
Bastan estos dos antecedentes para remarcar la longeva y prolífica vida artística de Lorgio Vaca quien, desde aquellos años, poco después de la Revolución del 52, se propuso junto al Grupo Anteo abrir nuevas ventanas de exposición de la pintura para que el pueblo pudiera encontrarse con ellas. No existían propiamente galerías de arte ni centros culturales como existen hoy en día en nuestro país, pero sí existía, por ejemplo, el Salón Municipal Pedro Domingo Murillo en La Paz. En Santa Cruz sería recién en 1960 cuando se abriría la Escuela de Bellas Artes “Victor F. Serrano”. El afán era poner el arte plástico en las paredes al alcance de todos, para transmitir algo valioso de decirse.
Los muralistas querían poner en escena temas de importancia para la consciencia nacional, como el valor de nuestras culturas y el telurismo revitalizado, había una crítica de fondo, pero no contra el mundo del arte; los problemas del muralismo eran de índole socio-político en aquellas épocas de ebullición y sentido de revolución reciente. Hoy en día el muralismo no ocupa el mismo lugar de vanguardia. Pero las paredes no han dejado de ser soportes para la pintura, y comparten su protagonismo con otras intervenciones urbanas como los grafittis, los esténciles, o los poemas cortos, casi versos pintorescos de batalla o de romance.
En ese panorama, a sus 90 años (cumplidos este 24 de septiembre), Lorgio Vaca continúa abocado a la tarea de montar murales con mensajes valiosos para nuestra sociedad. Actualmente está en pleno proceso de emplazamiento de un nuevo mural en relieve cerámico policromado, que es un homenaje al historiador cruceño Oswaldo Monasterio Añez. Lorgio comenta que fue la familia del historiador quien le encargó este mural, y que realizó a su vez las gestiones con la Municipalidad. La ubicación de este nuevo mural para la ciudad de Santa Cruz es dentro del Barrio Las Palmas, en una plazuelita justo al frente del Parque Urbano Las Palmas.
La falta de seguridad que tiene este lugar por las noches, debido a los pitilleros que vienen desde las canaletas del cuarto anillo, ocasionó que malentretenidos pudieran romper el candado del contenedor donde se encontraban los andamios, carretillas, baldes y equipos eléctricos que Lorgio y sus ayudantes habían llevado para realizar la faena, y robárselo todo. Habiéndose dado modos para reponer todo este equipamiento, todavía volvieron a sufrir una nueva desaparición de carretillas días después. Sin embargo, entusiastas como son Lorgio y su equipo de batalladores ayudantes, no han cedido ante el infortunio y continúan los trabajos.
Acompañé a Lorgio hace unos días en sus revisiones diarias guiando el proceso de colocado de los mosaicos cerámicos. El avance se encuentra por la mitad y sus ayudantes calculan al menos otros quince días de trabajo. Por ahora lo que echan de menos es que se les brinde un punto de dotación de agua para que puedan desarrollar su tarea; mientras, han tenido que darse modos sus ayudantes cargando baldes de agua de una casa vecina a una cuadra y más de distancia.
Cabe decir en situaciones como esta, que cuando un artista local está trabajando de manera silenciosa y dedicada en el emplazamiento de una nueva obra de arte público para la ciudad, haríamos bien todos, no solo la Alcaldía y las autoridades, en ir a brindar nuestro apoyo, en las diversas e inesperadas maneras en que esto es posible.