En memoria de Doña Eva Guttentag (1928 – 2020)
Stefan Gurtner
Educador y escritor, miembro de PEN-Bolivia
En nombre de PEN-Bolivia y de todos sus amigas y amigos quisiera expresar algunas palabras sobre doña Eva Guttentag, recién fallecida, viuda de Werner Guttentag, fundador de la librería y editorial Los Amigos del Libro, connotado bibliógrafo y durante muchos años presidente honorario de PEN-Bolivia. Muchas veces las esposas de grandes hombres quedan en la sombra sin que se sepa mucho de ellas, pese a que hayan jugado un rol fundamental y aportado decisivamente en las obras de sus esposos –este caso, sin embargo, también corresponde a Eva Guttentag–. Ella, igual como su esposo, había nacido en Alemania, concretamente en Breslau, en la oriental región de Silesia, que hoy es parte de Polonia, con la diferencia de que ella sobrevivió en medio de la guerra. Como media judía fue internada de muy joven en un campo de trabajo forzoso. “Los hombres tenían que cortar árboles”, contó en su impresionante relato de vida. “Se necesitaban para las trincheras en el frente. Nosotras, las niñas y las mujeres, teníamos que cargar los pesados y largos troncos de pino. Los hombres los cargaban en nuestros hombros. Siempre transportábamos de a dos, tres o cuatro, dependiendo de la longitud del tronco. Me arruiné la espalda haciéndolo.”
Gracias a las gestiones de su padre Martin Mohr –un médico pediatra que había podido escaparse unos años antes– pudo llegar a Bolivia en el año 1948, después de haber terminado la guerra y pasado una odisea de mil padecimientos. En Cochabamba conoció a Werner Guttentag, formaron una familia y construyeron juntos la librería y editorial “Los Amigos del Libro”, que llegó a ser la más importante de su género en Bolivia, conocida y reconocida internacionalmente.
Eva seguía contando, mientras compartía un cafecito y un rico pastel (las palmeritas de la pastelería “Zürich” eran sus favoritas) en su mesa, como siempre lo hacía cuando uno la visitaba: “Aparte de mí, al principio, sólo había un empleado y los padres de Werner, que también ayudaban. Hacíamos todo el trabajo: recogíamos los paquetes de la oficina de correos y los desempaquetamos, etiquetábamos los libros con los precios y los colocábamos en las estanterías, todo después de la hora de cierre y los fines de semana.”
Siendo además responsable de la parte administrativa, tuvo parte decisiva en la creación y en el éxito de “Los Amigos del Libro”, pese a las secuelas del trabajo forzoso que le acompañaron toda su vida y que hacían necesarias varias intervenciones quirúrgicas. Si alguien ha tenido una vida larga y plena, con todos sus altibajos en extremo, sin ninguna duda fue Eva Guttentag. Ahora está con su querido Werner para siempre, gozando de la paz eterna o quizás, quien sabe, repasando y discutiendo con él los más de 1.200 libros que habían editado y publicado en el transcurso de los años y para lo cual en vida no habían tenido el tiempo necesario para hacerlo.