Carlos Piñeiro: “Sirena significa cumplir un sueño muy grande”
“Creo que el cine es algo que me ha cautivado desde pequeño”, recuerda Carlos Piñeiro sobre su acercamiento al séptimo arte. Sirena es el nombre de su primera película, un sueño hecho realidad que llega después de más de 10 años de la exhibición de su primer cortometraje, Martes de Challa (2018).
Premiada en festivales nacionales e internacionales, los trabajos en cortometrajes de Piñeiro, Max Jutam (2010), Plato paceño (2011) y Amazonas (2015) auguraban lo que ahora es su ópera prima que hace su preestreno online el 14 y se podrá ver en salas nacionales desde el 21 de enero.
Narrada en aymara y español, la película es una producción de Colectivo Marketero junto a Socavón Cine, participan como guionistas y productores Juan Pablo Piñeiro y Diego Loayza. El equipo se completa con la presencia de Marcelo Villegas en la fotografía; Juan Ignacio Revollo, Viviana Baltz y Mario Andrés Piñeiro en la dirección de arte, y Sergio Medina en la dirección de Sonido. Además de la participación de Amanda Santiago en el montaje, Pablo Paniagua en la corrección de color y Kiro Russo en el diseño sonoro.
Piñeiro conversó con Los Tiempos sobre el estreno de Sirena en cines nacionales.
—¿Cómo entró al mundo del cine?
—Hace poco he encontrado una carta de mi viejo en la que menciona que estaba seguro que yo estudiaría “artes audiovisuales”, cuando yo tenía ocho años. Entonces creo que el cine es algo que me ha cautivado desde pequeño, cuando tenía 18 ya estaba seguro de lo que quería hacer, pero no había una carrera de cine en Bolivia, así que estudié un par de años diseño gráfico buscando y esperando la oportunidad para empezar con el cine. Es a partir de los 21 años que por distintas razones empecé a estudiar y al mismo tiempo trabajar en el medio cinematográfico.
—¿Qué es lo que más disfrutó haciendo cine?
—El cine es fascinante, es un lenguaje único y particular que te permite y obliga a acercarte a todas las artes, pero creo que también, y sobre todo, a la esencia de la vida misma. Tal vez, para responder la pregunta, creo que la adrenalina del set, la magia de la composición y cosecha de distintas imágenes son lo que más disfruto de todo el proceso.
—¿Qué significa para usted el estreno de Sirena?
—Significa muchas cosas. Le he puesto tanto a la película, tanto profesional como personalmente, que realmente son muchas cosas. Pero Sirena significa cumplir un sueño, un sueño muy grande que tengo desde niño que es hacer una película.
—¿Cómo fue trabajar con las comunidades?
—Las comunidades aledañas al lago Titicaca desbordan cultura, magia y sabiduría, pero sobre todo desbordan alegría. Poder rodar en esos maravillosos lugares ha sido de mucho aprendizaje.
—¿Cuál fue su experiencia en el lago Titicaca, siendo los primeros espectadores las mismas personas que participaron de la película?
—Fue realmente muy emocionante. Participó mucha gente del pueblo de Copacabana y participaron niños también que disfrutaron del filme, pero lo fundamental era mostrarla en el lago porque hay mucho que agradecerle.
—El cine es básicamente trabajo en equipo. ¿Cómo fue trabajar junto a su hermano y Diego Loayza en la realización del guion?
—Fue una experiencia muy enriquecedora y fundamental para el proyecto, ellos se encargaron del guion en su integridad y lograron traducir lo que se estaba buscando inicialmente. Hay una amistad muy grande que nos une y que en este caso le ha hecho muy bien a Sirena, ambos son personas que admiro mucho y de las que también he aprendido mucho a lo largo de estos años.
—¿Cómo ve y cómo utilizó las tradiciones y costumbres aymaras para la creación de la historia de la película?
—Las tradiciones y costumbres aymaras son complejas y ancestrales. Creo que, como sociedad y como país, deberíamos aprender mucho más sobre ellas y seguro ahí nace todo mi interés, fascinación y admiración al respecto. Sin embargo, así como se propone en Sirena, son cosas que no conozco en profundidad y de las que no soy el indicado para hablar de ellas. Incluso creo que el proyecto es también un “pretexto” para impregnarnos un poquito más de estas tradiciones y costumbres. Para que todos podamos acercarnos un poquito más a ellas.
Colectivo Marketero