Arelí: A través de la pintura busco sacar luz y color de momentos de crisis y caos”
Hay obras que a simple vista uno puede reconocer a su autor. Arelí Ribero es un claro ejemplo de ello. La artista plástica cruceña combina de manera muy particular el realismo de sus dibujos con tinta en blanco y negro con fondos pintados en colores vivos.
Empezó su carrera artística el año 2006 y desde entonces participó en varias exposiciones en Bolivia, Argentina, Puerto Rico mostrando su técnica en tinta y acrílico sobre lienzo. Actualmente, Arelí forma parte de la muestra de Casacor Río 2021 con su obra “Sinergia”, un cuadro que mide 2,20 por 1,5 metros.
Estudió arquitectura, pero es una apasionada por la pintura. Desde pequeña le inculcaron amor por el arte, además de llevarlo en la sangre, pues varios integrantes de su familia también se destacan en diferentes ramas artísticas.
Desde Río de Janeiro, la artista cruceña conversó con Los Tiempos.
- Para iniciar cuéntanos de tu niñez, ¿cómo tu ambiente influyó en tu interés por el arte?
Desde niña me gustó dibujar y pintar, mi padre lo hacía y yo soñaba ser como él. Mi madre nos inculcó el amor al arte desde muy pequeños llevándonos a exposiciones, obras de teatro, ballet, conciertos de música clásica, etc. Es gracias a ellos que siempre tuve una relación muy cercana con el arte.
- ¿Y la pintura cómo se fue construyendo en ti?
Pasé muchos cursos de dibujo y pintura desde la niñez en Santa Cruz, la técnica de retrato la aprendí en mi intercambio en Ohio, Estados Unidos, y también hice cursos de arte en Buenos Aires. Estudié arquitectura y disfrutaba mucho diseñar, pero no me sentía tan cómoda, libre y en control del producto final como con la pintura: así me di cuenta que el arte es mi refugio. Trabajar como artista plástica me da paz y me hace feliz.
-¿Hay algún otro artista en la familia?
Muchos, me siento afortunada porque mi familia Ribero y mi familia Unzueta están llenas de artistas que se destacan en distintos ámbitos: pintura, literatura, teatro, piano, canto, danza y seguramente me estoy olvidando de nombrar alguno más.
-¿Cuánto tardas en crear una nueva obra? Cuéntanos de tu proceso creativo.
Trabajo técnicas que requieren de muchas horas, lo mío es de milímetro a milímetro. Hace años aprendí que la inspiración no es esa musa misteriosa de la que hablan los poemas, es la hija predilecta del trabajo duro e incansable.
Me encierro a trabajar por días, generalmente salgo de mi departamento sólo dos veces a la semana para hacer todos mis pendientes, reuniones de trabajo, ver a mi familia y amistades. Para mis exposiciones paso semanas sin salir, la cuarentena es mi normalidad, es la manera en la que me concentro y soy realmente productiva, así que el tiempo de creación generalmente depende del tamaño del cuadro y puede ser desde tres días hasta meses.
- ¿En qué te inspiras?
En la vida. Mi estilo se caracteriza por la mezcla de técnicas donde resaltan el realismo trabajado con tinta y el expresionismo/pop trabajado con acrílico sobre lienzo. El blanco y negro contrastados con colores vivos hablan de dualidades que convergen y dialogan en un mismo espacio.
A través de la pintura busco sacar luz y color de momentos de crisis y caos.
- ¿Qué nos dices sobre tus influencias personales y artísticas?, ¿quiénes te inspiran?
La lista de artistas nacionales e internacionales a quienes admiro es larguísima, a través de los años me di cuenta que el estilo que trabajo es muy personal, nunca vi algo y dije: “yo quiero hacerlo de esta misma manera”, pero sí hubo un antes y un después en mi pintura gracias a un artista peruano.
Alrededor del 2005 (honestamente no estoy segura del año) visité una exposición en la galería Kiosko en Santa Cruz, y conocí por primera vez el trabajo de Pablo Patrucco. Los cuadros mostraban gente en la playa (te dabas cuenta por la indumentaria) y la técnica que usaba era realista, a lápiz, todo en blanco y negro sin mostrar el entorno, que era completamente blanco. Eran personas en la playa, sin playa. Ver que manejar figuras realistas fuera de contexto hacía que algo “clásico” se convierta en una obra contemporánea fue revelador para mí. Fue así que empecé a mezclar el realismo, que había aprendido a trabajar con tinta, con fondos de colores que no tenían nada que ver con la figura principal, y encontré una manera en la que por fin me sentí identificada con mi obra. A través del tiempo, la gente empezó a reconocerla como mía también.
No conozco a este artista peruano en persona, pero hace poco pude escribirle agradeciéndole por su trabajo y contándole cómo influyó en el mío.
-¿Podrías hablarnos un poco de la experiencia en Casacor Río?, ¿cómo surge la oportunidad de tu participación?
Mi esposo y yo llegamos de vacaciones a Río de Janeiro en noviembre. Esa misma noche salimos con su tía, Vivian Reimers; ella es arquitecta con un doctorado en diseño, y vive y trabaja en Río hace muchos años. Siempre tuve una linda relación con ella, ambas disfrutamos del arte, la arquitectura y el diseño y el vino.
Esa noche, casi con lágrimas en los ojos, nos contó que uno de los sueños de su vida se estaba haciendo realidad: le ofrecieron ser parte de la muestra de Casacor Río 2021, una muy especial por ser el aniversario de 30 años de la franquicia. Yo soy súper vergonzosa para vender mi trabajo, pero ese momento, sin pensarlo dos veces, entre risas le dije que si necesitaba un “cuadrito” para su espacio, que me avise. Así empezó toda esta travesía en la que mi esposo y yo nos vinimos a vivir a Río de Janeiro, por dos meses, para que yo pueda pintar el cuadro, que mide 2,20 por 1,5 metros. Me faltan las palabras para expresar el agradecimiento a Vivian, por esta oportunidad, y a Julio, por apoyarme en cada paso que doy.
- Cuéntanos sobre tu trayectoria, ¿en cuántas exposiciones participaste?
Desde el 2006 he presentado nueve exposiciones individuales y he participado de varias muestras colectivas en Bolivia, Argentina, Puerto Rico, y este año en Brasil y próximamente en Francia.
- ¿Alguna especial?
Mi primera exposición individual fue el año 2008 en la galería de arte del hotel Los Tajibos en Santa Cruz. A partir de ese momento empecé a trabajar como artista plástica y tuve la fortuna de poder vivir haciendo lo que más amo hacer.
- ¿En qué proyecto te encuentras trabajando? ¿Cuál es la visión que tienes de ti misma?
Llegando a Bolivia tengo que entregar varios pedidos hasta septiembre. Entre ellos me toca pintar dos que son para una galería de arte de Brasil, que los va a exponer en el Carrousel del Louvre en París en octubre.
¿La visión de mí misma? Yo me veo pintando hasta el último día.
- Para finalizar, ¿cómo ves el arte en Bolivia?
Con mucha esperanza. Creo que vivimos en un momento donde existe un respeto importante y valoración por el trabajo de nuestros artistas con muchos años de experiencia, y al mismo tiempo, oportunidades de emerger para nuestros artistas más jóvenes.