LOS NUESTROS: LITERATURA INFANTIL-JUVENIL BOLIVIANA: “La copla vivida”
El insigne escritor tarijeño Oscar Alfaro tiene, entre su prolífica producción, una que llamó profundamente mi atención, se trata de La copla vivida, porque están plasmados en esos versos, el alma del chapaco, reflejan la dulzura sin igual de quien tuvo una fina sensibilidad y un profundo contacto con su tierra y con sus hermanos de raza.
Sus versos sencillos y profundos son un grito de descontento social, por el desamparo de los gobiernos; los excesos del patrón, del más fuerte, que se aprovecha de todos; el desprecio por los “doctorcitos”, que siempre están de parte de los poderosos. Son también un grito de angustia, de desesperanza, de impotencia; cuando deben dejar la tierra a la que se sienten profundamente atados, para extrañarse e ir en busca de su destino a tierras lejanas, llevándose en las pupilas, el recuerdo de sus padres, de su amada y querencia; dejando su alma hecha jirones en lasacequias, en los molles y en las faldas de los cerros.
Son también un grito de rebeldía, porque no acepta que “naides” ponga linderos al aire y que no haya dueño ni del aire ni del agua, y para defender su suelo están su pecho y sus agallas. Cómo no referirnos a esa picardía tan peculiar en el habitante de este suelo, de hombres y de mujeres, de amores y desamores, de engaños y desengaños, de fiestas de mil colores, y todas las ricas facetas de la vida bucólica chapaca, que provocan tiernas sonrisas por lo bien logradas.
En cuanto a la forma, su vena poética transita la campiña tarijeña y fluye como las aguas prístinas de su valle, límpidas y claras. Sus metáforas sencillas, pero hermosas, nacen con la espontaneidad de la brisa, con la dulzura de la fruta madura y con los adornos preciosos de durazneros en flor. Llevan, además, en el ritmo y la musicalidad, los sones de erkes, cajitas y quenas; usa, de manera precisa, los términos del habla popular de la tierra chapaca, tan peculiares, tan tiernos, tan del pueblo…
Este magnífico volumen debe ser disfrutado por quienes nacieron en este noble pueblo y por quienes admiramos este valle sin par, para conocer el alma de la mujer y del hombre tarijeño, fruto preciado de este hermoso jirón de la patria.
Escrito por: Soledad Barrios Chumacero