Escritores independientes buscan destacarse en la FILC
Micaela Pereira y Fátima Calderón
Laboratorio de periodismo UCB
La versión XVI de la Feria Internacional del Libro de Cochabamba ofrece al público distintas opciones literarias, según los gustos de cada lector. Algunas de éstas son obras de escritores independientes que buscan destacarse entre la variedad de estands de la feria que en su mayoría son de editoriales establecidas.
Ana Triveño, escritora independiente, empezó a publicar desde 2009 y menciona que un reto de su ocupación es “difundir el material, porque, al ser escritores independientes, no tenemos librerías o una editorial que esté difundiendo la obra. Entonces, uno tiene que moverse personalmente para publicitar y vender su obra”. Asimismo, Graciela Ortuño, escritora independiente que publica desde 2016, comenta que otro factor “es el aspecto económico, debido a que publicar un libro es bastante costoso”. Además, Triveño resalta que es un reto encontrar personas a las que les gusten las obras y que apoyen al autor a continuar con esta labor.
Dennis Morales Iriarte, escritor desde hace 20 años que trabaja con Kipus y también de forma independiente, menciona que entre los beneficios está tener el control de títulos, tiraje, ganancia bruta y la ganancia neta. “No se pierde ningún número. Todo está completamente controlado por el autor, el tiempo y el momento de publicar”. Ortuño añade que se pueden hacer “lecturas previas con los lectores beta” y Triveño que se puede tener bastante contacto con los lectores por medio de ferias, sacándose fotos y hablando de la lectura. “Eso no se encontraría si otra persona estuviera vendiendo el libro”, explica Triveño.
Acerca de qué se puede hacer para incentivar el trabajo de los escritores independientes, Ortuño considera que se necesitan editoriales que ayuden a publicar manuscritos. “Normalmente puedes publicar en las editoriales si has ganado un premio nacional o si tienes algún contacto”. También menciona a los “agentes literarios” que son personas que ayudan a movilizar los libros. A su vez, Triveño sugiere que se fomente la lectura de obras nacionales en los colegios, pero no como algo obligatorio, sino que tengan la posibilidad de escoger la lectura.
Para incursionar en este rubro, Morales recomienda que se trate de conocer a otros escritores e informarse acerca del funcionamiento del trabajo. “Tendría primero que buscar la forma de imprimir. Hay varias opciones”. Algunas de éstas son las imprentas o casas editoriales “que tienen diferentes modalidades de impresión, es decir de contratos” o también opciones alternativas como “hacer una edición artesanal o una edición de una imprenta que está en la calle”, recalca Morales.
Otras alternativas
Bajo esta idea, surgen editoriales cartoneras como Yerba Mala, la primera cartonera en Bolivia y la tercera a nivel mundial. Se encuentra dentro del grupo de la Editorial El Cuervo, y se reconoce a sí misma como “editorial alternativa”.
Nacida en la ciudad de El Alto el año 2006, Yerba Mala tiene como objetivo apoyar en la publicación de autores nuevos y como principal intención dar el impulso necesario a quién desee iniciarse en el rubro literario. “El aporte es dar ese espaldarazo a los nuevos escritores, que siempre tienen dificultades para publicar, que siempre se les cierran las puertas, entonces acá es cuando empiezan a escribir, a publicar textos, de aquí salen a otro ámbito que es mucho más fructífero para ellos (…). El objetivo nuestro es ese, darles el impulso”, menciona Roberto Oropeza, editor general de Yerba Mala. “Son varios años que estamos trabajando en promover la literatura en escritores jóvenes que están iniciándose en el mundo literario”. Las publicaciones están orientadas a jóvenes entre 20 y 30 años de manera específica, pero también se abren a cualquier amante de la literatura en general.
La editorial publica textos de diferentes géneros literarios, como poesía, texto, ensayo, y epistolares. Al ser un trabajo manual, la tapa de cada publicación impresa cuenta con una portada diferente, cada una hecha de su materia prima: el cartón. Sobre la obtención del material, Roberto indica: “De los supermercados, sacábamos en taxi todo lo que estaba muy acumulado, otras veces hay amigos que tienen una imprenta y nos dicen “vengan a recoger cartón’”.
Con el material listo, se inicia el proceso de producción y posterior publicación.
A manera de apoyar el proyecto, Yerba Mala cuenta con la colaboración de escritores reconocidos, a través de la publicación de sus propios trabajos en la cartonera. “Con esa doble simbiosis, logramos tener una propuesta un poco más consolidada”.
La editorial Yerba Mala y los estands de diversos escritores independientes apuntan al apoyo del público lector por lo que invitan a visitarlos y ver las obras que tienen para ofrecer. Se encontrarán hasta el domingo 17 de octubre en el pabellón Cochabamba de la Feria Internacional del Libro en el Campo Ferial.