Literatura Infantil-juvenil Boliviana. Los nuestros: “Alas de cristal”
“Alas de cristal”, título de esta novela de ágil lectura que refleja precisamente la fragilidad de la vida: sueños, ilusiones, sentimientos, amor, amistad, esperanzas, deseos, que se construyen a lo largo del tiempo y pueden hacerse añicos en un instante.
Marioly Puertas y Dann Lerito llegan al mismo puerto por caminos distintos. El relato desarrolla la vida estudiantil de sus personajes, que está entremezclada con escenas crudas de lo que sucede al caer la noche y los peligros (alcoholismo, abuso sexual) a los que están expuestos los adolescentes por su ingenuidad y falta de conocimiento. Varios otros actores, cada uno con su propia historia, forman parte de la vida de los protagonistas dejando huella en ellos.
Marioly, luego del abandono del padre y su posterior viaje a España, debe asumir el papel de madre, proveedora y psicóloga de la mamá (sumida en depresión) y sus dos hermanos menores.
Dann, muchacho dado a la bebida y a la juerga, influenciado por un compañero, decide migrar a España en busca de una mejor vida en todo sentido. Allí conoce a Marioly, quien años después continúa sus estudios al lado de su padre.
La migración es el hilo conductor de la trama, presentada como huida, ya sea de la situación económico-social del país, de conflictos personales o de circunstancias dolorosas vividas.
Una búsqueda de “El Dorado” transatlántico que se topa con la dura realidad de la vida en España para los inmigrantes.
La autora desarrolla de manera profunda las consecuencias del éxodo de millones de latinoamericanos a Europa: rupturas matrimoniales, nuevas formas de vida parentales, abandono, ausencia, distancia, soledad, tanto para los que se quedan como para los que se van.
“Son historias distintas, interesantes unas, dolorosas otras, anecdóticas algunas, pero creo que todos sentimos esta sensación de estar fuera de lugar, porque vivir fuera de nuestra patria supone afrontar el doloroso proceso de superar la angustia emocional; el vernos desarraigados de nuestro entorno y el tener que esforzarse por formar nuevos vínculos para el futuro” (pág. 122).
El libro, aunque no lleva ilustraciones, está relatado de manera tal que el lector puede, mientras lo lee, ir dibujando en su interior las escenas.
María Aída Gavilano Zalles