Claure: “La cueca es integración en todo el sentido de la palabra”
¿Qué significa la cueca para Willy Claure?
—La cueca boliviana (“Viva mi patria Bolivia”) es nuestro segundo Himno Nacional. Generalmente se ve a la cueca boliviana como una danza de cortejo y de conquista amorosa, pero es más que sólo eso, es un género musical integrador. En la celebración de una boda, por ejemplo, cuando la novia baila la cueca con los padrinos o cuando el novio baila con las madrinas, ninguno de ellos coquetea o galantea; ahí a la cueca se la ve desde otro punto de vista, entonces este baile tiene una función “integradora”, de alianza, de fusión de dos personas que se unen para formar una familia. Para mí, la cueca boliviana es eso, “integración” en todo el sentido de la palabra.
—¿Por qué la cueca y cuántos de años de actividad artística?
—Desde niño soy folklorista y he tocado muchos de los ritmos musicales que tenemos en nuestro país. Pero a partir de mis 25 años decidí especializarme en uno de ellos: la cueca boliviana. Fue algo natural. Entre mis 16 y 19 años compuse varios temas (bailecitos, taquiraris, huayños, etc.). Cuando grabé mi primer casete con todas mis composiciones, me di cuenta de que la mayoría de mis obras eran cuecas, por esto llamé a mi casete Cuecas. Ahí empezó todo, son más de 30 años que vengo trabajando en favor de la cueca boliviana.
—¿De dónde nace la cueca para no bailar?
—Cuando grababa mi primer casete (porque en ese tiempo era casete) le hice escuchar a un amigo justamente un tema que aún no tenía título. Y cuando este amigo escuchó, me dijo que esa cueca no estaba bien… y me hizo notar que había estrofas más cortas o más largas que otras. Le pregunté que cuál era el problema, porque yo componía de forma intuitiva y no la sentía mal. Él me dijo que los bailarines cuentan tiempos y que no podrían hacer el ritual dancístico correspondiente con este tema. Entonces en ese momento dije “OK”. Así este tema ya tiene título y se llamará “Cueca para no bailar”. Luego apareció Ana María Ramos y ella compuso una letra para esta cueca sin saber la historia que le cuento, y así ella escribió algo maravilloso y de esta manera el disco entero llevó este nombre: Cuecas para no bailar.
—¿Lo suyo no es tanto el baile?
—Soy músico y como músico me entrego con mayor fuerza a la parte musical y poética de las cuecas bolivianas.
—¿Cómo surge la idea de instaurar la capital de la cueca boliviana?
—Es un cierre de ciclo. El año 2015 logramos que se promulgue la Ley Nacional 764 que declara a la cueca boliviana Patrimonio de todo el Estado Plurinacional y se le dio un día para celebrarla, cada primer domingo de octubre.
Lo de capital reforzará aún más el amor de cada departamento de Bolivia a amar y promover la difusión de este género integrador.
—¿Considera que la cueca “Cantarina” no cumplió su objetivo, tomando en cuenta el rumbo que tomó para formar parte de la película Los Andes no creen en Dios?
—La cueca “Cantarina” se ha convertido en una obra musical muy apreciada, cantada y bailada por adultos, jóvenes y niños. Esto me da mucha alegría.
—¿Alguna cueca con la que se identifica?
—Por amor a mi país, debo responder sí, la cueca “Viva mi patria Bolivia”; sin embargo, tengo cuecas que suelo cantar más a menudo. Se dice que el último hijo es el preferido… más o menos así es con las composiciones musicales. Una de mis nuevas cuecas es la oriental boliviana: “Cueca es”, que compuse junto al poeta cruceño Oscar Barbery.
Pero pienso que ahora empezaré a cantar más a menudo la cueca que compuse para Tarija, capital de la cueca boliviana 2023: “Tarija, tierra encantada”, que es parte de mi nueva producción discográfica.
—¿Cómo emerge la producción de cuencas tarijeñas?
—El momento en que vi que se concretaba la Ley Nacional 1453 y que se declara capital de la cueca boliviana a los nueve departamentos de Bolivia, y la primera capital de la historia a Tarija. Ahí decidí rendir mi homenaje a esta bella ciudad. La nueva producción discográfica contiene 13 cuecas tarijeñas; hay unas cinco canciones mías en este disco y tengo dos invitadas tarijeñas de lujo: Enriqueta Ulloa y Esther Marisol.
Mi deseo es hacer un disco cada año en homenaje a cada capital de la cueca boliviana, que es itinerante rotativa.
—¿Cómo califica la función que viene desarrollando la Fundación Cultural de la Cueca Boliviana?
—Soy presidente de la Fundación Cultural de la Cueca Boliviana y mi compromiso con la Fundación y con la cueca boliviana es total. Intentamos hacer todo lo que se pueda para enaltecer y lograr integrar a todo el país, al menos musicalmente.