Letras. Mario Vargas Llosa recibe su espada de académico francés
El escritor Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura en 2010, recibió ayer su espada de miembro de la Academia Francesa, la institución creada en 1635 que lo acogerá en una ceremonia solemne hoy.
A sus 86 años, Vargas Llosa se convertirá en el primer escritor que no escribe en francés que integra la institución fundada por el cardenal Richelieu.
La espada de académico, un ejemplar único diseñado al gusto de cada candidato, fue entregada al autor de Conversación en la catedral durante un acto en la editorial parisina Gallimard.
Vargas Llosa ya es miembro de la Real Academia Española desde 1994. Fue admitido en la Academia Francesa en noviembre de 2021, y asumirá el sillón 18, de un total de 40.
Situada en la orilla izquierda del Sena, enfrente del museo del Louvre, la Academia Francesa está encargada de velar por la salud de la lengua de Molière. Publica un diccionario como lo hace la Academia Española, y emite recomendaciones de estilo.
La “instalación” pública del premio Nóbel, como se conoce en el lenguaje de la Academia, se producirá hoy a media jornada, y contará con un invitado de excepción: el rey emérito español Juan Carlos I.
Vargas Llosa, que fue nombrado marqués por Juan Carlos I en 2011, invitó personalmente al exmonarca, que vive en los Emiratos Árabes Unidos, y que sólo ha salido oficialmente en contadas ocasiones de ese país desde 2020.
La última fue durante los funerales del exrey griego Constantino II, el 16 de enero.
Mario Vargas Llosa pronunciará un discurso de elogio de su predecesor en el sillón 18, el filósofo Michel Serres (1930-2019). Vestirá un traje de levita negro, bordado con ramas de olivo verde.
La Academia Francesa ha tenido en los últimos años ciertas dificultades para reclutar nuevos miembros (conocidos como “los Inmortales”) entre la intelectualidad francesa.
Vargas Llosa es un francófilo declarado, autor de dos destacados ensayos sobre Gustave Flaubert y Victor Hugo, dos de sus escritores favoritos.
Vivió en París varios años a principios de los años 1960, cuando iniciaba su carrera como escritor. En la capital francesa ejerció de periodista y traductor, y empezó a trabar muchas de las amistades de lo que rápidamente sería conocida como la generación del “boom”, la más importante de las letras hispanas en el siglo XX.
Vargas Llosa ha participado regularmente en foros internacionales sobre la lengua española, y ahora podrá hacer lo mismo junto a sus pares franceses.