“Baby”, la nueva y polémica serie italiana, se estrena el 30 de noviembre
La próxima serie original titulada “Baby” e inspirada en una historia real de prostitución juvenil en Roma, será estrenada el próximo viernes, 30 de noviembre, en la plataforma de streaming.
Es la tercera producción italiana de Netflix y se basa en el caso “Baby Squillo” (prostituta infantil): 20 empresarios, policías y políticos, incluido el marido de la nieta de Mussolini, fueron acusados en 2013 de tener sexo con adolescentes de entre 14 y 16 años que se prostituían para financiar sus viajes, comprarse ropa de diseño y móviles de última generación.
Se trata de una adaptación libre, de ocho episodios, basada en la historia de dos estudiantes de instituto del barrio burgués de Parioli. Este episodio pasó de ser el relato de dos jóvenes a convertirse en un caso de relieve nacional que dejó poso en el país y de vez en cuando vuelve a la actualidad sobre todo por el cariz mediático que tomó cuando se descubrió la implicación de un personaje particular, Mauro Floriani, el marido de Alessandra Mussolini, la nieta del dictador fascista.
Baby sigue la historia de un grupo de adolescentes que toman un atajo de placeres prohibidos mientras exploran el camino hacia la madurez. Se rebelan contra la autoridad y las normas sociales en su búsqueda de independencia y de identidad propia, con los tabúes sexuales, las presiones familiares y los secretos compartidos como telón de fondo.
La serie está protagonizada por Benedetta Porcaroli, Alice Pagani, Riccardo Mandolini, Isabella Ferrari, Claudia Pandolfi y Paolo Calabresi. Andrea De Sica y Anna Negri son las directoras de esta ficción.
Baby ya fue eco de polémica antes de su estreno, ya que el Centro Nacional de Explotación Sexual afirma que glorifica la prostitución de niños.
Netflix presentó esta serie italiana en un evento conjunto con Élite, porque va dirigida al mismo público con ganas de escandalizarse.
Baby Squillo
El escándalo destapó en 2014 la doble vida de dos adolescentes y el entramado criminal que gravitaba a su alrededor. Hubo decenas de detenidos. A la cabeza estaba un hombre de 30 años, condenado a 10 años de prisión por explotación y prostitución de menores y la madre de una de las jóvenes, condenada a seis años de cárcel. Ambos anunciaban a las chicas con imágenes y mensajes que no dejaban lugar a dudas sobre su edad, como “Lolita” o “mamá no está en casa”. Después organizaban encuentros con hombres de mediana edad, que en su mayoría eran políticos, deportistas y empresarios.