Expedición científica busca pareja para la rana Romeo
Al estilo de las historias de amor griegas o shakespirianas, la rana Romeo, una especie acuática yuracaré que está en peligro de extinción, ha movilizado a científicos del Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny y Global Wildlife Conservation, que ya salieron en la primera de ocho expediciones que harán para buscarle pareja.
Se trata del último individuo conocido de su especie y la rana más solitaria del mundo, ya que hace 10 años espera conocer a su Julieta para escribir una historia de amor que tenga un final feliz.
“Estamos ansiosos por recorrer los arroyos para encontrar a Romeo, su Julieta”, dijo Teresa Camacho Badani, jefa del departamento de herpetología del museo, antes de salir de expedición. La científica lidera las expediciones y ella encontró varias ranas acuáticas de Sehuencas antes de que aparentemente desaparecieran.
Las ocho expediciones serán a bosques nublados de los municipios de Pojo, en Cochabamba, y Comarapa, en Santa Cruz.
“Espero encontrar tantas ranas acuáticas de Sehuencas como lo hacía en los viajes hace 10 años y que Romeo pueda tener la cita a ciegas que ha estado esperando. Ésta es una oportunidad única para evitar la extinción de una especie que se ha convertido en una bandera para la conservación”, afirmó la investigadora.
El equipo —que consistirá en Camacho Badani, otro biólogo, un veterinario y un guía local— apuntará a los sitios con registros históricos de la especie, comenzando con La Siberia, el último lugar donde se halló un espécimen. Cada expedición durará unos seis días, llevan consigo equipo para acampar, linternas, GPS, cámara y, por supuesto, botas de goma e impermeables.
También llevan material para recolectar y transportar las ranas al museo cuando las encuentren. Los animales se mantendrán en contenedores húmedos dentro de un refrigerador y se pondrán en cuarentena antes de que Romeo tenga la oportunidad de saludarlos. Luego serán trasladados, con Romeo, sus Julietas y sus amigos, a un nuevo container que será convertido en centro de rescate para esta especie.
“Haber visto esta especie en la naturaleza, y ver a Romeo resistir durante todos estos años, me llena de esperanza y felicidad para dirigir estas expediciones”, dice Camacho. “Romeo representa una especie carismática y única, que es un símbolo de conservación. Esta especie representa lo que ha sucedido con los anfibios a lo largo de los años como resultado de la pérdida de hábitat, especies invasoras y enfermedades entre otras amenazas”.
Según explicó Badani, caminarán por los ríos en busca de anfibios en lugares donde los biólogos tienen registros históricos de la rana acuática de Sehuencas (Telmatobius yuracare), incluida la casa original de Romeo. “Algunos de estos arroyos no han sido muestreados en más de una década”, dijo.
Además de buscar un compañero para Romeo y otros individuos de las ranas acuáticas, el equipo rastreará otras dos especies de ranas acuáticas que se han perdido para la ciencia: Telmatobius sibiricus y Telmatobius edaphonastes, además de ranas marsupiales del género Gastrotheca
Estas expediciones son posibles gracias a las donaciones de gente de más de 32 países realizadas a principios de este año.
El equipo está conformado por Teresa Camacho, jefa del departamento de Herpetología del Centro K´ayra; Sophia Barrón Lavayén, encargada de cría en cautiverio, y el veterinario Ricardo Zurita. También están Oliver Quinteros, quien encontró a Romeo, y el especialista en anfibios Rodrigo Aguayo. Además hay voluntarios e investigadores nacionales y extranjeros.
Una gran obra
El Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny, según explica Ricardo Céspedes, su director, hace más de 10 años apoya la conservación de los anfibios en Bolivia. Afirma que el cambio climático, la intervención antrópica, así como la aparición del hongo quítrido amenazan a los anfibios en todo el mundo, por lo que la institución creó un Centro de Cría de anfibios Bolivianos amenazados.
El director del Museo d’Orbigny explicó que se hicieron varias expediciones para recuperar más ejemplares de la rana yuracaré para reproducirlos, pero ninguna tuvo éxito.
Global Wildlife Conservation y el Museo de Historia Natural impulsaron una campaña para obtener fondos para expediciones más extensas. Esta alianza con GWC permitirá impulsar campañas de conservación de especies desde osos hasta peces para evitar su extinción en nuestro país.
Por esta razón, dijo Céspedes, esta rana “Romeo” es el embajador de todos estos animales que corren la misma suerte que él.
SEPA MÁS
No hay registros de la rana desde 2006
El estado poblacional de la rana yuracaré es incierto. Monitoreos realizados entre 2006 y 2008 dentro del Parque Nacional Carrasco en sitios donde era abundante (Aguayo, 2009) ya habían evidenciado una alarmarte disminución de sus poblaciones.
Yungas de Cochabamba, hábitat de Romeo
En esta zona, la presión antropogénica es bastante fuerte, la expansión de poblaciones humanas y el cambio en el uso del suelo ya sea por agricultura, pesca, turismo, etc. están afectando negativamente el hábitat de esta especie.
Anfibio vulnerable a la contaminación
La rana yuracaré, al ser completamente acuática, es mucho más vulnerable a la contaminación de los cuerpos de agua como arroyos y ríos. Enfermedades como el hongo quitridio ha sido reportado en especies que habitan simpátricamente con T. yuracare y, al igual que en otras especies de anfibios, podría ser una de las mayores causantes de la desaparición de la especie.
Rana yuracaré de sehuencas
La rana acuática de Sehuencas (Telmatobius yuracare) o rana acuática yuracaré como se la conoce localmente, es una especie de tamaño grande, los machos miden hasta 57,6 mm y las hembras 46,0 mm de longitud rostro-cloaca.
Hábitat Vive entre 2.050 a 3.600 msnm
Las principales amenazas para la rana yuracaré es su distribución restringida a algunas localidades entre 2.050-3.600 msnm, dentro la ecorregión de los Yungas, esta ecorregión alberga el 70% de las especies amenazadas de anfibios bolivianos.