Estudiantes clasifican a un reto mundial de aplicaciones
Sofía Toro Chambi, Valentina Cuzmar Toco y Sandra Arias Mollisaca, en Cochabamba, clasificaron a la semifinal mundial de Technovation Challenge con las aplicaciones móviles que desarrollaron. Representarán a Bolivia y competirán frente a niñas y adolescentes de más de 100 países.
Las ganadoras de Cochabamba representarán al país junto a dos equipos de Santa Cruz, uno de El Alto y dos de La Paz.
El concurso internacional Technovation Challenge es un programa educativo que busca despertar y motivar en las niñas y jóvenes el interés por la tecnología. Es liderado por Iridescent, una organización internacional sin fines de lucro. Su misión es inspirarlas para que se conviertan en líderes e innovadoras, resolviendo problemas de su comunidad, relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mediante el uso de la tecnología y el emprendimiento.
Así, cada una de las ganadoras de Cochabamba desarrolló una aplicación móvil con impacto social para mejorar la calidad de vida de las personas. Ellas fueron seleccionadas de entre más de 100 participantes en el departamento.
Las ganadoras coinciden en afirmar que les interesa la programación y sobre todo que buscan ser productoras en tecnología y no simples consumidoras.
Asimismo, Sofía, Valentina y Sandra participarán del campeonato nacional Girls for a change Technovation (Chicas por un cambio Technovation) que se desarrollará en junio, en Cochabamba, evento promovido en el país por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Apss con impacto social
Sofía (de 16 años) logró el primer lugar en la categoría senior con la app “Elixir”. En la categoría junior, Valentina (de 10) llegó al primer lugar con la app “Minka” y , el segundo lugar recayó en Sandra (de 13), con “New Start”.
Las tres coinciden que para programar es importante tener voluntad, atreverse a hacerlo y no desistir a la primera porque es un aprendizaje de prueba y error y uno tiene que insistir hasta lograrlo.
La app “Elixir” brinda información de la composición nutricional de productos envasados.
Sofía, estudiante del colegio Gerónimo de Osorio, explica que se puede escanear el código de barras del producto con la cámara del celular y automáticamente muestra toda su composición (azúcar, carbohidratos, grasas, proteínas y más). Así uno sabe lo que contiene el producto para ver si puede o no comer, por ejemplo si son personas hipertensas o diabéticas. Además, “alerta sobre la presencia de lactosa, gluten para quienes son alérgicos”, señala.
También brinda información sobre enfermedades como (diabetes, hipertensión, obesidad y otros) o sobre los carbohidratos, proteínas, grasas y otros.
La aplicación “Minka” busca consolidar una comunidad ecológica virtual, “donde se le puede dar una segunda vida a aquello que se considera basura pero que puede ser útil para otras personas”, explica Valentina, quien está en quinto de primaria en el colegio Maryknoll.
La app se divide en dos partes: Clasificación de los residuos y EcoRed. La primera enseña a la separación de los residuos en tres áreas: orgánicos, reciclables y no aprovechables. En los dos primeros, a parte de la información muestra en un mapa los centros de acopio con nombres y números de celular para un rápido contacto. En el tercero, se muestra el lugar donde están los contenedores en la ciudad.
La segunda parte, EcoRed, es una red social donde se publican residuos a los que se le puede dar una segunda vida. Se pueden compartir fotos y videos. Es sólo para mayores de 18 años, por motivos de seguridad.
“New Start” proporciona indicadores que ayudan a detectar la violencia en los adolescentes de entre 13 a 15 años. Fue desarrollada por Sandra, estudiante del colegio San Agustín.
Ella creó en la app una mascota llamada Jimmy, al cual el adolescente tiene que bañar, dar de comer, hacer ejercios y la mascota le hará preguntas sutiles al usuario sobre su estado de ánimo a través de fotografías. Las respuestas irán directamente a una base de datos que estará disponible para el psicólogo dentro de una comunidad (escuela o grupo cerrado). Tendrá indicadores sobre miedo, inseguridad, tristeza, ansiedad, furia y estrés de cada adolescente y podrá tomar acciones.
“El objetivo principal es ir detectando la violencia de forma temprana, es una app de prevención”, señala Sandra.