Niñas desarrollan robots y “apps” para cuidar el agua
Pasión por la robótica, inquietud por cuidar el medio ambiente y su edad son las cosas en común que tienen las niñas Elyn Mamani Mamani y Valentina Cuzmar Toco, quienes desarrollaron independientemente proyectos que ayudan al cuidado del agua, un recurso natural y vital para el desarrollo de los seres vivos.
Para la elaboración de estos proyectos, las niñas —ambas de 10 años— aplicaron diversos conocimientos, entre ellos: electrónica básica, programación, matemáticas, biología y robótica.
Robot y aplicación Ñawi
Elyn señala que el agua es “un elemento necesario para la vida. Sin el agua, los animales, las plantas y nosotros mismos no podríamos vivir”.
Explica que varias fábricas echan sus desechos a los ríos, contaminando el agua con lo cual los agricultores riegan sus productos. “Esto puede causar varios problemas de salud a la gente”, dice Elyn, quien estudia en la unidad educativa Eugenia Ravasco.
Por ello, Elyn construyó un robot, llamado Ñawi, para que pueda medir el PH (Potencial hidrógeno) que es una de las pruebas más comunes para evaluar la calidad del agua, su acidez y alcalinidad.
Con esta información, los agricultores sabrán cuál es la calidad del agua y no regarán con aguas contaminadas y así la gente no se enfermará, explica la cochabambina.
Ñawi, un robot cangrejo, tiene una estructura fabricada en impresora 3D adecuada para poder ingresar a lugares difíciles (como patas altas).
Este robot lleva un sensor de PH, el cual tomará muestras de agua y mandará información mediante internet a una base de datos para ver si el agua es apta para el riego de dicho cultivo.
Este robot cuenta con dos aplicaciones (apps), también desarrolladas por Elyn. Una es para manejar a Ñawi, para que avance (adelante, atrás) y suba y baje su sensor de PH-. La segunda app sirve para mostrar en el mapa —en tiempo real—, dónde está y el PH que está recibiendo.
Elyn cuenta que desarrolló el robot y las aplicaciones en unas tres semanas.
Entre los programas que utilizó para desarrollar las apps están: Arduino Blocks, Thunkable Classic y Figma. El costo del robot fue de más de mil bolivianos, el sensor de PH fue lo más costoso.
Elyn explica que a este robot se le pueden hacer mejoras para utilizarlo en estudios más complejos. Ponerle una cámara para ver por dónde se dirige —en tiempo real— y dotarlo de mejores servomotores para que se desplace más rápido.
Recomienda a los niños cuidar el agua, pues “es elemento más importante para la vida”, finaliza la niña a quien le gusta la robótica desde sus cinco años.
Chillchi ñawi
Valentina Cuzmar, del colegio Maryknoll, cuenta que su proyecto Chillchi Ñawi (Ojo de Lluvia) nació porque se dio cuenta de que las personas no tienen conciencia del valor del agua. “Hacemos un mal uso y derroche de este elemento de vital importancia para la vida”, explica quien desarrolló un contador inteligente.
“Mi proyecto se enfoca en optimizar el consumo de agua a través de un contador inteligente”, cuenta Valentina.
Explica que el contador inteligente es un sensor que mide el caudal del agua. Esta información es recopilada por una aplicación móvil que muestra el consumo en tiempo real.
Teniendo la información del consumo en tiempo real y sabiendo cuánto costará por litro, uno sabrá cuánto tiene que pagar, explica Valentina.
Así, “uno podrá reducir el consumo. Si hoy gasté 90 litros, mañana intentaré consumir menos para pagar menos”, explica la niña que este año clasificó a la final del evento internacional Technovation Girls 2019 con su aplicación Minka, sobre reciclaje y reutilización de la basura.
Valentina dice que también puede servir para detectar fugas de agua.
Comenta que realizó su proyecto Chillchi Ñawi en 15 días. “Me costó mucho porque debía realizar la conexión, la programación y a veces da o no da y hay que seguir intentando. Pero me divertí creando el proyecto”, dice la niña orureña.
Comenta que invirtió unos 170 bolivianos para desarrollar Chillchi Ñawi.
Explica que para la programación de su aplicación utilizó código Arduino y Thunkable Classic.
Ambas niñas, desarrollaron estos proyectos para participar en la 9ª Olimpiada Científica Estudiantil Plurinacional Boliviana.
Con su proyecto Chillchi Ñawi, Valentina logró mención de honor en la etapa departamental de esta olimpiada.
“Tenemos muchísimos problemas con el medio ambiente y podríamos ayudar a solucionar”, dice Valentina.
Aconseja a todos los niños y niñas animarse a crear soluciones, “sólo es cuestión de atreverse”, acota.
Lo que aprendí —continúa la pequeña— “es que primero hay que identificar el problema, pensar en una solución y realizarlo. Hay que crear la solución”, finaliza.