Día Internacional del Beso: una celebración al amor
Francis Rojas - Laboratorio de Periodismo UCB
“The Kiss”, la fotografía de Alfred Eisenstaedt en pleno Times Square de Nueva York que captó el desprevenido beso entre el marinero George Mendonça y la enfermera Edith Shain al concluir la Segunda Guerra Mundial, es uno de los besos más icónicos que, junto con otros, guarda la humanidad en su historia y memoria colectiva.
Sin embargo, no es por ninguno de estos icónicos y conocidos besos que se celebra el Día Internacional del Beso el 13 de abril, sino más bien es por uno que, aunque no sea el más famoso, sí que es el más largo. Los protagonistas son una pareja tailandesa conformada por Ekkachi (44) y Laksana (33) Tiranarat que, en 2013, ganaron un concurso para romper este récord y en el cual estuvieron 58 horas, 35 minutos y 58 segundos con los labios pegados, tiempo con el que ingresaron al Guinness World Records, ganándole a una pareja gay con sólo dos minutos de diferencia.
La pareja ganó alrededor de 3.300 dólares y dos anillos de diamantes. En el concurso participaron nueve parejas dispuestas a obtener el título y a seguir las estrictas reglas que no les permitían a los concursantes separar los labios ni siquiera para tomar agua ni ir al baño. Podían beber por medio de un sorbete y cada tres horas. Este evento se llevó a cabo en un centro comercial en la ciudad de Pattaya, situada a 165 kilómetros de Bangkok, la capital de Tailandia.
Según la consultora sexual británica Relate, la liberación de endorfinas que se produce cada vez que juntamos nuestros labios con el de nuestra pareja combate el desánimo y evita caer en la depresión. Por otro lado, de acuerdo a un estudio de la Universidad de Viena, cuando cerramos los ojos y nos fundimos en un beso apasionado, las pulsaciones cardiacas suben de 60 hasta 130 por minuto, se libera adrenalina, baja la tasa de colesterol y al intercambiarse bacterias, se refuerza el sistema inmunitario.
Por último, el investigador alemán Arthur Sazbo, de la Universidad de Wilfrid Lautier de Ontario, Canadá, mantiene la idea de que las parejas que se despiden con un beso antes de ir a trabajar tienen menos accidentes de tráfico, ganan un 25 por ciento más de dinero, tienen menos absentismo laboral y su esperanza de vida se alarga cinco años. Sazbo explica sus afirmaciones mencionando que, los que empiezan el día con un beso, lo hacen con una actitud más positiva y con una energía más vital.