Sin embargo, la presidencia de Sebastián Piñera enfrentó desafíos notables, destacando las extensas protestas estudiantiles que estallaron en 2011, cuando estudiantes chilenos expresaron su descontento con el sistema educativo, demandando reformas integrales y acceso a una educación pública de calidad. Estas manifestaciones pusieron a prueba la capacidad de respuesta del gobierno de Piñera.

Además, las críticas a su administración se centraron en posibles conflictos de interés derivados de sus inversiones empresariales, generando cuestionamientos sobre la imparcialidad en la toma de decisiones. También se revelaron casos de financiamiento ilegal de campañas, como el escándalo Penta, afectando la confianza pública en la integridad del sistema político chileno y generando llamados a la transparencia.

El fallecido ex mandatario enfrentó su mayor desafío durante el Estallido Social de Chile en 2019, que se inició como una protesta estudiantil contra el aumento del precio del metro y se transformó en un movimiento masivo abordando amplias demandas sociales y económicas. La ciudadanía manifestó su indignación ante la desigualdad, exigiendo mejoras en sectores como la educación, salud y pensiones.

Piñera enfrentó críticas por su gestión durante las protestas. La respuesta inicial del gobierno fue percibida como insensible, y las medidas implementadas no lograron calmar las tensiones. La decisión de declarar el estado de emergencia, desplegar a las fuerzas armadas y anunciar reformas no fue suficiente para contener el descontento generalizado, marcando un periodo de profunda convulsión social en Chile.

A pesar de estos desafíos, la administración de Piñera mantuvo un enfoque pro-mercado que, según sus partidarios, contribuyó al sólido crecimiento económico de Chile durante su mandato. Sin embargo, la polarización social y las tensiones políticas resultantes de las protestas y controversias dejaron un legado complejo, que abarca tanto logros económicos como desafíos éticos y sociales.

El 23 de marzo de 2011 durante la conmemoración de la pérdida de la salida al mar, el ex presidente Evo Morales anunció que llevaría al Gobierno de Chile ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ).

Durante el primer mandato de Piñera (2010 - 2014), la relación entre Chile y Bolivia estuvo signada por desafíos, especialmente en torno a la demanda boliviana de acceso soberano al océano Pacífico. La Corte Internacional de Justicia (CIJ) emitió un fallo en 2018 desfavorable para Bolivia, concluyendo que Chile no estaba obligado a negociar dicho acceso. La relación entre Piñera y el entonces presidente boliviano, Evo Morales, estuvo marcada por tensiones, evidenciando diferencias fundamentales en la perspectiva territorial.

La cooperación entre Chile y Bolivia durante los mandatos de Piñera fue limitada, marcada por tensiones políticas y diferencias ideológicas. Momentos de diálogo se intercalaron con crisis, especialmente tras el fallo de la CIJ y eventos geopolíticos en la región.

En conclusión, la trayectoria política de Sebastián Piñera se entrelaza con su papel como empresario exitoso y su participación en la vida política chilena. Su legado está asociado a políticas pro-mercado, desafíos económicos y sociales, así como a la disputa con Bolivia por el acceso al mar, una controversia que marcó su presidencia y la relación entre ambas naciones.