La técnica del hilado, la técnica del origen
Huari creó un espacio de producción equipado con el material necesario, amplio, limpio y cómodo, a lo que se sumó asesoramiento administrativo.
“Vivir en Huari es hermoso. Mi madre nació aquí, yo nací aquí y mi hija también y sus hijos; este lugar es nuestro origen”, cuenta Hipólita, una tejedora con una basta experiencia que vive por y para los tejidos, mientras envuelve una madeja de lana virgen dentro del taller que construyó la marca Huari hace unos años.
“Los tejidos forman parte de ese origen, de nuestro origen, y también se transformaron en símbolo de unión entre las generaciones de abuelas, madres e hijas desde que tengo memoria. La unión de los hilos representa la unión de nuestras familia y de nuestra comunidad”, agrega la artesana, mientras una joven prepara una fuente para teñir la lana.
Para Hipólita y otras tejedoras que están en el taller, Santiago de Huari es uno de los pocos lugares privilegiados en el que todavía el ser humano se condensa con la naturaleza, y es gracias a este encuentro fértil que nace el hilo. Agregan que cada etapa involucra un profundo conocimiento de todo lo que significa la naturaleza representada en los tejidos y ese conocimiento está en poder de algunas pocas tejedoras.
El tejido es una actividad ancestral en la comunidad que está al borde del lago Poopo, pero se ha ido perdiendo con el paso del tiempo. Sin embargo, los esfuerzos que ha hecho Huari han permitido revitalizar este oficio que estaba a punto de extinguirse hace algunos años.
Primero, la marca implementó una escuela y un taller de producción en la comunidad, con expertos en textiles y sociólogos que brindaron capacitaciones y entrenamientos a las mujeres de la comunidad. Posteriormente, se desarrolló un manual de procesos con los pasos a seguir para desarrollar un tejido ideal.
Huari, además, creó un espacio de producción equipado con el material necesario, amplio, limpio y cómodo, a lo que se sumó asesoramiento administrativo: entregó insumos, gestionó transporte, contactó con clientes y canales de venta, y aportó con consultoría financiera y contable.
Luego de estas acciones, ahora, la marca premium de la Cervecería Boliviana Nacional (CBN) busca convertir a los tejidos andinos en Patrimonio Cultural Nacional y fortalecer la comunidad de tejedoras. En estos años, las artesanas han aumentado de 4 a 42 gracias a la campaña de Huari Causa.
Apoyada en todas estas facilidades que proporcionó Huari, Hipólita remoja y remueve con sus manos las fuentes con las madejas y se ve cómo el color se impregna en los hilos de la lana virgen. Martina, una joven aprendiz de las maestras tejedoras, sigue las instrucciones y atiende su tarea mientras Hipólita enjuaga las madejas de hilos y las expone al sol para secarlas. Los rayos del sol invaden y se siente el calor agobiante que traspasa los hilos.
“Cuando yo era pequeña, mi madre murió. No tuve la posibilidad de aprender a tejer porque no tenía quién me enseñara. Tuve que aprender con otras maestras y se me facilitó mucho con todo lo que nos brindó Huari. Muchas de nosotras trabajamos con los tejidos; queremos que sea un ingreso permanente para nuestras familias”, comenta Martina mientras corta y enrolla los hilos de colores.
Las tejedoras del municipio de Santiago de Huari cumplen una labor sumamente completa. El tejido de ponchos, aguayos y demás productos es solamente el final, pero también se dedican a la cría y al cuidado de llamas y de ovejas, y de estos animales consiguen la lana. “La tarea de esquilar la lana de nuestros animales es uno de los pasos más importantes de todo el proceso, la finura del hilo depende de esto”, agrega la joven.
A partir de lo que la naturaleza ofrece, las mujeres le dan nacimiento al hilo, y luego, las manos de las artesanas dan vida al telar. De esta forma queda reflejada la naturaleza en los productos. Son esas manos las que hacen hilos, puntadas e historia.
En esta aventura de Huari, Claudia Hinojosa, una mujer experta en tejidos, toma un protagonismo clave. Hinojosa tiene la crucial tarea de asesorar a las tejedoras en distintos ámbitos y fue pieza fundamental para que las artesanas se multipliquen en más de 10 veces.
“Cada vez que voy a Huari me impresiona ver el progreso de las mujeres. Ahora son mujeres empoderadas, motivadas, que disfrutan muchísimo de su trabajo. El objetivo del proyecto es que esta actividad sea sostenible en el tiempo y también concientizar a la sociedad boliviana sobre los tejidos andinos; más ahora, que la tendencia mundial es revalorizar todo lo artesanal”, afirma la asesora.
Esta afirmación de Hinojosa es respaldada por Rebeca, otra tejedora que disfruta de las instalaciones que Huari ha construido. “El telar representa el momento donde la mujer expresa su visión del mundo, sus sentimientos, sus emociones. Es el encuentro entre la naturaleza, la técnica y la tradición acompañadas por las manos de una mujer. Son nuestros sueños plasmados en hilos”, dice mientras comparan los colores obtenidos y otras exhiben los ovillos de lana de vicuña con colores neutros.
Huari se enfocó en una de las principales preocupaciones de las tejedoras y por eso canalizó todos sus esfuerzos en crear la campaña Huari Causa. “Mi abuela me enseñaba a tejer cuando tenía ocho años. De chiquita ya tejía y sabía que era mi vocación y mi pasión. Me gustaban las flores y siempre me dediqué a tejerlas. No sabemos si esto (el tejido andino) va a continuar. Nos gustaría tanto (seguir). Lo hago desde los ocho años. Porque estamos tan alejadas de todo; no tenemos tantas personas que compren nuestros productos”, destaca Petrona con desazón en su rostro.
La marca respondió a esta preocupación asesorando a las tejedoras de Santiago de Huari con actividades y cursos financieros y de ventas; además, contactó a clientes, colaboró con contabilidad y aumentó los canales de venta.
“La campaña de Huari Causa ha nacido con el objetivo de concientizar y enseñar a la sociedad sobre el valor de los tejidos andinos y de nuestro origen. De esta manera, Huari se consolida como la marca que inspira a descubrir el origen que es parte de nuestra cultura y nuestra gastronomía; queremos volver a nuestros orígenes, y para eso solo debemos seguir el hilo”, señaló el jefe de marca, Rodrigo Rocabado.