¿Cómo obtener un título profesional siendo el sostén de tu familia?
“Trabajo más de 13 años en la venta de equipos de computación, gano por porcentaje en ventas. Tengo conocimientos avanzados (empíricamente) en sistemas y ventas. Hay clientes que me buscan para actualizar sus equipos, programas, entre otros. El estar en este tipo de negocio me obliga a actualizarme y lo hago experimentando en lo que trabajo o buscando tendencias nuevas en YouTube”, señala Mariano Sempertegui, un vendedor de computadoras de 33 años en La Paz.
Llega un momento en el que priorizas otras necesidades y obligaciones antes que el estudio, afirma Sempertegui. Cuando uno decide volver a estudiar en la edad adulta, es posible que no disponga del mismo tiempo como cuando era joven, por las obligaciones laborales, familiares y personales.
“No tuve tiempo para estudiar en la universidad, pese a que me decían que era un experto y que para mí sería fácil la carrera Fui papá joven y trabajo tiempo completo. Mis responsabilidades como jefe de hogar y sostén económico no me permiten dedicar tiempo al estudio. Tal vez lo pensaría si fuera en los momentos que pueda”, agrega.
Como él, miles de personas sueñan con estudiar y obtener un título profesional, que no solo les brindara orgullo y realización, sino también mejores oportunidades laborales, ingresos y responsabilidades.
“Las responsabilidades que asumen las personas al convertirse en jefes de familia son muy grandes, lo que hace que en muchos casos no puedan continuar sus estudios. Los jóvenes que deciden ingresar al mercado de trabajo, no tienen el tiempo que requiere una carrera universitaria. Este es un problema importante en el país, pero que ha merecido poca atención”, explica el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Jaime Ascarrunz.
Para el investigador laboral Bruno Rojas, muchas veces, las personas que salen bachilleres no continúan sus estudios por la necesidad imperiosa de trabajar, porque cambiaron de estado civil y adquieren nuevas responsabilidades o por la situación económica de sus hogares, lo que obliga a sus familias a generar estrategias para captar más ingresos.
“Hay casos en los que cambian de residencia, buscan otros lugares para trabajar y en el caso de Bolivia apuntan al sector informal, trabajador por cuenta propia, el comercio o servicios. Esas son las razones por las que muchos no optan por la universidad o no concluyen la carrera porque ponen en la balanza si continúan sus estudios o buscan una fuente de ingreso”, agrega el experto.
“Es difícil estudiar cuando eres mamá y tienes responsabilidades. Mis hijitos aún son pequeños, no puedo dejarlos. Soy consciente que solo teniendo un título, se abren posibilidades de un mejor trabajo. Es difícil equilibrar el trabajo, el estudio y la familia” dice Graciela Ramos, una ama de casa.
Según Rojas, en base a datos obtenidos por la Fundación para la Producción (Funda-Pró), del total de bachilleres que se gradúan en el país, sólo alrededor de un 33% ingresan a la universidad, aunque el investigador estima que este porcentaje se ha reducido en los últimos años.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la tasa de matriculación en la educación terciaria (es decir el porcentaje de jóvenes que están inscritos en la universidad sobre la población que tiene la edad para cursar estudios universitarios) en el país, para el año 2011, era menor al 40%.
“Esta es una tasa baja en relación a los países desarrollados, que tienen una tasa de matriculación terciaria mayor al 80%”, agrega Ascarrunz
Los jóvenes que no van a la universidad generalmente están en el mercado de trabajo. La tasa de participación en el mercado de trabajo de los jóvenes entre 15 y 24 años en el país, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), fue de 53% el 2011. Esto significa que más de la mitad de los jóvenes entre 15 y 24 años están empleados o buscando un trabajo, jóvenes que deberían estar en la universidad.
“Este es un indicador que nos muestra que no todos apuestan por una profesión universitaria. Si no, buscan una ocupación o continúan con la tradición de la familia con un negocio o actividad esencialmente informal. Una característica que pudimos observar en estos años es que las familias, los que buscan una fuente de trabajo optan por una pluri actividad. Aparte de un trabajo tienen una ocupación específica, dos a más actividades que les permita compensar la necesidad de mayores ingresos económicos.”, acota.
Rojas agrega que, de los pocos que acceden a la educación superior, un 10% concluye sus carreras. “El resto no lo hacen por sus condiciones materiales, económicas y del entorno social en el que se desenvuelven”, puntualiza.
Sin embargo, en muchos casos, la motivación para continuar estudiando y profesionalizarse es más fuerte que las adversidades.
“Decidí trabajar tras dejar el colegio. Mis papás con dificultades lograban llegar a cubrir los gastos del mes. Por eso estudié para auxiliar contable, era importante encontrar trabajo pronto. Es a nivel técnico y una deuda conmigo misma es lograr ser Contadora Pública. Se lo debo a mis papás y a mí misma”, dice María Colque, funcionaria pública de 28 años.
De acuerdo con un estudio realizado por el investigador Alberto José Rivera Choque, existe una relación entre el grado de educación de las personas y los niveles salariales que percibían.
“Se puede apreciar que cuantos más años de escolaridad y más alto es el nivel de educación, mayores será el retorno de sus ingresos. Probablemente, en edades tempranas, las personas con altos niveles de ingresos tenían las mismas capacidades intelectuales y motivacionales que las personas que ganan menos, pero estas últimas no gozaron de las mismas condiciones sociales y oportunidades de equidad”, explica el investigador en su estudio.
El estudio además menciona que los ingresos por hora de las personas se incrementan en 10,16% por el nivel educativo culminado y 0.92% por cada año de estudio realizado. “Cuanto más alto es el nivel de escolaridad y nivel educativo, mayores son los ingresos percibidos por las personas y, a través de ello, una mejor calidad de vida”, enfatiza Rivera.
Democratizar la educación de calidad
Tomando en cuenta lo antes explicado, la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, da grandes pasos en su propósito de transformar la educación en Bolivia con la puesta en marcha de Unifranz Online, la misma que democratiza el acceso a una educación de calidad, a través de la tecnología, donde el estudiante aprende en línea a su propio ritmo, sin importar dónde esté y de forma práctica.
La plataforma educativa digital impulsa el crecimiento personal de los estudiantes que buscan profesionalizarse, para mejorar su posicionamiento y aspiraciones laborales. Sin importar las limitaciones de tiempo y distancia que plantea la educación presencial.
“En esta propuesta digital, todas las limitaciones son subsanadas porque nuestra oferta educativa se acomoda a los tiempos de la persona, se acomoda al lugar donde se encuentra la persona. Es una educación completamente centrada en la persona, en desarrollar las competencias profesionales de los estudiantes, para que sean capaces de resolver desafíos que tienen las organizaciones o empresas y que esta educación los ayude a insertarse laboralmente y poder progresar. Una persona ya no tiene que tomar la decisión de priorizar sus estudios, el trabajo o la familia”, explica Óscar Ágreda, presidente ejecutivo de Unifranz a tiempo de presentar la nueva apuesta de la institución que abre puertas para el acceso a la educación superior.
El título académico a nivel de licenciatura es emitido por el Ministerio de Educación y es otorgado por la Universidad Privada Franz Tamayo, Unifranz, con más de 30 años de experiencia en educación superior, a fin de avanzar hacia un futuro más prometedor.
Asimismo, la plataforma digital se alista a revolucionar este año, la educación superior en el país, de la mano de herramientas digitales, que potencian el aprendizaje, mejorarán la accesibilidad de los jóvenes a una educación de calidad y brindarán eficiencia educativa.
“La educación en línea tiene que estar pensada desde un enfoque pedagógico y que la tecnología sea el recurso más importante para que esta se materialice y se haga realidad. Cuando hablamos de un ecosistema digital, estamos hablando de un LMS (Sistema de Gestión de Aprendizaje) que puede albergar todos los contenidos, pero esos contenidos tienen que ser multimedia. No es suficiente tener un enlace de una videoconferencia con un profesor detrás de una pantalla transmitiendo cierto contenido. Se ha demostrado que eso es antipedagógico porque no puedes tener una persona tantas horas sentadas pasando clases, tratando de transferir algo de conocimiento a través de una videoconferencia”, apunta Ágreda.
Amigable, adaptable e interactiva, son algunas de las características de la plataforma de aprendizaje digital de Unifranz Online.
El proyecto impulsado por Unifranz Online tiene una fuerte esencia pedagógica, porque quienes producen y crean contenido son los docentes y profesores expertos en su área de formación profesional, acompañados de un equipo de especialistas en tecnología y desarrollo de contenidos multimedia.
Administración de Empresas, Derecho, Ingeniería Comercial, Contaduría Pública y Publicidad y Marketing son las cinco carreras de pregrado con las cuales Unifranz Online busca romper estereotipos y desafiar a jóvenes y adultos que estaban esperando una oportunidad para ser profesionales de excelencia.