Los “MEGA” millonarios bolivianos
En el mundo existen algo más de 2.208 personas que poseen fortunas mayores a los mil millones de dólares , según la revista Forbes. Son magnates que podrían gastar, en algún caso, hasta durante siglos, un millón de dólares diarios y seguirían siendo millonarios. Bill Gates, por ejemplo, necesitaría 218años para dilapidar su patrimonio si decidiera salir a la calle y repartir 10 mil billetes de 100 dólares cada día. A ese selecto club de los megamillonarios, bien podrían haberse inscrito al menos ocho bolivianos en los últimos 100 años.
De hecho, el primero de ellos ya contaba sus millones de cien en cien en la década de los 20. Es el único boliviano que llegó a estar entre los 10 primeros magnates del planeta, y alguna versión hasta lo cita entre los primeros cinco (2). Se trata del cochabambino Simón I. Patiño, el conocido “Rey del estaño”. Según reconoció su propio hijo, Antenor, en 1968, la fortuna que Patiño llegó a acumular superó los 3.000 millones de dólares. Hechas las conversiones sobre la depreciación del dólar, aquel monto equivaldría hoy a algo más de 21 mil millones de dólares.
En estos días resultaría el segundo rico de Latinoamérica y ocuparía el puesto 36 en el mundo. Se ubicaría entre los brasileños Jorge Lemann y Joseph Safra, con 29.700 y 20.500 millones de dólares, respectivamente (3). Y si vale la pena la figura del gasto, Patiño podría tirar al aire un millón de dólares diariamente durante 57 años y seis meses para acabar con su capital.
Constituye, sin duda y de lejos, el mayor acaudalado de la historia boliviana. “Para tener idea de la riqueza de la familia Patiño”, ha escrito el analista Decio Machado, “basta con comparar la renta bruta de Bolivia en 1925 (55 millones de pesos) con la de Patiño (50 millones de pesos)”. Tras esforzadamente hacerse de la mina La Salvadora, su tozudez y audacia lo llevaron casi a monopolizar la producción boliviana. Es más, se convirtió en el primer boliviano en transnacionalizar sus empresas.
El propio Machado cita: “Cuando se produjo la Primera Guerra Mundial, exigiendo más estaño y plomo, Patiño entraba definitivamente en el selecto club de los grandes millonarios del mundo. Los Patiño viajaron a Europa, para establecerse en París. En 1914, las oficinas se trasladaron al número 44 Avenue Gabriel, desde donde Patiño dirigía sus negocios”.
En 1918, su nombre aparecía en las revistas internacionales, entre los hombres más ricos del mundo; en 1920, su empresa poseía el 41 por ciento del estaño mundial. Patiño supo, además, integrar las operaciones mineras en un vasto conjunto empresarial y financiero, logrando controlar a los refinadores europeos. Y ya pasada la Segunda Guerra Mundial, entre fines de los 40 y principios de los 50, llegó a comprar a sus fundidores en Liverpool (Willams Harvey & Co.) y en Alemania. De igual manera, adquirió minas en Malasia. Murió en abril de 1947.
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“Reyes” y “barones”
Simón Patiño compartió la fama de “los barones del estaño” en Bolivia con otros dos magnates: Mauricio Hochschild y Carlos Víctor Aramayo. Ambos también aprovecharon los boom de precios del denominado metal del diablo y es muy probable que las fortunas que acumularon equivaldrían o superarían hoy al millardo de dólares. De hecho, uno de los descendientes de Hochschild, Eduardo, hoy es el tercer mayor millonario de Perú con un patrimonio de 1.400 millones de la moneda estadounidense. Se dedica a la minería y ocupa el puesto 1.650 a nivel mundial, según la tabla Forbes.
De las primeras décadas del pasado siglo se recuerda igualmente al cruceño Nicolás Suárez, conocido como “el Rey de la goma”. Llegó a monopolizar el 60 por ciento de la producción mundial de caucho, fruto de su trabajo con 2.000 peones, en un área de 150.000 kilómetros cuadrados El historiador Alexis Pérez cita: “Construyó una ciudad en medio de la Amazonía, Cachuela Esperanza, dotada de los –para entonces– últimos adelantos de la modernidad. Por si fuera poco, fue el principal financiador de la guerra del Acre y, virtualmente, con su propio ejército expulsó a las tropas brasileñas de lo que hoy es Cobija”. Suárez murió en 1940, y es muy probable que también haya alcanzado el nivel de mega millonario.
Durante los años 50, la Revolución Nacional y la baja de los precios de las materias primas desplazaron a los potentados de Bolivia. A mediados de la década de los 90, se empezó a develar el poder económico alcanzado por el paceño Gonzalo Sánchez de Lozada. Paradójicamente, eraentonces líder del partido que protagonizó la insurrección que barrió con los barones del estaño, cinco décadas antes: el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).
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El presidente magnate
Sánchez de Lozada, al igual que varios de sus antecesores, hizo fortuna con la minería. La base de su emporio fue la mina Porco, adquirida en 1961 y considerada desde tiempos de la colonia como el “Segundo Cerro Rico”. Su empresa, Comsur, fue luego ampliando su alcance a yacimientos de oro en el norte de La Paz en los años 70. Y en los 80 sumó las minas Huari y Bolívar, en Oruro, parte del Cerro Rico potosino, y el yacimiento Don Mario, en Santa Cruz. En los 90, el magnate emenerista incursionó en sociedades mineras de Chile, Perú y Argentina, además de otros negocios, especialmente en la banca.
El año 2002, el periodista Andrés Soliz Rada aseguró que la fortuna de Sánchez de Lozada superaba “fácilmente los 200 millones de dólares”, según el libro “La Fortuna del Presidente”, deSoliz Rada.
Tras huir del país en octubre de 2003, el magnate movió hábilmente sus inversiones en Bolivia y vendió sus paquetes accionarios a varias transnacionales. Hoy dirige el consorcio Petrominas desde Washington DC, aplicado internacionalmente a inversiones en hidrocarburos y minería. Lo más importante: entre 2004 y 2015,Sánchez de Lozada se benefició del boom mundial de las cotizaciones de las materias primas.Es probable que el expresidente fugitivo también haya convertido esos presuntos 200 millones de 2002, en 1.000 o más millones de dólares a lo largo de estos tres lustros.
Potentados del siglo XXI
Tres nombres más pueden sumarse a la lista de los megamillonarios bolivianos. Uno de ellos constituye el paceño Miguel Krigsner que lidera la afamada cadena farmacéutica O’Boticario y cuenta con 2.700 millones de dólares. Sin embargo, su peso resulta relativo en el país dado que construyó su fortuna en Brasil donde, además, se nacionalizó.
Quien sí ha cobrado notoriedad es otro paceño: Marcelo Claure. Este economista de 47 años es el primer boliviano en hacer fortuna a través de la tecnología. Tras incursionar en diversos negocios, en 1997, entró en el mercado de la distribución mayorista de teléfonos móviles y fundó la empresa Brightstar con un objetivo: conquistar el difícil mercado latinoamericano.
El talento de Brightstar a la hora de servir de intermediario entre los fabricantes y los distribuidores le llevó a un crecimiento explosivo y a un paso que raras veces se da: el salto al mercado norteamericano. “Generalmente, son las empresas estadounidenses las que van a América Latina”, explicaría más tarde. En 2013, Brightstar facturó 10.500 millones de dólares. Además de la distribución, la empresa también se aventuró en el negocio del ensamblaje de móviles (6).
Los reconocimientos al papel de Claure en el éxito de la empresa empezaron a llegar. En 2011, la Cámara Hispana de Comercio de EEUU lo nombró Empresario del Año. Cuando, en 2013, Apple decidió por fin imitar al resto de la industria e implantar un sistema de reventa e intercambio de teléfonos, lo contrató con Brightstar. En octubre de 2013, el gigante japonés de Internet Softbank, anunció la compra del 57 por ciento de Brightstar por 1.260 millones de dólares. La operación hizo de Claure un megamillonario.
Claure bien podría cerrar la lista de los mil millones, pero a esta no podría de dejar de sumarse un nombre polémico: Roberto Suárez Gómez, el “Rey de la cocaína”. Incontables relatos testimonian que este líder del narcotráfico también superó, y holgadamente, el millardo de dólares en los años 80. La CIA llegó a considerarlo la cabeza de la “General Motors de la Cocaína”. Su esposa Aida Levy relató: “Las remesas que llegaban de Colombia eran diarias. Algunas veces los empleados tenían que contar durante horas sumas de hasta 70 millones de dólares en billetes de diferentes cortes que llegaban en bolsas de cotense” (7).
La polémica se relativiza si se evalúa también los pecados y delitos de varios de los potentados. No se podría olvidar cómo los barones del estaño manipularon a su antojo la política boliviana desde las sombras ni cómo explotaron a miles y miles de mineros. Tampoco queda ausente el drama de los siringueros que sirvieron al “Rey de la goma”. Menos puede dejarse a un lado la oscura fama que Sánchez de Lozada se llevó a EEUU, entre la corrupción y el uso criminal del poder.
Sólo resta saber si Claure y los megamillonarios que quizás surjan en el siglo XXI querrán o sabrán navegar por las aguas del poder político. Por ahora, el líder de BrightStar se mostró distante a aquella tentación. Sin embargo, su perfil empresarial se parece notablemente a uno que se pone de moda en diversas partes del mundo: lo encarnan desde MauricioMacri, Horacio Cartes y Sebastián Piñera en Sudamérica hasta Silvio Berllusconi en Italia. Quizás sólo sean meras coincidencias.
BOLIVIA AUSENTE DE LAS LISTAS DE RICOS
Ocho bolivianos podrían ingresar a la lista de los más ricos, pero aún les faltan “millones” para competir con los más poderosos del planeta.
Para entrar al club de los millonarios se necesita un patrimonio neto o igual a 30 millones de dólares.
AL MENOS 205 BOLIVIANOS MILLONARIOS
En Bolivia, hay 205 “súper ricos” con una fortuna total de $us 25.000 millones, según reveló hace dos años elWorld Ultra Wealth Report que publica el banco suizo UBS en su página web.
UBS los define como los Ultra High Net Worth; es decir, los súper ricos. En un mundo de 7.000 millones de habitantes, 199.235 personas –exactamente– tenían ese privilegio. Sin duda, hasta este 2018, ese número sumó algunos cientos más en un mundo donde éstos se incrementan en aproximadamente 3,5 por ciento cada año.
Para entrar al club se necesita un patrimonio neto o igual a 30 millones de dólares (después de contabilizar las participaciones en empresas públicas y privadas, las inversiones en arte, aviones y bienes residenciales).
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LA FORTUNA DE LOS MÁS RICOS EN 2018
Según la publicación especializada Forbes, en su más reciente edición, la brecha entre los muy ricos y los que simplemente son ricos se sigue ensanchando en tanto las fortunas alcanzan nuevas alturas.
Forbes asegura que se llegó a un récord con 2.208 poseedores de fortunas de más de 1,000 millones de dólares. En total, los activos de estos personajes marcan otro récord: 9,1 billones de dólares (o sea 9.100.000.000.000 dólares), 18 por ciento más de lo registrado el año pasado.
Las 20 personas más ricas del planeta acumulan una fortuna de 1,2 billones de dólares; es decir, casi 40 veces el producto interno de Bolivia. Además, ellos representan menos del 1 por ciento del total de los multimillonarios, pero sus riquezas suman 13 por ciento del total de la fortuna de los demás en la lista a nivel mundial.
