Cócteles con sabor, aroma y color
Un cóctel presentado en una copa de cobre cerrada con forma de piña y baúles que, además de resguardar bebidas, al abrirlos envuelven con un aire místico y entrañables aromas al comensal…No está en discusión que beber es un gran placer, pero no es sólo un deleite para el paladar, sino también para la vista y el olfato. En síntesis, toda una experiencia para la persona.
Siempre fiel a su estilo europeo, pero, con ingredientes bolivianos, La Muela del Diablo demuestra ello con su nueva coctelería bajo el mando del barman Cristian Pérez, la cual es presentada en originales y atractivos envases de inox. “Lo último que se está haciendo en el mundo, pero con nuestros insumos”, explica Lenín Butrón, quien es propietario de La Muela del Diablo junto a la chef Gabriela Córdova.
El bar restaurante y antro cultural es un referente en la región en innovaciones de gastronomía y coctelería. Por ejemplo, hace un año y medio presentaron el Moscow Mule, que ya es un cóctel “de moda” en la ciudad. La bebida que ellos preparan es con cerveza de jengibre artesanal además de vodka, jugo de lima y limón y menta. También hacen variaciones con crema y para el verano, una versión frappé.
Además, Lonely Planet, afamada guía internacional de viajeros del mundo, reconoció a La Muela del Diablo como la mejor opción de jardines cerveceros en Cochabamba.
Otro cóctel con personalidad es el Fine Rabbit (Cocalero, jugo de zanahoria, jugo de naranja, amaretto, manzanilla y falso caviar de frutilla), el cual tiene un sabor explosivo y refrescante, sin dejar de lado que el falso caviar despierta curiosidad y llama la atención.
Un rasgo particular y original de esta nueva carta son los ahumados de roble, palo santo y vainilla, además de otros sabores. Butrón lo define como una experiencia distinta y de energía que juega con las impresiones del comensal y refleja el misticismo del país.
Un ejemplo de ello es el Mystic Devil, un coctel de gin La República Andina, vermouth rosso, jugo de naranja e infusión de flor de Jamaica que es servido en un cofre y ahumado en palo santo.
El Old Fashion es más que el típico trago neoyorquino, pues tiene un ahumado de madera roble y uno se lo sirve. El Moonlight, llamado así por la luz que emana (pues es servido en una bombilla de luz), es una creativa fusión de tequila, té gourmet, Cointreau, almíbar y jugo de limón fresco, ideal para dos personas.
Al destapar una atractiva copa en forma de piña, uno degusta el Mr. Pineaple, bebida dulce pero suave al paladar que, sin duda, genera una sorpresa cuando revisas que tiene fernet Branca, ron añejo, limón fresco, jarabe de piña ahumada y nuez moscada.
Butrón afirma que la principal finalidad es lograr que la gente pruebe cócteles a la que no está acostumbrada. “Que un trago no sepa tanto a alcohol, sino que despierte los sentidos y acompañe la comida. Que no sea agresivo”, enfatiza el emprendedor.
Sin duda, ha sido un verdadero gusto probar sorbos de estos cócteles para redactar esta nota, pero sugerimos al lector que la mejor decisión es que conozca poco a poco cada uno de ellos y que no viva todas las experiencias en una noche.
Butrón enfatiza que es importante romper la barrera de que las mujeres tienen determinado paladar y los hombres otro. La nueva coctelería de La Muela del Diablo no discrimina géneros y desafía a probar sabores nuevos.
También sacarán nuevas versiones del clásico negroni y sorprenderán aún más con cócteles en base a burbujas aromáticas servidas en la mesa. Cabe mencionar que conservarán la carta de cervezas europeas y nacionales y la bodega nacional Márquez de la Viña será el vino de la casa.
Otras noticias que comparte Butrón es que traerán el gin del bar argentino Florería Atlántico, el segundo mejor bar del mundo. Volverán con la absenta, introducirán nuevas exquisiteces a su carta de comida y, sobre todo, piensan evolucionar para competir en futuro con bares a nivel mundial. Un espacio que siempre da de qué hablar.