Las películas malditas de Hollywood
Texto: Manuel Noriega
Hacer una buena película no es fácil: hay que conseguir la financiación, el respaldo de una productora, perfilar un buen guion, contar con buenas interpretaciones, un buen director… Pero si, además, a todo esto, se le añaden supuestas interferencias paranormales, el trabajo puede convertirse en una verdadera misión imposible.
En el imaginario colectivo se guardan títulos que los espectadores consideran malditos por desafortunados incidentes durante sus rodajes.
En el caso de “The Passion of the Christ” más que maldición pudo tratarse de un castigo divino. Mel Gibson estaba decidido a convertir los últimos días del mesías de los cristianos en una gran producción que recogiese su fe y la importancia de la figura de Cristo. Gibson apostó por el realismo extremo a la hora de plasmar el sufrimiento de Jesús.
Para Jim Caviezel, que interpretó el papel protagonista, el rodaje fue una tortura: tuvo neumonía, hipotermia, sufrió latigazos reales, dolores de cuello y se dislocó un hombro. Pero, además, sufrió un percance que muchos relacionaron con una maldición: mientras rodaban una escena, recibió una descarga eléctrica de un rayo. Poco después, otro impactó sobre el asistente de dirección, que ya había recibido uno antes.
A pesar de los contratiempos, la cinta fue un éxito de taquilla, obtuvo tres nominaciones a los Óscar y se repone una y otra vez cada Semana Santa. Sin embargo, el resultado no fue el mismo para Caviezel que después del reconocimiento mundial por su interpretación no ha vuelto a aparecer en ninguna otra película exitosa.
“Poltergeist” es una de las películas clásicas de terror sobrenatural más reconocidas mundialmente. En ella se cuenta la historia de una familia que ve amenazada su integridad por espíritus malignos que los acechan a través de los electrodomésticos.
Durante los años siguientes al estreno de la cinta y de sus secuelas, murieron diferentes personas que habían sido parte del equipo. La primera fue Dominique Dunne, que fue asesinada por su novio en 1982. La niña protagonista, Heather O’Rourke, falleció poco después de estrenar “Poltergeist III” mientras la operaban. Las siguieron los actores Julian Beck, de cáncer ya cumplidos los 70, y Will Sampson, por complicaciones después de que le trasplantasen un riñón.
Y si “Poltergeist” tenía muchos de los ingredientes necesarios para convertirse en carne de cañón de parapsicólogos, “The Exorcist”, de 1973, los tenía todos. Nadie duda ya de que se trata de uno de los clásicos del género, capaz de, con solo las primeras notas de su tema principal, erizar el vello a más de uno. Para muchos es, también, una película maldita.
Durante el rodaje de esta cinta, que contaba la historia del exorcismo de una niña, se registraron acontecimientos que el equipo consideraba inexplicables como fallos recurrentes de la maquinaria o incendios pequeños. Las actrices que interpretaban a la madre y a la niña protagonista sufrieron lesiones mientras grababan. Poco después del rodaje, fallecieron dos actores, Jack MacGowran y Vasiliki Maliaros.
LA MALDITA DE LAS MALDITAS
Nada tiene que envidiarles “Rosemary’s baby”. En una escala del uno al 10 de películas malditas, esta se llevaría un 11. Según apunta Vanity Fair, está considerada la más maldita de todas. Roman Polanski cuenta en esta cinta, protagonizada por Mia Farrow y estrenada en 1968, la historia de una mujer embarazada que duda sobre el origen malvado del niño que espera y su descenso a la locura.
No se registraron incidentes reseñables durante el rodaje, aunque el ambiente era muy exigente y el director llevaba a la actriz, no muy estable, al extremo. Pero una vez que se estrenó, diferentes hechos relacionados con algunos de los que participaron en ella alimentaron todo tipo de especulaciones.
El compositor de la banda sonora, Krzysztof Komeda, falleció por una caída. Al año siguiente, en 1969, los miembros de la Familia Mason asesinaron a Shanon Tate, esposa del director, embarazada de ocho meses, y a cuatro amigos en la casa del matrimonio.
“The twilight zone” también es considerada un agujero negro de desgracias. Producida por Steven Spielberg y codirigida por John Landis, Joe Dane, George Miller y el propio Spielberg, la película es recordada por un accidente de helicóptero que le costó la vida al actor Vic Morrow y a dos niños actores, Renee Chen y Myca Dinh Lee.
“The Crow” no podía faltar. Rodada en 1994, trataba sobre una pareja asesinada la noche antes de la boda y de cómo el alma atormentada del novio vuelve a la vida buscando venganza.
El rodaje estuvo marcado por la dramática muerte de Brandon Lee, de 28 años e hijo de Bruce Lee. La leyenda negra cuenta que a Lee le dispararon con una pistola cargada y que fue una bala lo que lo mató. Sin embargo, no fue un proyectil, sino un trozo de una bala de fogueo que se había quedado encasquillada. Un acontecimiento que toma otra dimensión al ver el último papel que el padre de Brandon interpretó antes de su muerte: un actor que fallece cuando sus enemigos cambian una bala de fogueo por una real.
Pero la cosa no acaba ahí: una persona del equipo se electrocutó y sufrió graves quemaduras el primer día de rodaje. El tercer día, según contó el actor Jon Polito, un camión se incendió sin que nadie supiese por qué y más tarde hubo un huracán que destruyó el set.