Adoración en la pantalla, odio fuera de ella
Texto: Manuel Noriega
Fotos: EFE/Reportajes
Las cosas no siempre son lo que parecen. Y si se ven a través de una pantalla, menos todavía. La pasión entre dos actores en una película puede esconder una relación real en la que no se soportan. En el mundo del espectáculo siempre ha habido historias de pasión y amor, pero también de odio y desprecio.
La amistad entre Samantha, Carrie, Miranda y Charlotte, los personajes en la serie de HBO “Sex and the City” era especial. Eran cuatro mujeres neoyorkinas que compartían éxitos y fracasos, que no se separaban nunca y que mantenían su amistad como uno de sus mayores tesoros.
Sin embargo, la idea de que fuera de la pantalla las actrices que les daban vida no se soportaban era recurrente en medios sensacionalistas.
Los rumores de que su relación no estaba bien avenida eran frecuentes. Según diferentes informaciones, las tiranteces comenzaron por el talento de Kim Cattrall, que daba vida a Samantha Jones, que Sarah Jessica Parker veía como una amenaza a su protagonismo.
La convivencia en los rodajes se volvió tóxica y Cattrall se convirtió en la oveja negra del grupo.
Cattrall dejó bien clara su postura hacia Sarah Jessica Parker, Carrie Bradshaw en la ficción, en internet, cuando, tras la muerte de su hermano, le espetó que no era su amiga y que dejase de usar la tragedia para recuperar su imagen de chica amable.
SUSPIROS Y ODIOS
"The Notebook”, la película protagonizada por Ryan Gosling y Rachel McAdams, hizo suspirar de amor a todos los que creen en el romanticismo y las parejas para toda la vida.
En la pantalla, Gosling y McAdams eran la viva imagen de la felicidad y el enamoramiento más profundo. También mantuvieron una relación de tres años fuera de ella después de haber trabajado juntos.
Pero, durante el rodaje, Gosling y McAdams tuvieron muchas dificultades para trabajar juntos. De hecho, el protagonista masculino llegó a pedir al director de la cinta, Nick Cassavetes, que le buscase otra coprotagonista. En esta tesitura, Cassavetes decidió intervenir y consiguió que limasen asperezas.
Otro romance que sacudió a los espectadores fue el de Baby y Johnny, en el clásico título cinematográfico ochentero “Dirty dancing”. O, en otras palabras, Jennifer Grey y Patrick Swayze.
La relación entre ambos en el rodaje estaba muy lejos de ser idílica. No se soportaban y no lo escondían. Él casi dice que no al papel cuando supo quién era su compañera, con la que ya había coincidido en otro rodaje y con la que había tenido rencillas, según cuentan en una serie documental de Netflix.
Ella tampoco estaba muy entusiasmada con su compañero, pero creyó que era una buena oportunidad. Finalmente, se reunieron para discutir la posibilidad de trabajar juntos y accedieron, pero el proceso fue muy tenso.
Antes de que Leo DiCaprio y Kate Winslet dejasen para la posteridad la dramática y pasional relación de sus personajes en Titanic, DiCarpio encarnó a otro enamorado empedernido con un giro moderno: a Romeo, en “Romeo + Julliet”.
En esta adaptación del clásico de Shakespeare, DiCaprio compartía protagonismo con Claire Danes, que daba vida a Julieta.
El rodaje se convirtió en una tragedia clásica y ambos actores apenas podían soportarse. Según un medio español, Danes decía que DiCaprio era un inmaduro y un infantil, mientras que él la acusaba de ser aburrida.
COMPAÑEROS “X”
Otro dúo perfecto en la pequeña pantalla fue el que formaron Gillian Anderson y David Duchovny en “The X-files” durante 11 temporadas.
En la ficción, eran una pareja de agentes del FBI buscando la verdad que estaba ahí fuera, entre ovnis y extraterrestres. Pero, en la realidad, no se llevaban del todo bien, sobre todo durante el rodaje de las últimas temporadas.
Según un medio estadounidense, Anderson reconoció las tensiones: “Hubo periodos en los que definitivamente nos odiábamos. Odio es una palabra muy fuerte. No nos hablábamos durante largos periodos de tiempo. Fue intenso y ambos fuimos un dolor en el culo para el otro en varios momentos”.
Durante seis temporadas, en “The fresh prince”, Will Smith se convirtió en una estrella de la televisión. Después de que se acabase en 1996, diferentes actores del reparto han protagonizado reencuentros y han mostrado la amistad que todavía les une. Sin embargo, Janet Hubert, que interpretó a la madre de Smith, no estaba en ninguna de las instantáneas.
Según cuenta Moviepredators, la historia entre ambos fue de máxima hostilidad. A final de la tercera temporada, Hubert fue reemplazada y culpó a Smith por ello.
Según él, ella quería más protagonismo y no quería que Smith fuese el centro de la trama.
La actriz decía que él se burlaba de algunos aspectos físicos de ella. En 2011, la actriz lo llamó imbécil y dijo que no volvería a trabajar con nadie como él.