Susana Sottoli: “La democracia requiere mucho más que un proceso eleccionario”
Apropósito de los 76 años que cumple la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la coordinadora residente de la institución internacional en Bolivia, Susana Sottoli, deja en claro que lo fundamental es trabajar en tareas que son identificadas como prioridades por el país, entre ellas la democracia, la atención a sectores vulnerables, la salud y la crisis económica que derivó o ahondó la pandemia por la Covid-19.
- ¿Cómo recibe este aniversario y qué retos tiene la ONU en frente?
Este año, las Naciones Unidas cumple 76 años y es un año que apenas nos permite empezar a avizorar un cierto regreso a una diferente normalidad, puesto que, como saben, estamos todavía en un contexto sin precedentes para el mundo, para la región, para Bolivia. Entonces, estamos celebrando este aniversario, pero también abocados a continuar el acompañamiento al país para afrontar una serie de desafíos que ya vienen de la pandemia en el año 2020 combinado con una crisis política y, obviamente, muy abocados y entusiasmados en poder acompañar la recuperación de los impactos socioeconómicos de la crisis de la pandemia.
Si bien en el año 2020 estas crisis se apoderaron de la coyuntura del país, este 2021 creemos que podemos tener algunos esbozos de optimismo para mirar hacia adelante, hacer frente a los desafíos y seguir con una respuesta inmediata precisa para trabajar en las prioridades del país.
-¿Son varias tareas, pero cuáles son prioritarias en Bolivia?
El Sistema de las Naciones Unidas en Bolivia está compuesto por 17 agencias, fondos y programas, y las prioridades están marcadas en ciclos de cada cinco años en un acuerdo con el Estado de Bolivia y trabajamos en esfuerzos conjuntos con el Estado, con la sociedad civil, con el sector privado.
Las prioridades por supuesto se van adaptando en contexto, afines del 2019 y comienzos del 2020 el país atravesó una crisis política de gran magnitud, y, desde ese momento hasta ahora, apoyar en la consolidación de la democracia y el fortalecimiento de la paz en el país ha sido y sigue siendo una prioridad importante para Naciones Unidas.
Obviamente, la segunda prioridad -dado el contexto inédito de emergencia sanitaria mundial- es asistir al Estado de Bolivia, la sociedad boliviana para atender, responder a la crisis de salud generada por la pandemia, fortalecer el sistema sanitaria y apoyar en todo lo que pueda hacerse para lograr mayor y más equitativo acceso a las vacunas contra la Covid-19.
Una tercera prioridad tiene que ver con trabajar en la recuperación de la crisis económica derivada de la Covid-19 como una oportunidad para abarcar cambios económicos, sociales y esto es abarcativo desde muchas tareas que las agencias realizan desde el apoyo a pequeños productores rurales y urbanos, apoyo a las mujeres emprendedoras para generar ingresos y recuperar el empleo, apoyo a los sistemas de salud, a los sistemas educativos para tener un retorno a la vida escolar para los niños, niñas y adolescentes.
Apoyo a los servicios sanitarios básicos y todo esto dentro de una mirada muy específica que Naciones Unidas tiene para no dejar a nadie atrás y, en especial, enfocarse en aquellos grupos de bolivianos y bolivianas que están en mayor vulnerabilidad.
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- Usted ha llegado a Bolivia en 2020 en un contexto muy conflictivo, ¿cómo valora la democracia en nuestro país?
Ciertamente, la crisis de 2019 puso un grave, grave desafío para la democracia en Bolivia y todo el año pasado el proceso ha sido complejo para poder reencausar institucionalmente el proceso político, esto culminó en octubre de 2020 con unas elecciones que han sido ejemplares en el contexto regional donde la gente acudió a votar de manera pacífica, entusiasta. Fueron elecciones transparentes cuyos resultados fueron rápidamente reconocidos por todos los actores, pero como sabemos la democracia requiere mucho más que un proceso eleccionario aún cuando éste estuvo en el centro de los esfuerzos del año pasado.
En ese sentido, hay que seguir trabajando por fortalecer la calidad de la democracia y, esto supone, seguir haciendo todo lo posible para que exista un respeto a los derechos humanos de las personas para que la justicia pueda reformarse y alcanzar también altos grado de credibilidad, de trasparencia. Es necesario seguir también siempre abocados en ampliar los espacios de participación democrática, la participación cívica, y es algo que vemos con mucha preocupación en Bolivia, lograr la resolución de las diferencias, de los conflictos por las vías institucionales dentro de los canales que corresponden y eso es parte de nuestro esfuerzo. Acompañando a varios actores institucionales, seguimos trabajando con el Órgano Electoral para seguir fortaleciendo los procesos electorales, vamos a estar trabajando en varios aspectos que coadyuven a la reforma de la justicia, vamos a estar trabajando en encaminar las conclusiones de las recomendaciones del Grupo de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
- ¿Cuál ha sido la respuesta de los poderes del Estado ante los planteamientos de la ONU?
No hay una respuesta sino un acompañamiento, un trabajo conjunto. Nosotros trabajamos en base a las prioridades del país y, por tanto, son espacios que nos buscan para poder presentar o experiencias internacionales o asistencia técnica a través de expertos. Igualmente trabajamos, por ejemplo, en todo lo que significa el desarrollo de modelos productivos, estamos trabajando con la Cepal en un análisis de lo que podría ser la ampliación de la demanda interna de algún tipo de matriz productiva para la industrialización. En fin, nosotros trabajamos con varias instituciones del Estado y adaptamos nuestras prioridades a las prioridades del país, pero, por supuesto, también siguiendo los principios y valores de las Naciones Unidas que tienen que ver con construir la democracia y promover la paz, los derechos humanos y el desarrollo sustentable a través de la agenda 2030 de los Objetivos del Desarrollo Sustentable.
- Dentro de los sectores vulnerables que ha apoyado la ONU está la violencia hacia la mujer y la niñez, ¿cuál es la mirada que hace la ONU de esta problemática?
Es una situación que yo creo que amerita la consideración como una emergencia nacional, no es aceptable que sigan muriendo niñas, mujeres y niños por cuestiones de violencia. Es un trabajo que requiere una estrategia integral en cuanto a la prevención, a la atención y a la restitución y tenemos trabajos en varios de esos pilares, pero sentimos, a veces, que los esfuerzos se dispersan y que se necesita una suerte de concertación nacional acerca de esta agenda.
Es de tal gravedad la situación que requiere del concurso de actores institucionales, pero también de la sociedad civil, de cada hombre, de cada mujer, de cada vecino o vecina que considere inaceptable que pueda llegarse a la discriminación de la mujer de género al punto de atentar contra la integridad y vida de mujeres y niños.
Esto está muy ligado a la dificultad de procesar diferencias conflictos de manera pacífica, cuando este conflicto se da dentro del ámbito doméstico porque 9 de cada 10 feminicidios en Bolivia tiene como protagonista algún compañero íntimo, no estamos hablando de gente desconocida que por la calle atenta contra las mujeres, estamos hablando de sus parejas, de sus familiares.
Entonces, cuando esa violencia, esa imposibilidad de procesar diferencia, conflictos desavenencia de manera pacífica se combina con la superioridad física del hombre o con la falta de respeto a los derechos y autonomía de la mujer, tenemos el resultado de los feminicidios. Esto también es político, también tiene que estar en el centro de la atención pública, esto es grave y nosotros estamos preocupados como muchas instituciones y como muchas partes de la sociedad y creemos que es necesario, de manera urgente, avanzar en presupuestos, en la capacitación de estos operadores que reciben este tipo de denuncias que en muchos casos no proceden y no actúan como deben, pero también necesitamos a la sociedad reflexionando sobre qué clase de comportamiento es aceptable y cual condenable, y estos son condenables.
- Por una parte, la prevención y, por otra, la atención, el tema de la justicia a veces no responde adecuadamente.
La justicia, en todo caso, tiene que sentar precedente, no es posible que haya impunidad y que no se dicte la sentencia proporcional correspondiente, de acuerdo al debido proceso, para enviar también una señal a la sociedad de que aquellos que atentan contra la vida e integridad física de las mujeres, los niños y las niñas van a recibir la penalidad que les corresponde.
Este es el mensaje que la justicia debe enviar porque es un círculo: si hay impunidad, si no hay una respuesta adecuada de la justicia o de las instituciones, autoridades como la Policía, servicio médico, etc., pues la sociedad y, particularmente, los perpetradores de violencia seguirán observando que pueden repetir el ciclo puesto que no habrá castigo.
- Bolivia ha avanzado en la vacunación contra la Covid, ¿estamos yendo bien?
Definitivamente, si uno compara la situación de Bolivia, en cuanto al aprovisionamiento, acceso a las vacunas, niveles de vacunación con otros países de la región, sí está en buena posición; pero nunca es suficiente hasta que se alcanza el 100 por ciento de la población vacunable y es ahí donde necesitamos hacer un llamado indispensable tanto a las instituciones que deben continuar con el esfuerzo que han demostrado hasta ahora como también a la población, sabemos que hay mucha resistencia a la vacuna por diferentes motivos, muchos de ellos son muy respetables.
En este momento la salud pública que es algo que concierne a todos, está apeligrada por aquellas personas que, en base a la desinformación, toma la decisión de no vacunarse y esto puede simplemente atribuir a la vacuna algún defecto que no esté científicamente probado o aconsejar otro tipo de modalidades de precaución frente al virus que tampoco está comprobado.
Entonces, es ahí también que la familia extensa, la comunidad, los vecinos necesitan tener estas conversaciones, porque en la medida que siga habiendo grandes bolsones de gente que no se han vacunado, el virus sigue reproduciéndose y, además, creando nuevas variables que puedan ser más difíciles de contrarrestar.
La decisión personal de vacunarse o no, en este momento, tiene una repercusión social muy fuerte y, especialmente, gente vulnerable que necesita tener una mayor protección. Por lo tanto, el llamado es: no hay excusa para no ponerse la vacuna, hay suficiente vacuna, hay disposición y servicio para acceder. Si observamos lo que sucede en otros países éste va a ser el camino y habrá muchos desafíos para aquellas personas que no acceden a vacunarse, desafíos para viajar, para trabajar, para acceder a servicios en general.
- ¿Sería impensable obligar a la población a vacunarse?
No existe digamos una estrategia de obligar, por eso, es importante persuadir a la gente, convencer con evidencia médica y también con mucha información, pero sí es cierto, en otros países si existen algunas condiciones, por ejemplo, no se va a permitir el ingreso de personas que no estén vacunadas a esos países, en ciertos lugares como Europa, Estados Unidos y, recientemente, en la región
Latinoamérica hay gente que no va a poder acceder a ciertos trabajos porque se les va a requerir la vacuna. En otros casos, por ejemplo, están solicitando el certificado de vacunación para poder acceder a la recreación, restaurantes, gimnasios, conciertos. Acá en Bolivia todavía no estamos viendo eso, pero fíjese que no es nada nuevo, todos o casi todos hemos tenido que presentar el certificado de vacunación de nuestros hijos para que sean inscritos en las escuelas, esto no es nada nuevo y con el tiempo es posible que veamos esa evolución también.
- ¿Cuál su mensaje para la población en estos 76 años de vida de la ONU?
Para nosotros es importante que en Bolivia y en todo el mundo, pero particularmente en Bolivia, la gente esté segura de que la ONU está en el país trabajando en aquellas prioridades que el país considera importantes, pero además queremos tener más cercanía, queremos que la gente entienda y conozca más nuestro trabajo y esa es una responsabilidad nuestra.
Las puertas están abiertas de la ONU para poder escuchar lo que la gente piensa, opina, no solo de nosotros y de nuestro trabajo, sino qué quiere nuestro país, qué quiere para el futuro de Bolivia, qué quiere para el presente, para nosotros. Esto es indispensable para dar forma a nuestro trabajo y agradecemos mucho el poder compartir a través de los medios lo que hacemos y también recibir esta voz, la percepción que la gente tiene que son las cosas que le preocupan, cuáles son sus aspiraciones. Este país tiene una riqueza increíble en su gente, por tanto, poner la gente en el centro, es la agenda principal de las Naciones Unidas en Bolivia.
