¡Abrázalos! Beneficios del contacto físico
Los abrazos de papá y mamá tienen un poder inigualable en la vida de sus hijos. Además de ser los proveedores de salud, protección, provisión y alimentación, pueden ser las personas que más estimulan a sus hijos al aprendizaje y condicionan gran parte de sus decisiones con un gesto que proviene del corazón: el abrazo.
Por lo mismo, existen tres beneficios de los abrazos de los padres durante la primera infancia.
1 Tienen un efecto calmante
El contacto afectivo del papá y la mamá con el bebé reduce los niveles de cortisol del infante, es decir, la hormona del estrés, ya que brinda un efecto de calma y tranquilidad. Por ello, cuando hay alguna situación de llanto o dolor, el contacto físico con alguno de los padres, a través de un abrazo, ayuda a aliviar el llanto e incluso puede reducir la sensación de tristeza.
2 Mejoran el sistema inmunológico
Se ha demostrado que el contacto piel con piel, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico de los bebés, y fomenta la liberación de hormonas que promueven el crecimiento y la salud, método llamado Mamá Canguro. Además, tal como el primer contacto físico de la mamá con el bebé cuando nace estabiliza la frecuencia cardiaca y calma el llanto, el primer contacto físico del papá influye en gran manera en la conexión con el hijo.
3 Dan sentido de complemento y ayudan en el carácter
Los abrazos para los bebés brindan un sentido de pertenencia familiar que impulsa, en la medida de la frecuencia, un vínculo fuerte. El niño, con esta apertura, brinda la posibilidad al progenitor de ingresar a un espacio de cercanía física y asociarla con una actitud de seguridad, tranquilidad, consuelo y manifiesta una relación perdurable. Este abrazo es beneficioso además para desarrollar el carácter generando un respaldo familiar a quién es y qué es lo que hace.
4 Favorecen el aprendizaje e impulsan un apego seguro
El contacto físico de los padres hacia los hijos, a través de un abrazo, puede ser una herramienta para mejorar el aprendizaje del niño. Pues al realizar esta acción se estimula la producción de oxitocina, una hormona que ayuda a mejorar la memoria y la atención. Asimismo, también permite que pueda estar más enfocado y mejorar la capacidad de retener información. Los abrazos son expresiones de afecto y empatía que permiten el crecimiento emocional de ellos mismos, pero también con los padres o cuidadores.