Mitos y verdades: el “bótox” más allá de la belleza
Durante los últimos años se popularizó el uso del conocido “bótox” en personas de diferentes edades y géneros. Conocida como una de las opciones más populares para reducir o tratar las arrugas y líneas de expresión, la difusión del “bótox” evidenció el crecimiento del interés en el cuidado y belleza estética.
Esto también aportó al incremento de médicos y clínicas estéticas para un mejor conocimiento y uso del mismo. Sin embargo, en torno a este tratamiento surgieron múltiples percepciones que generan dudas entre quienes consideran aplicárselo.
En pero, la utilidad del “bótox” va más allá de lo que muchos conocen. Por esa razón, la médico dedicada a la medicina ortomolecular y estética Ana María Gomes comentó a la Revista OH! los principales datos que debes conocer sobre este procedimiento junto a sus mitos y verdades.
Mito: Su nombre es Bótox
Lo primero que resalta Gomes es que en realidad su nombre real no es bótox. Bótox es una marca, conocida como una de las pioneras en este tratamiento y por ello el procedimiento médico se volvió conocido con ese término. El nombre real es toxina botulínica. Si se la usa con fines estéticos, brinda gran ayuda en la prevención de arrugas.
Mito: “Corrige” arrugas
¿Por qué Gomes habla de prevenir? La toxina botulínica, mejor conocida como bótox, no es un tratamiento de corrección de arrugas, es un tratamiento que sirve para la prevención de ellas. Es decir, lo que hace la toxina botulínica es relajar los músculos a través de la inhibición de los canales de acetilcolina. Eso hace que sin la contracción la piel no genere un doblez como tal, por ende no se formen las arrugas.
Mito: Funciona en cualquier tipo de arrugas
La médico enfatiza en los dos tipos de arrugas: estáticas y dinámicas. La diferencia entre ambas es que las arrugas estáticas son las que al estar serio frente al espejo ya están presentes. Por otro lado, las arrugas dinámicas son las que se notan únicamente con el movimiento o gesticulación del rostro.
La toxina botulínica actúa con mayor eficacia en el segundo tipo de arrugas.
Mito: solo es para personas mayores o con pieles maduras
Gomes, también conocida por su trabajo en rejuvenecimiento facial y medicina antiaging, menciona que mayormente es un tratamiento recomendado para pacientes más jóvenes, casi adultas o adultos. En aquellos pacientes que ya tienen arrugas estáticas no genera el efecto buscado. Asimismo, indica que la edad recomendada en la que se puede empezar a aplicar la toxina botulínica depende al paciente.
La medicina estética sugiere que cuando uno mismo empiece a notar las primeras arrugas, es decir, cuando empiece a ver las primeras líneas de expresión definidas, es un marcador recomendado para empezar a tratarte con esta toxina.
Mito: Es permanente
El bótox no es un tratamiento que dura para siempre. Su tiempo de duración es de cuatro a seis meses. Va a depender mucho de los hábitos, metabolismo, de lo mucho que se haga actividad física o también de lo mucho que gesticule el rostro o se haga movimientos forzando al músculo, menciona.
Mito: Deforma el rostro
“Entonces, doctora, si me pongo bótox, ¿mi cara se va a deformar?. La respuesta para esa pregunta es no. Por eso ese es un mito. Lo único que hace el bótox es relajar el músculo. Con un buen protocolo, con una correcta aplicación, no tiene por qué cambiar tu cara.” sentenció Ana María.
Mito: Sólo tiene fines estéticos
Desde el descubrimiento de esta toxina, que se remonta al siglo XIX y se mantienen diferentes teorías sobre su origen, tenía un fin terapéutico más que estético.
Hoy por hoy, la toxina del bótox también es utilizada para diversas enfermedades y complicaciones, como la enfermedad del botulismo (infección alimentaria que paraliza los músculos) o la convulsión, epilepsia, estravísmo, entre otras.
También en los pacientes con contracturas musculares muy intensas o crónicas, pacientes con neuralgia parcial, con bruxismo, etc.
La toxina botulínica es un tratamiento seguro y efectivo cuando se emplea un uso adecuado, para sus diferentes objetivos. Para quienes estén considerando aplicarlo, la clave es acudir a un profesional certificado que evalúe su caso de manera personalizada.