Cueva Mayu, una ruta de encanto natural en Tiquipaya
Cascadas, quebradas, pinturas rupestres, riachuelos, trekking, un inolvidable recorrido por senderos de aromas silvestres y una deliciosa comida típica con papas nativas, llama o trucha, son parte de esta nueva aventura, en Corral Pampa, a 75 kilómetros de la ciudad de Cochabamba, en lo alto del majestuoso Tunari, a más de 3.800 msnm.
La belleza de Tiquipaya se observa desde el punto de partida, donde, entre vías serpenteantes para subir el Tunari, se observan coloridas flores silvestres, quewiñas y pinos. En lo alto, el eje metropolitano queda pequeño ante tanta vegetación que ofrece el pulmón verde cochabambino.
Este municipio —hogar del jukumari o también conocido como oso andino protegido por ley— atesora tres pisos ecológicos que se observan en todo el trayecto hasta Cueva Mayu, en Corral Pampa. Desde los valles, la puna en la superficie y el subtrópico con cascadas que enamoran, son resguardadas entre montañas.
El alcalde de Tiquipaya, Juan Pahuasi Argote, destacó que el municipio impulsa este tipo de rutas para brindarle a Cochabamba espacios turísticos “únicos” y que le permiten al visitante caminar entre las nubes, al lado de ellas o sobre colchones de nubes. “Tenemos un territorio único y queremos que la población pueda disfrutar de esto que tenemos tan cerca”, dijo. Remarcó, además, que con cada visita se fortalece la economía de las comunidades, mismas que ofrecen comida, hospedaje, artesanías y guías locales capacitados y reconocidos por el Gobierno Autónomo Municipal.
Este paraíso de altura se encuentra en la comunidad de Corral Pampa, muy próxima a la región subtrópico en la cordillera del municipio de Tiquipaya, Cochabamba, que se constituye en un paso alternativo para llegar a Yunga Pampa —también en Tiquipaya— donde la gente se deslumbra con el colchón de nubes.
Turismo de altura
Tiquipaya ofrece al visitante una diversidad de climas y paisajes que van desde los 2.600 hasta los 4.100 metros sobre el nivel del mar. Hace unas semanas, el municipio relanzó la ruta de Laphia, un espacio de sanación en el corazón del Tunari y donde el turismo comunitario, además de preservar la cultura y tradiciones, incentiva el manejo responsable de los residuos sólidos. “Este lugar es sorprendente. Tiquipaya tiene diferentes atractivos y nos queda mucho por visitar”, afirmó Víctor Plata, de Turismo de la Gobernación.
Este lugar atesora al conocido “eucalipto jefe”, bosques de kewiñas, la Laguna Verde, el río y el socavón Quri Allana, un mirador y huertos agroecológicos donde se producen manzanas y frambuesas.
Torre Torre es otro paraíso natural a 40 kilómetros de la ciudad, sin acceso a internet, lo que permite desconectarse de la vida cotidiana. Esta comunidad ofrece un destino natural y paisajístico único, entre montañas y lagunas, donde la paz invade el cuerpo y el agua transmite tranquilidad.
Otros atractivos que forman parte del “turismo de altura” de Tiquipaya son las lagunas de Escalerani y Mayu, donde se practica turismo de aventura, mientras que Yunga Pampa, a 3.800 metros sobre el nivel del mar, su propio mar de nubes.
En esta ruta, la primera parada conquista a los apasionados por el trekking, el senderismo y el camping: la Karapacheta se trata de un punto a 4.600 metros de altura, donde los viajeros comienzan a aclimatarse, sentir el cambio de energía en el ambiente y disfrutar de las vistas panorámicas del Tunari y sus lagunas. Desde ahí, es posible divisar el imponente Pico San Agustín, el más alto de Tiquipaya, con sus 4.900 metros.
Además, Rumi Plaza, ubicado en la comunidad de Huari Pucasa, entre la cordillera y el inicio de las zonas bajas a 3.810 ms.n.m., permite observar cóndores, el oso andino o jukumari —declarado Patrimonio Natural y Cultural del municipio— y pasear por senderos naturales de exuberante belleza.
Tiquipaya también tiene una zona de helados artesanales, declarada Patrimonio Cultural y Gastronómico del municipio. Este lugar está ubicado en la avenida Ecológica, al ingreso a Tiquipaya, donde se ofrecen más de 10 sabores de helados acompañados de la infaltable empanada de queso.
Finalmente, la ruta de la trucha, conformada por las comunidades Titiri y Cuatro Esquinas, ofrece la posibilidad de ver todo el proceso de producción de la trucha, desde la incubación hasta su envasado. Además de servicios gastronómicos, pahuchis, paseos en bote, pesca y degustación del pescado fresco.
Así, cada vez, Tiquipaya sorprende con sus diferentes atractivos naturales, escondidos y custodiados por los comunarios.