María Daniel Balcázar: de nada sirve el talento si no lo ejercitas
ARTISTA | ESTA FOTÓGRAFA TIENE UN ESPECIAL SENTIDO DEL ARTE, EL MISMO QUE SE PLASMA EN LAS IMÁGENES QUE TOMA Y QUE RESALTAN CUALIDADES QUE SÓLO SON VISTAS CON SU LENTE.
OH!: ¿Recuerdas la primera fotografía que tomaste? ¿O la primera de la que te sentiste orgullosa de una foto tuya?
Cuando tenía 19 años, aunque como estudiante no tenía los recursos para comprarme una cámara, me presté una de un amigo brasileño y me fui a sacar fotos de paisajes en Upsala, Suecia.
OH!: ¿Qué te atrajo de la fotografía para que lleves tantos años atrapada?
Es importante aclarar que estoy incursionando en fotografía de manera profesional poco menos de 10 años. Lo que me atrapa de la fotografía en particular, además de mi esencial amor al arte visual y de mi interés por reflejar la extraordinaria belleza que encuentro en la cotidianidad, con sus particularidades y sus evidentes similitudes, es la fascinación con la relación entre lo efímero y lo permanente: en milésimas de segundo se da el momento único de captar una imagen que refleja lo que perdura.
OH!: ¿Qué requisito necesita un fotógrafo? ¿Se aprende o se nace con ese don?
Como con cualquier arte, la persona que quiere dedicarse a la fotografía necesita tener y sentir pasión que nos ayude a mantener dedicación y perseverancia. Los elementos técnicos, fuera de los propios de la fotografía y su rápidamente cambiante tecnología, son los mismos que la pintura: educación de la mirada para llegar a utilizar a casi intuitivamente composición, luz, color. Creo que también es un requisito fundamental comprometerse con el sujeto de nuestro trabajo, a apreciarlo y respetarlo.
La aproximación al arte es muy espiritual, emocional y racional en alguna medida. Posiblemente uno nace con ello, pero de nada sirve el talento si no lo ejercitas, trabajas, enriqueces constantemente.
OH!: ¿En qué consiste tu trabajo? Cuéntanos un día en el que trabajas como fotógrafa...
Depende del tipo de fotografía que esté realizando. La documental requiere siempre de una etapa de investigación del sujeto y su ambiente. Luego me integro, ya sea dentro de una casa o de una comunidad, camino mucho y observo mucho. En la etapa de postproducción uso lo menos posible software. Una foto necesita narrar y transmitir la historia que uno ha presenciado. Creo que es imposible ser totalmente objetivo, pero sí debemos ser honestos con lo que mostramos. En la fotografía artística, tengo más libertad en la etapa de postproducción. En mis proyectos actuales no manipulo la imagen, pero tal vez lo haga.
OH!: ¿Qué te diferencia de otros fotógrafos?
Creo que tenemos más bien una gran coincidencia que es la pasión por este arte y que compartimos una necesidad artística de expresar lo que sentimos, vemos, queremos. Las diferencias y particularidades que noto se dan más por el tipo de fotografía que cada uno escoge y por los intereses que cada uno tiene. Entre estas similitudes y diferencias se da la riqueza de este arte.
OH!: ¿De qué fotógrafos has aprendido? ¿Cuáles han sido tus grandes maestros?
La fotografía de Sebastián Salgado me marcó hace mucho tiempo. Tuve la suerte, gracias a mi padre, de conocerlo cuando aún no era tan famoso, en Francia y cuando estuvo alojado en casa en La Paz. He aprendido mucho de Christopher Rainier, de su fotografía documental de profundo compromiso cultural. Con el que más he crecido es con David Alan Harvey, al que considero un genio, un profesor generoso y mi principal mentor. Empezó a fotografiar a los siete años y sigue trabajando cada día con un profundo amor a su trabajo.
OH!: ¿Cuál es la fotografía que más has mirado? ¿Se aprende a hacer foto mirando otras fotos?
Me gusta lo que implica esta pregunta: se aprende mucho del trabajo de otros, además de trabajar mucho uno mismo. Me ha enseñado a mirar, y comprender, Carlos Salazar Mostajo, un ser humano hermoso, y en nuestro país he aprendido de mirar las fotografías de contemporáneos como Fernando Soria, Antonio Suarez y otros más. Así como es necesario para los escritores leer las obras literarias de otros, es indispensable ver, mirar, contemplar una variedad de obras fotográficas, para encontrar y a hacer nuestro propio camino dentro de este arte.
OH!: ¿Siempre llevas la cámara encima? ¿Haces fotografías constantemente?
Sí, mi cámara es parte de mi persona. Lo que pasa es que por el tipo de fotografía que hago el arte “está ahí”, y nosotros los fotógrafos lo descubrimos. Duele cuando ves algo interesante, especial, y lo pierdes porque no tienes tu cámara contigo.
OH!: Con toda la tecnología que existe hoy, ¿se puede ser fotógrafo con un celular?
Absolutamente, sí. Gracias al avance tecnológico, si desarrollamos nuestras habilidades, los teléfonos celulares se han convertido en un excelente instrumento. Hay grandes artistas que usan mayormente celulares, como el polaco Michael Koravewski y Sonh Han de la China.
OH!: ¿Qué consejo le darías a un fotógrafo que esté comenzando?
Fuera de aprender mirando, aprender bien la técnica en el sentido más completo, desde composición, por ejemplo, hasta el manejo de la máquina misma. Luego, experimentar diferentes géneros fotográficos para poder escoger el que te guste más. La fotografía, como cualquier otro arte, no es lucrativa. Lo único que realmente nos mantiene trabajando horas de horas, es el amor a este arte.
OH!: ¿Cuál es la fotografía más difícil?
Creo que la del fotoperiodismo. Se trata de fotografías que resultan de trabajo bajo presión, buscando oportunidades a pesar de limitaciones y dificultades para “estar ahí” para cumplir con mostrar la verdad, con respeto y con sentido estético, algunas de poner en riesgo la vida.
OH!: ¿Qué sueños o proyectos te faltan por hacer?
Aunque sueño en varios, primero quiero terminar tres proyectos de producción que están casi listos. Espero terminar uno en noviembre aquí, en Bolivia, y los otros dos posiblemente en febrero del 2016, uno de ellos ojalá en Brasil. Como artista también me es importante mostrar y compartir mi trabajo. Si me sigue yendo bien, gracias al apoyo que he venido recibiendo, entre 2014 y 2015 habré tenido cinco exposiciones, entre Bolivia, Perú y Estados Unidos. Mi trabajo ha sido seleccionado para incorporarlo en la Biblioteca Beinecke de la Universidad de Yale, y por la WPOW para ser exhibido en diferentes galerías de Estados Unidos.