Calma para expandir la mente
El año pasado, el impulsor de la llamada inteligencia emocional, Daniel Goleman, animaba a la gente a que comience a meditar y hablaba de todos los beneficios que esta práctica trae para la mente y el cuerpo, más allá del bombardeo de información que existe sobre la meditación y el “mindfulness” (conciencia plena), Goleman explica de una manera simple lo que implica conectarse con el presente y apaciguar la ansiedad. De la meditación se dice que implica dejar la mente en blanco, callarla, lo cual puede ser cierto, pero muy difícil de realizar, según la escritora cruceña Claudia Vaca, eso es meditar, pero hay muchos niveles antes de alcanzar esa quietud, sobre todo para cualquier simple mortal que sólo pretende calmar la mente y enfocarse.
Respecto al “mindfulnees”, Goleman no pretende lograr que la mente quede en blanco; de hecho, su definición es alentadora para quienes quieren comenzar esta práctica sin entrar a ningún centro que haga agradecer a ningún dios o espíritu del más allá. El autor de la inteligencia emocional define el “mindfulness”, un tipo de meditación, como la habilidad de enfocarse y ocupar ese foco como una plataforma interna para observar los propios pensamientos y sentimientos ir y venir, sin quedarse atrapado en ellos, una definición que ayuda mejor a comprender de qué se trata la conciencia plena y la meditación.
EXPANDIR LA MENTE
Todas estas prácticas, que no son otra cosa que instrumentos para llegar al autoconocimiento, pueden servir para el bienestar corporal y la expansión de la mente.
Por ejemplo, “Lectura y meditación”, un proyecto creado por la bielorrusa Veranika Lis y la boliviana Claudia Vaca, nace a partir de la experiencia que tiene Veranika como entrenadora de meditación y de artes marciales y, la experiencia de Vaca como escritora, lectora y profesora.
Según estas profesionales, la lectura y la meditación son dos prácticas de la mente, que si se vuelven hábitos en la vida del ser humano, de cualquier edad, potencian su entendimiento del mundo que lo rodea y de todo lo que lee, ya sea que lea libros, que tenga que interpretar el análisis de una película, de una obra de arte, cualquier acontecimiento, podrá alcanzar una mayor comprensión si la práctica de la meditación está incorporada en su vida.
“Los seres humanos podemos tener la conciencia del tamaño de una aceituna y si meditamos nuestra conciencia se va a expandir, la lectura es una actividad que tiene relación directa con la conciencia, porque dentro de los mismos planteamientos que vengo haciendo sobre mis investigaciones sobre la lectura, leer no nace ni termina con la alfabetización; leer es un acto que tiene relación directa con la conciencia de las personas. Entonces, a través de la meditación y de las artes marciales, se expande la conciencia del individuo, también se va a expandir su entendimiento de todo lo que lea, porque dentro de la meditación hay muchas ventajas para el cerebro”, dice Vaca.
Como por ejemplo el enfoque, como dice Vaca, al leer se entra en un territorio y cuando se está bien enfocado se puede estar en ese territorio, pero normalmente lo que está pasando en nuestra vida es que nosotros pensamos en el pasado o futuro y rara vez estamos en el presente; para leer bien debemos enfocarnos en los que nos está diciendo el libro. Con la meditación se enseña a estar en el presente, como estar enfocados y poder ser “multitasking” (multitareas), además de la interrelación de temas y armar la intertextualidad en la misma lectura.
“Cuando ese territorio llamado libro es habitado por el lector de manera plena, se genera un proceso muy rico entre el libro y los otros autores que uno haya podido leer y se activa mejor la memoria y la concentración, siempre que haya esa plena conciencia”, comenta la escritora.
LOS ESTADOS DE LA MENTE
Lis explica que en nuestro cotidiano siempre estamos muy estresados o durmiendo, pero tenemos que aprender a entrar en un espacio entre el sueño y la mente activa.
“Al meditar, a veces las personas quieren estar echadas y yo les digo que no, porque al estar acostado inmediatamente se piensa en dormir; cuando podemos entrar en un espacio de concentración y enfoque estando muy relajados, pero manteniendo la atención”, dice la instructora.
Pero ¿cómo se logra esto? “Las primeras veces no es fácil, pero cuando estamos comenzando a meditar en nuestros talleres, usamos el cuenco tibetano para crear una vibración constante y que el cerebro entre en una misma vibración y el pensamiento tiene un fluir diferente, se entra un poco en trance. Desarrollamos diferentes técnicas para que la mayoría de las personas encuentren una forma más fácil de entrar en el estado meditativo, es decir quietud, calma y enfoque en un solo punto. Puede ser con la respiración, con mantras, con un objeto, hay diferentes técnicas. Cada uno encuentra su posición y su técnica”.
PEQUEÑAS GRANDES DIFERENCIAS
La meditación es un nombre general que engloba muy diversas técnicas: se pueden usar visualizaciones, la mente analítica, procesos de pensamiento positivo y trabajos de estabilización mental o indagación sobre los procesos de la conciencia. El “mindfulness” o atención plena es un tipo de meditación.
Los tiempos que se manejan en la meditación son lentos, sus objetivos no se dirigen al mercado y su centro es el conocimiento de la persona.
Según explica la maestra española Lama Tashi Lhamo, “en la meditación no conviene ser autodidacta; hace falta una vía de transmisión con maestros cualificados que ya han recorrido ese camino, han visto que cada cual lo experimenta con constantes comunes, pero con tonalidades distintas, y saben apreciar las señales adecuadas para guiar al estudiante”.
EL PROYECTO EN MANUAL
Veranika Lis comenzó a trabajar con meditación y artes marciales hace ocho años. Mientras que Claudia Vaca trabaja con proyectos de lectura en Bolivia y Chile, donde hace su postgrado.
“Con la lectura nos pasa lo mismo. A los niños les cuesta estar quietos, hay que animarlos a que exploren su propia postura para leer. Cuando yo leo, no siempre estoy sentada, a veces leo caminando. Hay libros que te generan movimiento o quizás te recuestas para leer, la relación entre lectura y meditación en la práctica en sí, es directa”, comenta.
Ambas están trabajando en un manual que une las dos prácticas, para crear el hábito en 40 días y poder expandir la mente.
“Se hace poco a poco hasta que se vuelve un hábito, en 40 días se logra crear un hábito, 40 días de lectura y meditación de forma diaria, pueden cambiar la calidad de vida y optimizar el tiempo y energía”, comenta la escritora.
Ellas comenzaron a dar taller combinando las dos prácticas en Santiago de Chile y desde el año pasado también dieron talleres en nuestro país, en ciudades como La Paz y Santa Cruz.