El virus que trajo la cuarentena: delitos cibernéticos
En los últimos 25 años y hasta la llegada de la Covid-19, los virus que más problemas le generaban al planeta se habían vuelto completamente artificiales. Causaban dolores de cabeza, sí, y hasta muertes, probablemente, pero provenían de la cabeza de algunos delincuentes y malentretenidos cada vez más perversos. No es por nada, pero con la cuarentena mundial consecuente al coronavirus, estas mentes perversas no sólo que volvieron a pedir supremacía, sino que se multiplicaron.
Las cifras que confirman el aumento de la ciberdelincuencia llegan desde diversas fuentes. Autoridades judiciales argentinas revelaron este 17 de mayo, por ejemplo, que durante la cuarentena los hackeos y otras prácticas fraudulentas crecieron un 500 por ciento. Mientras tanto, en México, donde cerca de 20 millones de los empleados del país realizan en estos días trabajos desde sus casas, vía internet, según un informe oficial, 34 por ciento de ese total reportaron haber recibido correos electrónicos de “phishing” relacionados con el tema Covid-19.
Aunado a este riesgo, el informe arroja un aumento de 49 por ciento en el uso de “Shadow it”,es decir, dispositivos, softwares, servicios y aplicaciones fuera del control del departamento de informática de las empresas, principalmente para videoconferencias, mensajería instantánea y servicios de almacenamiento de archivos.
Así la ciberdelincuencia parece expandirse a tanta o mayor velocidad que la Covid-19. Según los expertos, no le resulta difícil, pues encuentra terreno fértil en la incertidumbre, el aislamiento, la información falsa y la búsqueda desesperada de remedios y respuestas.
CIBERPOLICÍAS VS CIBERLADRONES
Apenas comenzó la crisis sanitaria tanto la Policía Internacional (Interpol) como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtieron sobre un notorio incremento de páginas que ofrecen tratamientos milagrosos contra el coronavirus o el material sanitario que se ha vuelto más requerido en el planeta. Los resultados, según incontables casos, resultaron mercadería defectuosa o inexistente y, con frecuencia, a precios desorbitados.
Europol, la Policía Europea comunitaria, también reveló que los ataques informáticos que utilizan el miedo a la Covid-19 como señuelo se habían multiplicado por cinco en marzo respecto del mes anterior.
A principios de mayo, Interpol ejecutó la operación “Pangea” en 90 países. Se detuvo a 125 personas y se decomisó cerca de 34.000 mascarillas falsas y millones de fármacos. Paralelamente logró clausurar más de 2.500 páginas web en las que se vendía este tipo de materiales. Entre los fármacos intervenidos sobresalen las incautaciones de hidrocloroquina, el medicamento antimalaria que ha sido recomendado por diversos estudios y médicos de diversos países, tras una sonada polémica con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En gran parte de los medicamentos incautados se comprobó o la ausencia del principio activo, o dosis alteradas o fármacos caducados que fueron obtenidos de manera irregular. Pangea resultó una operación con escasos antecedentes similares, lo que muestra la intensificación del tipo de delito en tiempos de cuarentena y con proyección al futuro.
Según la F5 Labs, un laboratorio de investigación de amenazas y cibercrimen, para el año 2021, en función a la aceleración que han experimentado los ciberdelitos, estos podrían implicar un costo mundial anual de 6.000 millones de dólares.
EXPLOTAR EL MIEDO
El director del programa global contra la cibercriminalidad de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Neil Walsh, las actividades delictivas se han disparado en la red. El experto advirtió que el negocio criminal se realiza en base al miedo que ha surgido debido a la pandemia. Explicó que la comercialización de equipos sanitarios falsos y supuestas curaspueden llegar a ser letales. Los excesos vendieron hasta curas como beber gel desinfectante con más de un 70 por ciento de alcohol.
"Es realmente una locura –señaló Walsh-. En una situación normal la mayoría se detendría y pensaría: espera, esto suena muy raro. Pero en esta atmósfera donde la gente tiene miedo y se siente perdida, algunos lo aceptan".
La cautela recomendada llega incluso a advertir mensajes de instituciones como la OMS o de destacadas clínicas y médicos muy prestigiosos. Pero también bajo tentadoras ofertas de servicios como Netflix y operadoras de TV Cable. Ello porque sus nombres, utilizados bajo la apariencia de mensajes oficiales, suelen servir a los piratas para infectar las computadoras con virus.
En ese escenario, no pasó de moda el “phishing”, es decir, el envío de correos electrónicos que suplantan a empresas, bancos y otras instituciones para dirigir a la víctima a una web falsa donde se les roban sus datos. Según han advertido especialistas y autoridades, los ciberdelincuentes atacan los ordenadores de sus víctimas con virus del tipo “ransomware”.
Los “ransomware” infectan el sistema al abrir la víctima un archivo maligno o instalar una aplicación trampa.