En un Mundial hasta ahora abonado para la sorpresa, que deparó en tan sólo cuatro días de competición los sonoros batacazos de Alemania y Argentina, remontados por dos adversarios inferiores como Japón y Arabia Saudí, España no dio ningún margen al descuido, a la incertidumbre, a cualquier factor que se les escapara de su alcance ante Costa Rica, con una goleada para la historia, la mayor de la selección en este torneo (7-0).