Viruela del mono: ¿Qué es y cuáles son sus síntomas?
Reino Unido, Portugal, España, Estados Unidoa, Italia y Suecia registran un brote inusual de la viruela del mono. Los sistemas de alerta y salud pública de los distintos países estudian cómo y por qué se da este repunte de casos fuera de las zonas habituales, África.
Perú también ha declarado alerta sanitaria tras la aparición de la referida enfermedad.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas genéricos de la viruela del mono son comunes a otras enfermedades víricas. Y, desde luego, en cada persona pueden ser distintos y con diferentes tiempos. Sin embargo hay dos rasgos muy característicos que aparecen en dos fases consecutivas de la infección: la inflamación de los ganglios linfáticos y la aparición de una erupción en la piel que suele terminar en vesículas llenas de pus (pústulas) y posteriores costras.
La Organización Mundial de la Salud precisa los síntomas y signos de la viruela del mono en tres fases: la incubación (que dura entre 6 y 16 días, aunque puede llegar a tres semanas); la invasión (entre los días 0 y 5); erupción cutánea (entre 1 y 3 días después del inicio de síntomas).
El periodo de invasión implica la aparición de síntomas claros. Suele surgir la fiebre con escalofríos, dolor de cabeza fuerte, linfadenopatía (inflamación de los ganglios, que no suele aparecer con la viruela humana pero sí con la viruela del mono), dolor lumbar, dolores musculares y astenia intensa (falta de energía).
Segunda fase
El periodo de erupción cutánea llega en distintas fases del exantema (erupción con picores). Por lo general afecta primero al rostro y luego se extiende al resto del cuerpo. Las zonas más afectadas son la cara (en el 95% de los casos), las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75% de los casos). Son los signos y síntomas más característicos (aunque no específicos) de la viruela del mono.
La evolución del exantema empieza con maculopápulas (lesiones de base plana, típicas ronchas rojas). Sigue con vesículas (ampollas llenas de líquido), pústulas (con pus) y las subsiguientesv costras, una fase que se extiendo durante los siguientes 10 días, aproximadamente.
Estas ampollas son de lo más contagioso. Las costras, también, pero en menos medida, aunque pueden dejar restos del virus en toallas, sábanas o ropa. La eliminación completa de las costras puede tardar hasta tres semanas.
Diagnóstico
Normalmente, nadie puede diagnosticar mejor un posible caso de viruela del mono a partir de síntomas que tu médico o médica. La OMS cree que se deberá tener en cuenta los elementos que la diferencian de otras enfermedades con lesiones en la piel, empezando por la viruela humana. También se le parecen en este punto, la varicela, el sarampión, las infecciones bacterianas de la piel, la sarna, la sífilis y las alergias medicamentosas.
La linfadenopatía que aparece en la fase inicial de la enfermedad puede ser una manifestación clínica que ayude a diferenciar esta enfermedad de la viruela humana. Pero el diagnóstico definitivo de la viruela del mono solo se puede establecer mediante pruebas de laboratorio.
Las muestras óptimas para el diagnóstico son las procedentes de las lesiones cutáneas: frotis del exudado de las vesículas o de las costras, transportado en frío. Se pueden utilizar muestras de sangre o suero, pero generalmente no proporcionan resultados muy concluyentes. El virus dura poco tiempo activo fuera de esas vesículas o pústulas.
Para interpretar los resultados de las pruebas es esencial que junto con las muestras se aporten datos sobre: la fecha aproximada de comienzo de la fiebre; la fecha de inicio de la erupción cutánea; la fecha de obtención de la muestra; el estado actual del paciente y su edad. La enfermedad es benigna, por lo general, en personas sin problemas inmunitarios. Y suelen tener una buena protección frente a las formas graves quienes se vacunaron contra la viruela humana.
¿Cuál es el tratamiento?
No hay vacuna o tratamiento específico disponible. El tratamiento es sintomático y de apoyo, incluida la prevención y el tratamiento de infecciones bacterianas secundarias. Desde 1980 no se vacuna contra la viruela entendida como la enfermedad infecciosa propia de los humanos.
El dato
Apareció por primera vez en los seres humanos en 1970 en la República Democrática del Congo.