La ciencia investiga las terapias del cannabis medicinal y su potencial antienvejecimiento
El cannabis medicinal sigue haciendo su recorrido en la ciencia. Probado ya en casos de epilepsia refractaria en niños, ahora avanza hacia otro campo donde la investigación tiene puesta su mirada: el envejecimiento.
El cannabis medicinal es un producto botánico que desde hace miles de años se usa con fines medicinales e industriales. Fue William Brooke O’Shaughnessy, el primer científico que investigó esta planta y la introdujo en la medicina occidental hace más de 150 años. Desde ese momento hasta hoy se han ido descubriendo cada vez más propiedades medicinales de esta planta. La novedad hoy es que también puede tener efectos antienvejecimiento.
La clave radica en que los investigadores ahora buscan aprovechar la totalidad de la planta, es decir darle un uso full spectrum, por su potencial terapéutico para la salud y la longevidad, reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ahora, la lista de enfermedades en las que el cannabis ha demostrado tener efectos positivos van desde la inflamación (que incluye dolencias como la artritis, enfermedad inflamatoria intestinal, esclerosis múltiple) hasta estudios sobre patologías neurológicas como Parkinson, Alzheimer y otras demencias.
El doctor Alejandro Guillermo Andersson, médico neurólogo con posgrado en endocanabinología, director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), y de la doctora Gisela Medrano, especialista en Medicina Interna y Nutrición, con posgrado en Endocannabinologia y Terapéutica Cannábica, detallaron los alcances de un nuevo extracto vegetal a base de cannabis, aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), rico en CBD Full Spectrum.
El desarrollo del laboratorio Alef Medical, es una solución oral cuya fórmula contiene cannabidiol 48 mg; 13 cannabinoides; 43 terpenos; libre de alcohol y aceite MCT. Es en gotero y la dosis de administración es bajo prescripción médica.
“Para explicar cómo el cannabis medicinal puede ayudar a ralentizar el envejecimiento y reducir la progresión de enfermedades neurodegenerativas, podemos centrarnos en varios mecanismos de acción de los cannabinoides, en particular el CBD y el THC, sobre el sistema nervioso”, señaló Andersson y detalló resultados de estudios.
El experto detalló cómo cada uno de estos mecanismos contribuye a los efectos neuroprotectores:
Inflamación sistémica y neuroinflamación. La inflamación crónica está asociada con el envejecimiento y con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. “Los cannabinoides pueden reducir la inflamación sistémica y específicamente la neuroinflamación, lo que ayuda a preservar la integridad neuronal”, dijo el experto. Esta acción antiinflamatoria se produce a través de su interacción con los receptores CB2 en el sistema inmune, lo cual disminuye la producción de citoquinas proinflamatorias.
Reducción de las células senescentes. Las células senescentes son células envejecidas que ya no se dividen y secretan factores inflamatorios que contribuyen al daño celular y a la inflamación crónica. “Los cannabinoides, especialmente el CBD, pueden ayudar a eliminar estas células o reducir su actividad inflamatoria, limitando el daño acumulado en los tejidos cerebrales”, explicó Andersson.
Disminución de especies reactivas de oxígeno (ROS). Los ROS son moléculas altamente reactivas que pueden dañar las células y el ADN, acelerando el envejecimiento celular. El neurólogo explica que tanto el CBD como el THC actúan como antioxidantes, disminuyendo los niveles de ROS y protegiendo las células cerebrales del estrés oxidativo.
En cuanto a la prevención del mal plegamiento de proteínas y acumulación de agregados, puntualizó:
Alfa-sinucleína. En el Parkinson, el mal plegamiento y la acumulación de alfa-sinucleína contribuyen al daño neuronal. “Los cannabinoides pueden prevenir este mal plegamiento y reducir su toxicidad en las neuronas”, sostuvo.
Beta-amiloide y proteína Tau. En el Alzheimer, el depósito de beta-amiloide y la fosforilación de la proteína Tau resultan en neurotoxicidad y muerte neuronal. “Los estudios sugieren que los cannabinoides, al interactuar con receptores como el PPARγ y el CB1, pueden reducir estos depósitos y la fosforilación anómala de Tau”, explicó Andersson.
Respecto a la reciente evidencia científica sobre los efectos antienvejecimiento del cannabis, la doctora Medrano citó los resultados de estudio realizado en ratones: “El tratamiento crónico con CBD en ratas Long Evans de 15 meses mostró un efecto positivo a nivel del músculo, hígado, pulmón, sistema inmunológico y disminuye las lesiones tisulares inducidas por estrés oxidativo, la inflamación y la apoptosis asociada a la edad”.
Estos efectos actúan sobre los cambios que se producen en el cuerpo a nivel sistémico, celular y molecular a medida que se envejece. “Pero lo más importante es la disfunción mitocondrial y la senescencia celular”, destacó la doctora.
“La senescencia celular no es ni más ni menos que la célula envejecida que no muere, sino que deja de reproducirse, pero empieza a segregar sustancias tóxicas para nuestro cuerpo. Y la disfunción mitocondrial lo que hace es alterar el ADN de las células que están ya empezando a envejecer. Por eso, la investigación farmacéutica tiene como objetivo terapéutico el antienvejecimiento actuando a nivel de estos dos niveles”, dijo la experta.
Y agregó: “En el envejecimiento hay una característica fundamental que es el estrés oxidativo, impulsado por múltiples vías complejas asociadas con el estrés oxidativo crónico, causado por el aumento de especies reactivas de oxígeno. Estas especies reactivas de oxígeno las mitiga el CBD”, describió la doctora.