Tumiri, uno de los milagros
El cochabambino Erwin Tumiri tiene 25 años y es uno de los seis supervivientes del accidente aéreo donde 71 personas perdieron la vida la noche del lunes en Cerro Gordo, cerca de Medellín, Colombia. La aeronave transportaba al equipo de fútbol brasileño Chapecoense.
Su hermana de parte de madre, Lucía Chambi, habló con Los Tiempos muy afectada por el suceso y preocupada por la salud de Erwin. "Queremos ir allá, me dijeron que está con analgésico, estamos muy preocupados, mi mamá es de la tercera edad y no tenemos mucha información", dijo ayer en contacto telefónico. En la mañana, Tumiri, técnico aeronáutico, habló con Caracol Radio en Colombia: "Sobreviví porque seguí los protocolos de seguridad", aseguró. Utilizó una maleta para ponerla entre sus piernas y asumir la posición fetal que se recomienda en caso de accidente, según su relato.
Explicó que, antes de la precipitación, "muchos se levantaron de sus asientos por la desesperación y comenzaron a gritar". Lucía cuenta que su hermano "es un buen muchacho, trabajador, se dedica a su estudio" y también es parte de una banda de música cristiana "Ajayu", donde toca casi todos los instrumentos, "menos el charango".
Por su parte, Marco Antonio Mollo, compañero de Erwin en este grupo, dijo que se encuentran muy agradecidos porque salvó su vida y esperan pronto poder verlo en Cochabamba.
Su hermana también reveló que él no debía viajar en este vuelo, pero reemplazó a un amigo que tenía dificultades para cubrir la asignación.
La familia intenta gestionar con la empresa la posibilidad de trasladarse a Colombia para ver a Erwin, pero hasta ayer no ha habido nada concreto.
Según los reportes médicos desde Colombia, Tumiri está fuera de peligro.
Suárez, otra sobreviviente
Ximena Suárez Otterburg, la asistente de vuelo, se encuentra estable con fracturas de tibia y peroné; pero está fuera de peligro, según los medios colombianos Caracol y El Colombiano. La boliviana fue una de las primeras en ser rescatada y luego trasladada a la clínica La Ceja. La doctora Verónica Arango, jefe de urgencias de la Clínica, indicó a Caracol: "Se encuentra estable, en estos momentos se están adelantando estudios para descartar lesiones que puedan comprometer su vida, pero hasta el momento se encuentra bien, están bajo observación".
Según su cuenta de Facebook, vive en Santa Cruz. Su madre debía viajar ayer a Colombia para acompañar a la asistente.
TRAS RESCATE LA CONMOVEDORA PREGUNTA QUE HIZO ALAN RUSCHEL
"Mi familia, mis amigos… ¿dónde están?". Ésas fueron las desesperantes palabras que un aturdido Alan Ruschel le dijo a Santiago Campuzano, una de las primeras cinco personas que se acercaron hasta el lugar del accidente aéreo en La Unión, Medellín, donde gran parte del plantel del club Chapecoense murió en la tragedia.
"Sólo sabíamos que se había estrellado un avión con 81 personas a bordo. Imaginábamos lo peor". Campuzano y cinco amigos arribaron con dificultades al lugar del hecho en su furgoneta Mazda.
Su experiencia de 16 años como bombero lo había preparado para situaciones extremas. Pero ésta superaba todo lo que experimentó en el pasado.
"He sido bombero por 16 años y es mucho lo que he visto y vivenciado en este oficio. Pero esto es lo peor que he visto en mi vida", manifestó. Al llegar al lugar, fueron los primeros en transportar al primero de los heridos. Se trataba del defensor lateral Ruschel, quien en ese momento le consultó confundido sobre sus familiares y amigos.
"Venía muy asustado, pero con la satisfacción de haber ayudado a alguien, porque pensábamos que todos estaban muertos", dijo ayer en declaraciones al diario El Tiempo, de Bogotá.
"Usted no sabe la magnitud que era eso. Ver ese avión destruido y los cuerpos tirados… tantos cuerpos tirados", cuenta Wilfer, amigo de Campuzano y uno de quienes primero llegaron a la escena de la tragedia del avión que trasladaba a la delegación del club brasileño Chapecoense a Medellín, para disputar ante Atlético Nacional el primer partido por la final de la Copa Sudamericana.