Casi una semana después del terremoto que devastó enormes regiones del sureste de Turquía, los equipos de rescate continuaban ayer sacando de entre los escombros a personas vivas, a veces incluso en un estado de entereza sorprendente.
Mientras que los equipos de rescate apuran el tiempo para encontrar a más supervivientes, aumenta la desesperación y la ira entre parte de la población por la lenta respuesta del Gobierno turco.