Sombra de corrupción
Berlín |
No hay pruebas, pero tampoco motivos para descartar hipótesis: Alemania continuará siendo sospechosa de haber comprado votos para lograr la sede de su Mundial de fútbol de 2006, después de la publicación ayer de un informe de expertos que subraya las relaciones controvertidas entre Franz Beckenbauer y responsables de la FIFA.
"No hemos encontrado pruebas de la compra de votos, pero no lo podemos descartar", indicó en la presentación del informe en Fráncfort el gabinete de abogados Freshfields, encargado de investigar un pago opaco de 6,7 millones de euros.
"Hemos podido constatar un posible cambio en el sentido del voto, que podría afectar a los representantes asiáticos del Comité Ejecutivo de la FIFA", reveló el representante del bufete, Christian Dove.
El periódico Der Spiegel dio la voz de alarma a finales de octubre avanzando que Alemania podría haber usado un fondo secreto de 10 millones de francos suizos (unos 10 millones de dólares) para comprar votos y obtener la organización del Mundial-2006.
Este fondo lo había constituido, a petición del emblemático exfutbolista alemán Franz Beckenbauer, el expresidente de Adidas, el difunto Robert-Louis Dreyfus, poco antes del verano boreal de 2000, periodo en el que realizó la atribución a Alemania por un corto margen de 12 votos a 11 por delante de Sudáfrica.
Freshfields ha establecido en su informe que el dinero, efectivamente, provenía de las cuentas del hombre de negocios.
Un contrato misterioso
La DFB reconoció el pago de esta suma a la FIFA, pero asegura que se trataba de recibir una subvención para la organización del Mundial y no de una compra de votos en el seno de la FIFA, una versión desmentida por la instancia internacional.
Según el informe, queda por determinar "si el pago de 10 millones de francos suizos sirvió sólo para obtener la subvención financiera de la FIFA (...) o si se buscaba otro objetivo con ese pago".