La celeste y blanco brilla y estalla de júbilo en Cochabamba
Argentina desató una fiesta y mucho júbilo al avanzar a la gran final de la Copa del Mundo Catar 2022, hecho que se extendió por el planeta y Cochabamba no quedó al margen. Petardos y camisetas albicelestes inundaron el valle para celebrar el triunfo 3-0 sobre Croacia, en la fase semifinal.
Los puntos de encuentro tradicionales de Cochabamba se vistieron con los colores celeste y blanco, pero también hubo una gran presencia de la casaca ajedrezada de Croacia, siendo que los residentes de la nación balcánica en la Llajta suman un gran número.
En el Búnker Grill Bar, la Vatreni reunió a los residentes croatas. A pocos minutos del inicio del duelo, este local estuvo prácticamente abarrotado para ver a la aún subcampeona mundial en acción.
Paralelamente, Paseo Aranjuez se llenó de hinchas argentinos, quienes portando las camisetas de Lionel Messi se dieron cita a este lugar para ver a su selección clasificar a su sexta final.
El inicio del duelo se puso del lado croata. Los hinchas de la selección balcánica vibraron desde el arranque y cifraron sus esperanzas en el ídolo Luka Modric y el meta Dominik Livakovic.
El manejo del balón fue para la Vatreni, ante los nervios que afloraron en los aficionados albicelestes, quienes aguardaron pacientemente la irrupción de Lionel Messi y compañía.
Tuvo que pasar más de media hora para que la tensión baje en Argentina y la preocupación cunda en Croacia. Una licencia en el fondo europeo puso a Messi frente al balón. Los hinchas cruzaron los dedos, otros cerraron los ojos a la espera de escuchar el sublime grito de gol. Así pasó, porque la parcialidad argentina celebró en lo alto.
Mientras los nervios afloraron en los hinchas croatas, Julián Álvarez levantó de nuevo a los albicelestes de sus asientos. No era para menos, la posibilidad de avanzar a la final se hizo más grande a con el pasar de los minutos.
El 3-0 pareció ser sólo de trámite, pero la sublime jugada del “10” argentino terminó de coronar una tarde perfecta para la Albiceleste.
La tarde valluna, tras una mañana lluviosa y fría, tuvo la aparición momentánea del sol, que pareció abrirse campo entre las nubes de un cielo encapotado al escuchar tantos gritos de gol. El astro rey no quiso quedar al margen de la fiesta y alumbró una tarde perfecta.
La felicidad fue única en los hinchas argentinos. No se cambian por nadie y sueñan con el último escalón para consagrarse: la final del domingo, contra Francia o Marruecos.
Entre tanto, los hinchas croatas se fueron cabizbajos y masticando la bronca por la derrota. Aún así, se marcharon sin reprocharle nada a su selección, aquella que desde su irrupción en el Mundial Francia 1998 es una constante animadora de estos campeonatos de FIFA.
El partido pasó a la historia. Aficionados argentinos y croatas se tendieron la mano y dieron un fraternal abrazo tras la contienda. Ambas selecciones jugarán un partido más en Catar: Argentina va por el título y Croacia por el tercer lugar.