"La peor película de la historia de Cannes": superó en abucheos a 'Megalopolis' de Coppola
Al igual que se cronometran los minutos de aplausos que recibe cada una de las películas que participa en la Sección Oficial del Festival de Cannes, también encontramos el reverso opuesto: los títulos que han sido más abucheados.
A lo largo de la historia del certamen han sido muchos los trabajos presentados que no han sido especialmente bien recibidos ni por la crítica ni por el público.
Un caso reciente fue el de Megalópolis, del mítico director norteamericano Francis Ford Coppola, autor de obras míticas como El Padrino o Apocalypse Now. En principio se presentaba como el regreso de un gran maestro a través de una ambiciosa producción que buscaba explorar la complejidad de las metrópolis contemporáneas a través de una narrativa que combinaba elementos de ciencia ficción y drama.
La trama giraba en torno a una sociedad futurista en la que las tensiones políticas y sociales alcanzan un punto álgido, cuestionándose el rumbo de la humanidad en un contexto de creciente urbanización y desigualdad social.
¿El resultado? Su proyección inicial desencadenó que se convirtiera en uno de los mayores fracasos de la historia del cine reciente.
Ha habido muchas más películas polémicas que han generado deserciones masivas y pitidos, como es el caso de Crash, de David Cronenberg, adaptación de la novela de J. G. Ballard. O Irreversible, de Gaspar Noé, en la que asistimos a una violación prácticamente en directo.
Sin embargo, hay una producción que, en ese sentido, se llevó la Palma de todos los insultos. Se trata de The Brown Bunny (2003), la segunda película tras la cámara de Vincent Gallo, que fue considerada como "la peor película de la historia del Festival de Cannes".
The Brown Bunny llegó a Cannes rodeada de expectativas debido al estatus de culto del director Vincent Gallo, conocido por su talento tanto en el cine independiente como en la actuación. La película, una introspección minimalista en el dolor y la soledad de un motociclista interpretado por el propio Gallo, buscaba combinar una narrativa intimista con un estilo visual indie distintivo.
Sin embargo, la ejecución de la película no logró navegar con éxito entre las líneas del arte y la visión personal, generando caos durante su estreno.
El estreno de The Brown Bunny fue notable por la oleada de críticas negativas que recibió. El ritmo extremadamente lento, la falta de diálogo y una trama aparentemente carente de dirección fueron puntos destacados por los críticos.
Además, una escena de sexo explícito hacia el final de la película, protagonizada por Gallo y Chloë Sevigny, provocó controversia tanto por su contenido como por su ejecución, siendo vista como gratuita y escandalosa por muchos asistentes.
Roger Ebert, uno de los críticos de cine más destacados de la época, describió The Brown Bunny como la peor película en la historia del Festival de Cannes, criticando su narcisismo evidente y la falta de un propósito claro. Su comentario capturó el consenso generalizado de que la película era más un ejercicio de egotismo del director que una obra cinematográfica significativa.
En respuesta a las críticas abrasadoras, Vincent Gallo se embarcó en un esfuerzo por reeditar la película antes de su lanzamiento comercial. Esta nueva versión de The Brown Bunny fue considerablemente más corta y recibió una acogida mucho más favorable. Aunque su esencia provocativa permaneció, los ajustes realizados por Gallo permitieron que la estructura narrativa fluyera mejor y que el enfoque en el análisis emocional del personaje resonara de manera más clara con la audiencia.