Arte urbano de colores
Eduardo Kobra es uno de los exponentes de la neovanguardia paulista. Su talento emerge en 1987, en el barrio de Campo Limpo, en la periferia de São Paulo, extendiéndose por el resto de la ciudad.
Calles llenas de edificios, muros de grandes extensiones, paisajes urbanos que se suman a la rutina del día a día… Eduardo Kobra da color a estos lugares con pinturas de grandes dimensiones en las que se pueden apreciar personajes históricos y referencias a icónicas obras de arte.
Desde 1987 se dedica al muralismo en Sao Paulo (su ciudad natal), y sus creaciones van desde paredes chicas a otras con más de mil metros cuadrados. Kobra maneja varias técnicas y estilos, los que hace convivir en cada pared que pinta. El uso de colores y la geometría ayuda a la ilusión de imágenes en tercera dimensión y profundidad del grafiti a gran escala.
En 2012, a partir de la muerte del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer (1907-2012), Kobra realizó un mural en homenaje a quien, a partir de su arquitectura, llevó a Brasil al reconocimiento mundial y que fue artífice de edificios tan importantes para el país carioca como la Catedral de Brasilia, el Palacio de Planalto y el Palácio da Alvorada.
La obra de Kobra se puede apreciar en calles de su país natal, Estados Unidos, Rusia y varios países de Europa. El artista comparte en su cuenta de Instagram (@kobrastreetart) fotografías de los diferentes murales que continúa creando.
Figuras geométricas, fantasía, realidad, todo entra en la paleta de este artista que en la década de 1990 desarrolló un proyecto titulado “Muros de la Memoria”, que tuvo como objetivo transformar el paisaje urbano a través del arte y traer de vuelta los recuerdos de la ciudad: el pasado vs lo moderno.
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