Elvira Espejo: “Tengo la facilidad de poder soñar en grande”
Tras ocho meses alejada de la institución, Elvira Espejo fue recientemente restituida como directora del Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), cargo que asumió por primera vez en 2013. Durante esa primera gestión, realizó importantes acciones que enaltecieron al Musef, convirtiéndolo en uno de los espacios culturales más importantes de Bolivia, reconocido a nivel internacional.
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Su trabajo fue reconocido con la condecoración oficial de la República Federal de Alemania, la Medalla Goethe 2020, “por su ardua e incansable labor cultural”. Fue la primera mujer boliviana, y la más joven en la historia del premio, en ser galardonada con esta distinción.
Fue finalista en el Concurso de Literaturas Indígenas de la Casa de las Américas en Cuba (1994), recibió el premio para la poetisa internacional en el cuarto festival mundial de la poesía venezolana (2007), ganó el primer premio Eduardo Avaroa en Artes, Especialidad Textiles Originarios, La Paz, Bolivia (2013), y el primer premio Fomento a la Creación Nativa en Literatura, Especialidad Poesía, en el marco del V Festival de Arte Sur Andino Arica Barroca Chile (2018).
Artista plástica, tejedora, narradora, cuentista, poeta, ensayista, textilera e investigadora, Espejo conversó con Los Tiempos sobre los desafíos y proyecciones que afronta tras su vuelta a la institución.
Uno de sus objetivos es continuar reconociendo el valor de los artesanos y artistas a través de coautorías con planes y proyectos rumbo al bicentenario.
Los Tiempos

—Tras varios meses, asume nuevamente el cargo como directora del Museo de Etnografía y Folklore, ¿cómo han sido estas primeras semanas, nuevamente, en el puesto?
—Ha sido una tarea muy fuerte esta evaluación, más que todo sobre el tema del poa presupuestario, y también de las actividades que estaban proyectadas y no han sido ejecutadas. Fue también entender un poco la dinámica de una situación muy compleja en términos de la pandemia. Y una evolución de cómo el equipo puede desafiar, en términos tecnológicos, una proyección digital. Estuve, más que todo, tratando de actualizarme viendo cómo estuvo la situación y cómo hoy nos planteamos las nuevas dinámicas.
—¿Cuáles serán sus principales desafíos?
—El principal desafío en este momento, como museo que alberga una gran cantidad de bienes culturales y documentales, es saltar a la tecnología con esto de salas o visitas virtuales que puede estar en plataformas. También generar unas videocápsulas que se pueden hacer desde nuestros catálogos y bienes culturales.
Por otro lado, es ver cómo las artes se van a generar en términos creativos, porque eso no se hace rápidamente; hay un sistema de protocolo de diferentes especialidades específicas del arte como el audio, el arte de la de la parte estructural, el sistema, el tema de la producción plenamente del arte… cosas así que son pequeños detalles, pero que también es un trabajo moroso.
Entonces, lo que estoy viendo ahora es esa dinámica con el tema digital. Y a la vez ver este tema de bioseguridad para los visitantes para resguardar su salud. Cuidar todos los detalles también nos lleva a un desafío mayor. Y, por supuesto, también eso tiene que ver con el tema de fondo, en este caso el tema económico.
Como equipo, tenemos el desafío de ver cuál sería la dinámica de cada especialista que trabaja en diferentes áreas. Estoy en plena conversación poniéndome en contacto uno por uno para ver sus desafíos personales.
—Menciona el tema económico, ¿el Musef sufrió un recorte?
—Sí, hubo un fuerte recorte. Estamos hablando de lo mínimo y estamos viendo el tema de los sueldos, por lo que en términos de producción nueva vamos a tener muchas dificultades. Trabajar con la parte externa va a ser la más difícil porque no contamos con el tema económico.
—¿Cuáles serán las primeras actividades?
—Estamos retomando los avances del primer trimestre del año pasado, que yo planteé en 2019 para 2020. La temática, justamente, del lenguaje poético que estaba proyectado con una producción muy avanzada entre artículos e investigación. Y ahora nos tocaría el tema de la evaluación de la redacción, de la diagramación, y del diseño para su publicación. Esa segunda fase la vamos a hacer este año y también la exposición que se va a montar en nuestras salas. Hay elementos que colaboran como una integración a la exposición. Se trata de varias acciones como videos en cuarta dimensión.
También está el tema de la producción museológico y museográfico, que hay que hilar el hilo conductor, por supuesto que ya estaba planteada, pero ahora hay que reajustarlo según el tema de presupuesto que se tiene. Eso ya está en camino, probablemente la semana que viene (por la actual) vamos a lanzar la convocatoria para que la Reunión Anual de Etnología (RAE) se lleve de forma virtual.
De igual manera, de forma equilibrada, vamos a ver las gestiones para que también se tenga el tema presencial porque hay mucha gente que no tiene la conexión de internet a sus casas. Entonces vamos a coordinar con Sucre y Santa Cruz, y espero que sea posible a nivel nacional.
—Tras una breve revisión sobre la situación actual del Musef, ¿qué deficiencias vio en la institución y cómo piensa abordarlas?
—No quisiera decir que son deficiencias en término que pasó por un problema serio. Yo creo que son una acumulación de una serie de cosas, el tema de la pandemia más que todo y el tema presupuestario. Por supuesto que eso genera un cuello de botella y no se va a cubrir a la cabalidad.
—¿Y qué nos dice sobre sus potenciales?
—Hay muchas potencialidades muy buenas, muy positivas con este tema de que cada unidad tiene sus propios desafíos. Se ve que han hecho una formación muy fuerte en términos estructurales, como hemos planteado desde la tendencia académica, muy renovada. Ese museo está todavía para que pueda alimentarse y sobrealimentarse, entonces en esta segunda fase lo vamos a trabajar. Desde la vida social, del objetivo que es la interacción, y en términos de coautorías con las propias productoras de artistas y artesanos del país.
—En ese sentido, ¿cuáles son los proyectos que se plantean para fortalecer la institución?
—Tenemos un planteamiento de 2021 que va a ser hasta 2026, porque hemos perdido un año francamente, este tema de las coautorías, que a veces es complicado, pero queremos trabajar en esa dimensión para aportar a la sociedad en la revalorización de las culturas.
Por otro lado, tenemos la proyección de expansión que iría del año 2026 a 2031, pero eso va a depender mucho como un desafío desde nuestras propias jefaturas. Nosotros podemos plantear ideas muy grandes y yo conozco muy bien el tema porque estuve en museos internacionales. Para mí no es un problema plantear estas ideas con una visión más amplia, pero por supuesto eso también involucra un lineamiento institucional y también del Estado.
Por otro lado, está el tema del desafío en términos económicos y yo no sé si al año va a mejorar. Si vamos a tener unos mejores presupuestos, eso va a tener que depender mucho de una evaluación de los presupuestos que se tendrán los próximos años.
—Para finalizar, usted es reconocida por ser una artista boliviana con una destacada trayectoria. Además de desempeñar su función como directora del Musef, ¿continúa creando arte?
—Siempre he trabajado de manera equilibrada por esa razón. Hay una producción más personal como también hay una producción y lineamiento institucional que también son desafíos bien grandes y eso es bien notorio. Por la acumulación del conocimiento que llevo, creo que tengo esa facilidad de poder entender en términos amplios y de poder ser más abierta, porque no me considero como una artista solamente especializada en la pintura, como lo hice antes.
Esta fuente de la multidiversidad de información que pude absorber tanto de la música como de la textilería, de la literatura y del tema de la investigación en ciencias sociales; hace una fortaleza tremenda para que yo pueda equilibrar de una manera entre la institución y lo personal. Es un constante fortalecimiento y eso incluso me da una estabilidad en términos de proyección. Tengo la facilidad de poder soñar en grande.