
Laboratorios evidencian rezago en capacitación y tecnología ante enfermedades zoonóticas
Cochabamba fue una de las pioneras en brindar servicios de laboratorio, siendo un referente a nivel nacional. Sin embargo, con los años, esta labor se topó con varias limitaciones como la falta de equipamiento de alta tecnología y capacitación del personal.
A nivel nacional, existen instituciones estatales y privadas que brindan servicios, pero la mayoría alcanzan los niveles I y II, a diferencia de otros países que llegan al nivel IV.
Los laboratorios cobran gran relevancia ante el brote de alguna enfermedad zoonótica, realizando el estudio que permite la identificación del agente o causa. Además, del posterior diagnóstico con fines de prevención y control de afecciones que pueden provocar emergencias de salud pública a nivel regional, nacional e incluso internacional.
En el departamento, se puede mencionar, entre otros, al Laboratorio de Investigación y Diagnóstico Veterinario (Lidiveco), dependiente del Servicio Nacional de Inocuidad Alimentaria (Senasag). Uno de sus objetivos es diagnosticar y coadyuvar en el control de enfermedades zoonoticas, tanto bacterianas, micóticas y víricas como es el caso del arenavirus, enfermedad que puso, desde hace unos meses, el foco en el tema de la salud pública y el papel de las distintas instancias gubernamentales.

Cochabamba pionera
Lidiveco fue en sus inicios uno de los laboratorios fundamentales del país. Surgió gracias al aporte de la asociación de avicultores de Cochabamba. Durante sus primeros años su fuerte fue el área avícola y la lechería.
"Se hacían bioterios. Tenía todo implementado, venía gente de varios países a capacitarnos, profesionales especializados. Lo que pasó es que con el cambio del personal se fue disgregando todo eso, se fue perdiendo gente en ese sentido", expresó Christian Villarroel, quien fue parte de esa institución por más de una década y ahora forma parte del área de laboratorio de la Asociación de Avicultores (ADA).
En octubre de 2009, Lidiveco fue intervenida "arbitrariamente" por el Directorio Ejecutivo del Senasag.

"No es necesario"
En Bolivia hay varias enfermedades zoonóticas. Hace unos meses se registró un brote de arenavirus que dejó tres muertos en La Paz. Este hecho activó la alerta en la población y autoridades, pero además surgieron cuestionamientos.
Uno de los primeros pasos fue la confirmación de la enfermedad con la que fueron infectados. Para ello, se envió una muestra al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Atlanta, Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés). Los resultados, que llegaron semanas después, determinaron que se trató de arenavirus del nuevo mundo, del genotipo Chapare.
Al respecto, el jefe de Epidemiología del Ministerio de Salud, Jhemis Molina, dijo que se remitió la muestra a EEUU porque se requería de un estudio más avanzado.
"Aquí solo lo detectaron y dijeron que se trataba de un arenavirus, pero para saber el tipo se envió a (ese) laboratorio porque esa tecnología no la tenemos nosotros", explicó.
Molina considera que en Bolivia se cuenta con los equipos y profesionales en el área, pero no se cuenta con un laboratorio nivel IV, donde se realiza la identificación de muestras de alto riesgo.
"No se proyecta la instalación de uno en Bolivia, no justifica porque son enfermedades raras y muy poco frecuentes. Además su mantenimiento es muy elevado", expresó.
Limitaciones
Falta de equipos de alta tecnología y capacitación, son algunos de los principales problemas, que identifican especialistas en área del servicio de laboratorio en Cochabamba.
"Nos falta bastante equipación y capacitación de personal. El problema es, en muchas ocasiones, que es las instituciones estatales, cada tanto, hay rotación de personal, y con ello se pierde la capacitación y también las oportunidades de capacitar", expresó Villarroel.
Para Fabio Choque, responsable del laboratorio de la Facultad de Veterinaria de la UMSS, falta proyección y enfoque en el manejo de caos de urgencia como es el caso de arenavirus.
"No hay las condiciones para manejar ese tipo de muestras, son cosas delicadas. Se está hablando de un tema de alta bioseguridad. No tenemos laboratorios de nivel necesario".
La falta de infraestructura, no solo refiere a la construcción de centros que brinden servicios de laboratorio, sino que éstos estén en condiciones, de acuerdo a normas internacionales, según las cuales "un laboratorio debería estar a kilómetros de la parte urbana para poder manejar y aislar casos delicados, como es el caso de virus".
En Bolivia la mayoría de los laboratorios se encuentran en medio de zonas habitadas, a diferencia de países como Brasil o Chile, donde los ambientes están edificados a unos 100 kilómetros de la ciudad o zona urbana.
Asimismo, hay personas que se dedican exclusivamente a esa labor, siendo profesionales "específicos y especializados". Todo ello es acompañado de enfoques multidisciplinarios, con programas que estén conformados, no solo de médicos humanos, sino también de biólogos y médicos veterinarios, entre otros profesionales.
En Bolivia, está la Dirección de Zoonosis, dependiente del Ministerio de Salud. Esta instancia está encargada de los controles y prevención de enfermedades que afectan al ser humano. Sin embargo, solo se limita a lo que refiere a la Rabia. Todo lo demás, como es el caso del arenavirus, es manejado en programas distintos.
El jefe de Zoonosis, en Cochabamba, Javier Rodríguez, dijo que esa unidad solo se aboca a lo que es la Rabia. “Zoonosis solo se ocupa de animales domésticos y no de animales silvestres, son otras instancias las que se ocupan de ello”.
“Implementar programas significa tener más recursos y más personal, y eso es lo que siempre nos ocasionó el problema. No se puede pensar en ampliar si no tenemos lo que necesitamos”, manifestó.
Análisis
Walter Ágreda
Médico Veterinario, especialista en salud pública y primer responsable nacional del programa de rabia en Bolivia.
"Hay que trabajar de forma estructural e integral"
En Bolivia, la salud aún no es la prioridad. La salud pública hay que entenderla como una necesidad básica. Se hicieron avances bastante significativos. Sin embargo, no es suficiente. Falta mucho por resolver integralmente. Todavía estamos ocupados en temas de coyuntura, que son emergentes y, no así, los temas estructurales que debieran trabajarse para ir resolviendo cosas como el tema del arenavirus.
Hacemos referencia al pasado, pero ese pasado no corresponde como justificación a como se está hoy. La salud no tiene que ver con la ausencia de bienestar, sino con el estado completo de bienestar.
Las falencias se siguen visualizando. Es difícil establecer cuánto estamos preparados para eventos que no estamos investigándolos. Vamos a tener que reconocer que aún tenemos severas de debilidades en materia de manejo de la salud. Hay esfuerzos en infraestructura, pero falta equipamiento y especialistas. ¿Será que la calidad de la salud se puede medir con la cantidad de hospitales?