Chimoré. El aeropuerto de $us 34 MM opera para prácticas de pilotaje militar
LORENA AMURRIO MONTES
Una familia vive prácticamente frente a la pista del aeropuerto de Chimoré. Uno de los integrantes explica que todos los días ven avionetas surcar los aires, pero indica que se tratarían de escuelas de pilotaje. Considera necesario que vuelvan los vuelos comerciales para una verdadera reactivación del aeropuerto, pues ahora está cerrado.
Durante las últimas dos semanas todas las miradas del país estuvieron en esta terminal aérea del trópico de Cochabamba. Las denuncias de 32 operaciones aéreas irregulares el 10 de marzo levantaron la pregunta sobre ¿qué sucede en este aeropuerto?
Los Tiempos viajó hasta Chimoré para obtener detalles del aeropuerto y su movimiento. A 204 kilómetros de Cochabamba, este municipio conocido por ser parte del bastión del MAS alberga la única terminal aérea de la región, cuya construcción fue cuestionada por la ausencia de vuelos comerciales frecuentes que justifique la inversión de 34,5 millones de dólares.
El pasado martes, al promediar las 09:30 horas, una avioneta con matrícula de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) se encontraba volando por el cielo nublado. A las 10:00 despegó una segunda avioneta y a las 10:30 la tercera.
Las tres aeronaves contaban con matrícula de la FAB. Cada cinco a ocho minutos, las avionetas volvían a pasar sobre el aeropuerto y, una hora después de sobrevolar, procedían al aterrizaje.
Luego de media hora, volvían a hacer el mismo ejercicio.
“Ya estamos acostumbrados a escuchar las avionetas pasar. Es todos los días. Es que hay una escuela de pilotaje de los militares”, indicó el vecino del lugar.
La puerta del aeropuerto estaba cerrada y custodiada por los militares. El encargado de la guardia explicó que sin autorización no era posible ingresar. Agregó que en ese momento todo era operado por la Fuerza Aérea, pues los trabajadores de Aasana estaban en la ciudad dando un informe sobre la denuncia de los vuelos irregulares.
“Ellos manejan el aeropuerto, pero por ahora no están. Todo está con militares, incluso los controladores aéreos son militares. Los vuelos civiles los ve Aasana, nosotros no tenemos nada que ver ahí. De esas operaciones aéreas, no tuvimos conocimiento”, dijo el encargado en una breve conversación con el equipo periodístico.
Sin embargo, indicó que, con regularidad, los militares del Grupo Aéreo 21 hacen sus prácticas en el aeropuerto.
Al tratarse de las Fuerzas Armadas, el trato es diferente, pues los vuelos militares no necesitan los mismos permisos que requiere una operación civil, según el director nacional de Transporte Aéreo, Sandro Zapata.
Hace más de un año que el aeropuerto de Chimoré dejó de tener vuelos comerciales. En todo este tiempo, se observaron falencias que no permiten la reanudación de operaciones civiles.
“Es necesario un aeropuerto para una región tan grande. Cuando hay derrumbes en la carretera nos sirve de mucho, porque es nuestro medio de transporte a la ciudad. Igual en lo que refiere al turismo. Podríamos tener más turistas con vuelos comerciales”, observó el vecino de la zona.
No obstante, en algunas entrevistas en medios de comunicación, Zapata precisó que hay una serie de falencias en el aeropuerto que no permiten que se cumpla con la seguridad que exige la norma.
Identificó al menos nueve falencias en la terminal aérea: cuenta con dos bomberos, pero no tiene extintores ni bombas o un carro de ese tipo. La Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares de Navegación Aérea (Aasana) tampoco tiene control de meteorología.
También observó falta de control de fauna, arcos de rayos X, ausencia de policías y un suministro eléctrico no fiable. “El aeropuerto de Chimoré no está preparado. No estaba, ni está listo”, dijo.
Según el funcionario, todos estos elementos deben ser subsanados en caso de que la terminal aérea busque volver a operar con vuelos comerciales. Efectivamente, este medio de comunicación observó desde afuera de la pista que el control de biodiversidad es una de las necesidades.
La pista de aterrizaje está rodeada por una masa densa de vegetación de varios metros de altura. Esto se observa principalmente en el sector norte de la misma, lugar por el cual se observó que despegan y aterrizan las aeronaves en práctica.
Otro de los aspectos que llamó la atención es que a menos de 400 metros de la pista se encuentra el botadero del municipio. Este hecho genera que enormes aves de carroña ronden la zona.
Según el vecino, en una ocasión una de estas aves se introdujo en el motor de una de las alas de una avioneta. La aeronave aterrizó de emergencia. Debido a la proximidad del lugar, el hecho no pasó a mayores.
Por el momento, el aeropuerto sólo funciona para prácticas aéreas militares. Aún está lejos de poder reactivarse a vuelos civiles y mucho menos comerciales.
Subsanar las falencias y verificarlas es algo que aún tomará su tiempo, pues se debe cumplir con la burocracia que requiere el caso.
Denuncia
Hace más de una semana, trabajadores de Aasana informaron sobre 32 operaciones aéreas irregulares en el aeropuerto de Chimoré. Este hecho despertó alerta por dos motivos particulares: el primero es que la terminal aérea no estaba operando y sorpresivamente en un solo día se hacen más operaciones que en el aeropuerto de El Alto, La Paz.
Segundo, porque el ministro de Obras Públicas, Édgar Montaño, afirmó desconocer estos vuelos.
No tardaron en señalar responsables y el lunes Montaño determinó la destitución del director nacional de Aasana, Ronny Balderrama. Montaño informó que la reapertura del aeropuerto habría sido una decisión unilateral del ahora exdirector, quien además que no siguió los procedimientos que exige la normativa.
Balderrama dio su versión de los hechos y aseguró que todos sus superiores, incluido el ministro, tenían conocimiento de manera anticipada de las 32 operaciones aéreas que realizaron a modo de práctica siete escuelas de pilotaje de Cochabamba y Santa Cruz.
En medio de una serie de contradicciones, se filtraron documentos que contradicen la teoría de que la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) desconocía la situación. Una carta enviada por Balderrama a Celier Aparicio Arispe, director de la DGAC, el 8 de marzo, constata que éste último tuvo conocimiento de las operaciones aéreas que se pretendía realizar, dado que el entonces director de Aasana solicitó la autorización para efectuar dichas actividades.
“Aasana tiene entre sus tareas de coadyuvar con la reactivación económica (…), la reactivación de las operaciones comerciales, instrucción aeronáutica y de mantenimiento de aeronaves en el aeropuerto de Chimoré, para lo cual solicitamos que autorice excepcionalmente las operaciones de las aeronaves de los Centros de Instrucción de Aeronáutica Civil”, dice la carta.
Arispe respondió a Balderrama en otra misiva el 26 de marzo. En el documento menciona que, al realizar un análisis de riesgo al aeropuerto en fecha 20 de marzo, se tuvo como resultado ocho observaciones de riesgo alto ocasional/peligroso, codificado 4B.
“Por lo expuesto, su administración debe dar solución a las observaciones descritas hasta el 31 de mayo del año en curso, caso contrario la DGAC instruirá la suspensión de las operaciones”, dice la carta.
Aldo Eamara, secretario general del sindicato de Aasana Cochabamba, afirmó que hubo negligencia y descuido de parte de los inspectores de la DGAC, quienes tenían la responsabilidad de verificar las condiciones del aeropuerto.
Indicó que las deficiencias del aeropuerto no se pueden pasar por alto, por lo que cuestionó la formación y especialización de los técnicos de la DGAC.
Irregularidades ponen en riesgo la Categoría 1
El experto en aeronáutica Constantino Klaric afirma que las operaciones aéreas irregulares y la falta de transparencia en la información vertida por las autoridades del sector aeronáutico tras revelarse el caso de las 32 operaciones irregulares, pone al país en riesgo de perder la Categoría 1, que, entre otros aspectos, otorga facilidades para volar directamente a Estados Unidos.
Klaric destacó la importancia de contar con dicha certificación internacional y mencionó que en Sudamérica solamente Paraguay y Uruguay no la tienen.
Aseguró que las autoridades del sector aeronáutico tienen que saber que existen regulaciones internacionales que se debe cumplir, sobre todo las vinculadas a seguridad.
Sin embargo, dijo que existe un total desconocimiento de los procedimientos aeronáuticos en las mismas autoridades
El ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño, aseguró que la reapertura del aeropuerto de Chimoré vulneró el artículo 191 de la Ley de Aeronáutica Civil, que se refiere a las sanciones contra quienes pongan en peligro la seguridad de un aeropuerto o de circulación aérea.
Montaño responsabilizó y destituyó al director de Aasana, Ronny Balderrama, pero no anunció alguna acción sobre el director de la DGAC, Celier Arispe, quien, según el experto, también tenía la responsabilidad de conocer y aprobar los planes de vuelo para las operaciones.
Un aeropuerto que fue ampliado
El aeropuerto de Chimoré tiene una historia de más de 20 años, pues fue la DEA, la que instaló sus bases aéreas en el lugar. Los pobladores del municipio recuerdan que desde hace mucho tiempo los helicópteros militares salían de este lugar para sobrevolar la zona.
Una vez fuera la DEA, el Gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) determinó invertir 34,5 millones de dólares para ampliar la pista hasta 4 kilómetros y convertir la terminal aérea en un lugar para vuelos comerciales.
Aeropuerto opera con cinco personas
El secretario general del Sindicato de trabajadores de Aasana, Aldo Eamara, explicó que el aeropuerto de Chimoré cuenta con cinco trabajadores: dos bomberos, un controlador aéreo, un ingeniero en sistemas y un administrativo.
Todos ellos responden a la dirección regional de Aasana de Cochabamba. Sin embargo, el director de Transporte Aéreo, Sandro Zapata, dijo que la directora regional dijo que tampoco sabía de las operaciones en Chimoré.