Potosí sigue en riesgo y otros sitios patrimoniales requieren más atención

15/11/2021

Bolivia tiene seis lugares incorporados en la lista de patrimonios mundiales de la Unesco. Reconocidos como sitios históricos y que representan aspectos relacionados a la historia y la cultura nacional, requieren de una preservación y conservación que les ayude a permanecer en el tiempo.

La ciudad de Potosí, la ciudad histórica de Sucre, las misiones jesuíticas de Chiquitos, Tiahuanaco, El Fuerte de Samaipata y el Qapaq Ñam figuran en la lista de bienes culturales, además como bien natural está inscrito el Parque Nacional Noel Kempff Mercado.

La realidad en Bolivia es adversa, de acuerdo a la opinión de expertos en el área, uno de los sitios patrimoniales permanece desde hace siete años en la lista de riesgo y aún no se ejecutan acciones que reviertan la actual situación.

Pero no es el único y es cuando la realidad golpea para mostrar que los sitios patrimoniales están desatendidos y en un camino del que puede no haber retorno.

Texto subtítulo: 

Cerro Rico de Potosí

El sitio en riesgo es el Cerro Rico de Potosí. La Unesco tiene en su lista de patrimonio mundial a la ciudad de Potosí desde 1987.

Juan José Toro, director de contenidos de El Potosí y periodista investigador, contó que tras la inscripción hay normas que cumplir, pero no se asumen medida de protección.

“Se inscribe para que el país asuma medidas para proteger el sitio. Lo que pasa es que el estado boliviano no ha hecho nada para proteger esos sitios, ese es el gran problema y ha hecho todo lo contrario, en lugar de respaldar a la ciudad, en vez de invertir recursos para transformar la matriz productiva que actualmente gira entorno a la minería, y transformar la matriz productiva al turismo que podía haberlo hecho en 30 años, no ha hecho nada”, relató.

Toro considera que se ha “fomentado a los destructores del Cerro Rico” y apunta a los mineros cooperativistas, debido sobre todo a la falta de regulación para la explotación mineras en el lugar.

El periodista recordó que, tras la relocalización de los mineros, en 1986, algunos trabajadores se quedaron en Potosí y se agruparon en nuevas cooperativas o se sumaron a las ya existentes.

Entonces, la explotación comenzó por “su cuenta” pero con marcadas diferencias con respecto al trabajo que hacía la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) en cuanto al control de la explotación.

“Han comenzado a explotar ellos (los mineros cooperativistas) por su cuenta, pero mientras explotaba la Comibol había control en la explotación, no era una explotación irracional. Un paraje que se trabajaba, cuando se está cavando lo deja hueco, al tiempo de dejar ese hueco hay que rellenarlo o por lo menos hay que apuntalar con unas vigas. Todo eso hacía Comibol, el cooperativista no hace eso, él solo cava, saca mineral y lo deja así”, añadió.

Las omisiones en el trabajo provocan el deterioro del cerro, por lo que la parte alta tiene un hundimiento severo. El problema se agrava cuando la cotización de los minerales se incrementa, lo que causa que incluso se retiren dos mil toneladas diarias de mineral del Cerro Rico.

Toro reflexiona sobre esta situación y señala que no se ha hecho nada para la preservación del sitio, debido a varios factores, uno de ellos es que la economía potosina está directamente vinculada a la minería.

“Ahora qué se tiene que hacer, no se puede pedir que se pare todo el trabajo en todo el cerro Rico, porque eso es suicidio, eso significa decirle a Potosí que deje de respirar, no se puede hacer eso. Pero sí se puede decir que no se va a trabajar en la cúspide. Hay un decreto 27787 que dice que no se puede trabajar arriba de la cota 400, entonces tenemos una ley que dice monumento nacional y un decreto que dice que no se puede trabajar en la cúspide”, añadió.

Debido al estado de vulnerabilidad y riesgo de colapso de la cima del Cerro Rico, además de la necesidad de fortalecer los sistemas de conservación y manejo de propiedad, se pidió la elaboración del Estado de Conservación Deseado para la implementación de medidas correctivas.

Según Toro, que el sitio de la ciudad de Potosí esté en la categoría de riesgo es “la antesala a sacarle de la lista del patrimonio mundial”.

“Eso significa una especie de descertificación, a sitio que le quitan, es un sitio que nunca va a poder conseguir financiamiento externo para proyectos de desarrollo patrimonial”, agregó.

Por otra parte, el vicepresidente del Comité Nacional Boliviano “Programa Memoria del Mundo” de la Unesco, Daniel Oropeza, añadió que se suman aspectos que se pueden considerar como “políticas adversas”. 

“En los últimos 20 años, los gobiernos municipales incluso han llegado a generar políticas adversas como aquella que se le ocurrió a un alcalde que fue de cerrar el ente rector de conservación y la escuela taller que fue la mayor conquista y que fue realizada por la Cooperación Española en nuestra ciudad”, sostuvo.

Oropeza también detalló que los recursos que se destinan para la conservación son “escasos”.

“En Potosí, en los últimos 20 años se ha asignado el 3% del presupuesto municipal a la conservación y promoción del patrimonio y el turismo, por lo tanto, es una suma insuficiente”, detalló.

El estado del Cerro Rico preocupa a las autoridades locales, departamentales y nacionales. En julio pasado, la Cumbre de Patrimonio, Culturas y Turismo determinó impulsar acciones interinstitucionales para lograr que Potosí sea la “primera ciudad Ecomuseo Histórica, Industrial y Patrimonial de América”.

Texto subtítulo: 

Tiwanaku

Otro de los sitios patrimoniales que tiene Bolivia es Tiwanaku, el mismo fue incluido en 2000 a la lista de patrimonio mundial.

“En el caso de Tiahuanaco, sabemos que no hay las mejores condiciones de conservación, puesto que no existe una planimetría adecuada y completa, no se sabe con precisión qué área es patrimonio Unesco”, señaló Daniel Oropeza.

Tiwanaku fue la capital de un poderoso imperio prehispánico que alcanzó su apogeo entre los años 500 y 900 de nuestra era. Su influencia se extendió por una vasta zona de los Andes meridionales y otras regiones adyacentes. Los vestigios de sus monumentos atestiguan la importancia cultural y política de una civilización netamente diferenciada de las restantes culturas prehispánicas de América.

En 2018, a partir de un proyecto financiado por fondos japoneses, se informó que “se pudo verificar la presencia de un conjunto de estructuras hasta ahora desconocidas, que se extienden por toda el área y alcanzan una superficie de mucho más de esas 411 hectáreas iniciales".

El resultado de la investigación realizada por el arqueólogo español José Ignacio Gallegos, según una nota de EFE.

"En el pasado junio se sumaron otras 347 hectáreas, sumando un total de 758 de hectáreas relevadas", se añadió al momento de dar a conocer el resultado del trabajo realizado.

Texto subtítulo: 

Fuerte de Samaipata

“En el caso de Samaipata es lo mismo, ha habido superposiciones de tierras a la zona declarada patrimonio de la humanidad y ha sido muy difícil sanear lo que es patrimonial porque hay un conflicto de intereses. Los particulares que invocan tener derecho privado y el estado que debe garantizar la conservación del patrimonio de Samaipata”, afirmó Daniel Oropeza sobre el sitio.

Sin embargo, el antropólogo Milton Eyzaguirre, afirmó que en el sitio patrimonial “se han invertido buenos capitales y obviamente hay lugares que están bien reguardados al interior de este espacio”.

El sitio arqueológico que fue declarado Patrimonio en 1998 y es considerada la mayor obra de la arquitectura rupestre del mundo, fue investigado por un grupo de expertos de la Universidad de Varsovia, a través del que se realizó un estudio que ayudaría a la preservación.

Según el portal RC Bolivia, se realizó es un escaneo digital, desde 278 posiciones diferentes, que brinda imágenes tridimensionales y permite evaluar el impacto de la energía solar absorbida a través de los años y cómo ha influido el viento.

En el lugar también causan problemas la humedad, los líquenes y las microplantas.

Pero, a diferencia de otros espacios patrimoniales, en Samaipata, las investigaciones, estudios y proyectos han sido constantes en los últimos años.

Texto subtítulo: 

Misiones Jesuíticas de Chiquitos

En las misiones jesuíticas de Santa Cruz, la atención se da de diferentes maneras.

Daniel Oropeza señaló que “la conservación del patrimonio en la Chiquitanía, tiene un buen plan de manejo, tiene una buena institución que se encarga de gestionar la conservación constante de ese patrimonio y podríamos decir que de todos los patrimonios en Bolivia es el que tiene mejor modelo de gestión”.

En el caso de este patrimonio se apeló a los aspectos adicionales que tienen las misiones, uno de ellos es la música barroca a través de la que se han gestionado el mantenimiento y también las mejoras en ese sitio.

“Obviamente en algunos hay mucho apoyo y eso tiene que ver por ejemplo con el tema de las reducciones jesuíticas que han recibido un espaldarazo de algunas organizaciones internacionales y obviamente los municipios se han concientizado junto con este tema de lo que sucedía con la música barroca, eso permitía generar una dinámica de mantenimiento y conservación de los sitios”, agregó el antropólogo Milton Eyzaguirre.

En el caso de las reducciones misionales, se ejecutó el Plan Misiones, a través del que se logró apoyo de instituciones internacionales para mantener los sitios en esa región.

“A diferencia de otros pueblos misionales en países como Paraguay, Brasil o Argentina, estas reducciones han sobrevivido al paso del tiempo gracias a una gestión integral del patrimonio del Plan Misiones (que incluye a autoridades municipales y departamentales, la iglesia católica, el Ministerio de Culturas y Turismo), con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)”, señala una nota del diario El País de España, en la que se destaca el trabajo para mantener un “patrimonio vivo”.

“Desde el 2017 estamos trabajando en un plan de sostenibilidad con la gestión del espacio cultural de Chiquitos y una red de museos misionales, de territorio y de música”, señala una publicación en Facebook del Plan Misiones que además destaca el apoyo de la Gobernación de Santa Cruz, los municipios de la Chiquitania, la dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura y la Cooperación Española.

Texto subtítulo: 

Ciudad histórica de Sucre

Fundada por los españoles en la primera mitad del siglo XVI, Sucre es la capital de Bolivia. Cuenta con numerosas iglesias bien conservadas de esa época –por ejemplo, las de San Lázaro, San Francisco y Santo Domingo– que ilustran la mezcla de las tradiciones arquitectónicos locales con los estilos importados de Europa.

La realidad de la ciudad histórica de Sucre difiere del auge que tuvo en determinado momento.

La declaratoria de patrimonio fue otorgada en 1991 y en esta gestión se cumplen 30 años del nombramiento, sin embargo, a partir de reportes de Correo del Sur, en el centro histórico de Sucre existe un 40% de construcciones ilegales, además de que las autoridades consideran que no hay una “verdadera conciencia” para la preservación patrimonial.

“En el caso de Sucre, ha tenido una época de esplendor en cuanto a la conservación de su patrimonio, porque actualmente su escuela está en un momento de dificultades económicas que debe ser superada para que esa tendencia de conservación óptima continúe”, señaló Daniel Oropeza sobre la realidad de Sucre.

Si bien la escuela taller de Sucre continuará funcionando hasta el 2024, existen otros factores que afectan a la conservación y preservación de los bienes patrimoniales.

Según Oropeza, el cableado eléctrico, telefónico y de otros servicios provocan el daño de los muros de las viviendas que son consideradas como parte del patrimonio, por la data de su construcción. Además, la humedad afecta también en algunos sectores.

Texto subtítulo: 

Otras consideraciones

El antropólogo Milton Eyzaguirre señaló que hay consideraciones que se deben tener en cuenta para la postulación ante la Unesco, entre los principales están las organizaciones de base, los gobiernos municipales, los gobiernos departamentales y finalmente el Estado.

“La Unesco solicita que todos estén comprometidos en el tema de la salvaguarda, lamentablemente a veces eso no es suficiente porque comienza con problemas en los gobiernos municipales, no hay tanto problema en las ciudades grandes, el problema es en las ciudades pequeñas donde tienen una secretaría de culturas que a veces está con pocas personas y es muy complicado porque lamentablemente todavía no tenemos una conciencia de conservación en algunos aspectos”, aseguró.

La preservación de los patrimonios es amplia y requiere atención, más aún cuando están reconocidos como parte del patrimonio mundial.

“Merece mucho esfuerzo, muchas comunidades apuestan al tema del turismo y a otros no les interesa”, añadió.

Texto subtítulo: 

¿Qué pasa si no hay avances?

La Unesco tiene una lista de patrimonios en riesgo debido a la falta de atención o preservación de los sitios patrimoniales. Una vez que son incluidos como patrimonios mundiales deben mostrar que se ejecutan acciones en pro de la conservación, si no se hiciera de esa manera, se toma la determinación de ingresar a una lista de riesgo.

“Ellos lo que hacen justamente es ver cómo se hace el seguimiento con relación al mantenimiento del patrimonio y en ese sentido si digamos que el estado no cumple, obviamente reciben ciertas llamadas de atención para que viabilicen y obviamente la amenaza final es retirar a cualquier patrimonio el ser parte de la categoría. El proceso no es de golpe, cumple etapas y si no logras o no cumples con las tareas como debe ser”, afirmó el antropólogo Eyzaguirre.

En julio pasado, la Unesco retiró a la ciudad de Liverpool de la lista de patrimonio mundial, por la falta de acciones con relación a ese sitio. Potosí permanece en la lista desde hace siete años y los avances son pocos. El riesgo de ser retirado de la lista de patrimonio mundial es “inminente”, según el periodista Juan José Toro, pero aún quedan etapas y si las acciones comienzan de manera inmediata, puede darse una solución y no llegar al punto extremo.

Créditos redacción: 

Periodista: 
Geraldine Corrales Arandia

Créditos fotografía: 

Fotografía : 
APG, AFP