<p class="rtejustify"> Estábamos a metro y medio de distancia, pero lejos, a un silencioso e interminable trayecto de nuestro contacto. Parecíamos dos retratos tridimensionales, hasta que mi suegra dio un suspiro tan intenso que su placa dental, fue a dar cerca del televisor.</p> <p class="rtejustify"> —Si en mis tiempos hubiera existido la píldora del día después, este cuerpecito hubiera carnavaleado las tradicionales 11 noches de mascaritas, jocheando a medio mundo con mi capucha puesta y sin preservar mi fecundidad —exclamó, prosiguiendo con un tono combinado con amargura y bronca—: Creo que mucha gente, como nosotros, tiene dos clamorosos y puntuales pedidos que hacer a los indecisos o a las que ocultan su voto.</p> <p class="rtejustify"> —Sería grave que él vuelva, el que no queremos —afirmé.</p> <p class="rtejustify"> —Sea claro; lo que no queremos es que vuelva el MAS. ¡Queremos que los indecisos se pronuncien de una buena vez, mierda! —me reprochó como si yo fuera el indeciso.</p> <p class="rtejustify"> Le revelé que yo votaré, así sea tapándome mi nariz el momento de meter mi voto a la urna, por el que tenga mayores posibilidades, aunque haya otro candidato que me parece bueno, porque es intrépido e interesante.</p> <p class="rtejustify"> —¿Por Camacho? —preguntó.</p> <p class="rtejustify"> —|No, por Tuto —le respondí, y me dijo que nos pongamos serios.</p> <p class="rtejustify"> Ahí, con lápiz y papel empezamos a hacer nuestros cálculos. No hay donde fallarle. Hay dos en el ring y uno será noqueado si el tercero, no se retira del cuadrilátero.</p> <p class="rtejustify"> “Ojalá que ese contrincante que tanto ímpetu, coraje y decisión se las jugó por todo el país, vuelva a jugársela y se retire de la contienda. Con ese gesto, habrá dado un gancho muy directo al opositor que, sin poder usar su izquierda, caerá noqueado a la lona”, según opinión de mi suegra que me dictó las últimas líneas, en uso de sus derechos ciudadanos.</p> <p class="rtejustify"> Lo que omití es que exclamó antes de abrir su lata de cerveza “iré a votar pese a mi edad y si no puedo caminar, ¡Mesa ven a recogerme y llévame a mi mesa!</p> <p class="rtejustify"> Yo solo digo: los que no saben ya tienen que saber y los que no responden tienen que responder cuanto antes, para tener en las encuestas una imagen que nos acerque a nuestra verdadera realidad.</p> <p class="rtejustify"> &nbsp;</p> <p class="rtejustify"> <strong><em>El autor es humorista</em></strong></p>

<p class="rtejustify"> Estábamos a metro y medio de distancia, pero lejos, a un silencioso e interminable trayecto de nuestro contacto. Parecíamos dos retratos tridimensionales, hasta que mi suegra dio un suspiro tan intenso que su placa dental, fue a dar cerca del televisor.</p> <p class="rtejustify"> —Si en mis tiempos hubiera existido la píldora del día después, este cuerpecito hubiera carnavaleado las tradicionales 11 noches de mascaritas, jocheando a medio mundo con mi capucha puesta y sin preservar mi fecundidad —exclamó, prosiguiendo con un tono combinado con amargura y bronca—: Creo que mucha gente, como nosotros, tiene dos clamorosos y puntuales pedidos que hacer a los indecisos o a las que ocultan su voto.</p> <p class="rtejustify"> —Sería grave que él vuelva, el que no queremos —afirmé.</p> <p class="rtejustify"> —Sea claro; lo que no queremos es que vuelva el MAS. ¡Queremos que los indecisos se pronuncien de una buena vez, mierda! —me reprochó como si yo fuera el indeciso.</p> <p class="rtejustify"> Le revelé que yo votaré, así sea tapándome mi nariz el momento de meter mi voto a la urna, por el que tenga mayores posibilidades, aunque haya otro candidato que me parece bueno, porque es intrépido e interesante.</p> <p class="rtejustify"> —¿Por Camacho? —preguntó.</p> <p class="rtejustify"> —|No, por Tuto —le respondí, y me dijo que nos pongamos serios.</p> <p class="rtejustify"> Ahí, con lápiz y papel empezamos a hacer nuestros cálculos. No hay donde fallarle. Hay dos en el ring y uno será noqueado si el tercero, no se retira del cuadrilátero.</p> <p class="rtejustify"> “Ojalá que ese contrincante que tanto ímpetu, coraje y decisión se las jugó por todo el país, vuelva a jugársela y se retire de la contienda. Con ese gesto, habrá dado un gancho muy directo al opositor que, sin poder usar su izquierda, caerá noqueado a la lona”, según opinión de mi suegra que me dictó las últimas líneas, en uso de sus derechos ciudadanos.</p> <p class="rtejustify"> Lo que omití es que exclamó antes de abrir su lata de cerveza “iré a votar pese a mi edad y si no puedo caminar, ¡Mesa ven a recogerme y llévame a mi mesa!</p> <p class="rtejustify"> Yo solo digo: los que no saben ya tienen que saber y los que no responden tienen que responder cuanto antes, para tener en las encuestas una imagen que nos acerque a nuestra verdadera realidad.</p> <p class="rtejustify">  </p> <p class="rtejustify"> <strong><em>El autor es humorista</em></strong></p>