<p class="rtejustify"> Frances. Así es como decidieron llamarte tus padres y con él te dieron una identidad. Personalmente, me gusta tu nombre; el mismo expresa, fuerza y honestidad. En este momento me solidarizo contigo, porque has sido denostada, injuriada, y ultrajada con adjetivos abyectos y miserables.</p> <p class="rtejustify"> ¿Sabes qué Frances?, fuiste muy honesta al expresar algo que salía desde muy dentro y lo dijiste en voz alta. ¿Pero que otra cosa podías hacer, si eso era lo que sentías en ese momento? Créeme que no mentiste cuando expresaste que la ciudad de Uyuni es fea. Para la mayoría, la belleza de Uyuni se reduce al salar; solo esito. Nada más falso.</p> <p class="rtejustify"> Frances. Posiblemente tus padres no te hablaron sobre ciertas cosas; y por eso fuiste muy honesta contigo misma y con Uyuni. Seguramente, ellos no te advirtieron que, con un comentario tan sencillo; podrías llegar a despedazar la poca autoestima y falta de autocrítica, que tienen todos los que te deshonraron.</p> <p class="rtejustify"> Hay miles, por no decir millones; que jamás se atreverían a decir algo parecido. Solo a ti, que no eres de allí, se te ocurrió la idea de expresar esa verdad. En realidad, a eso le llamamos libertad de expresión; pero para tus verdugos, eso es racismo y discriminación. Ahora han decidido enjuiciarte y no convidarte ni un vaso de agua.</p> <p class="rtejustify"> ¿Sabes qué Frances? No tenías por que disculparte con el argumento de que estabas inconsciente en ese momento. Con eso les diste la razón a tus verdugos y te inculpaste. ¡Pero en fin, ya lo hiciste! Pese a eso, no aceptaron tus disculpas y siguen heridos, porque tu opinión sobre Uyuni ha atravesado cual dardo, esa llaga sensible que tienen, y se llama falta de autoestima y de autocrítica.</p> <p class="rtejustify"> ¿Quieres que te diga una cosa? Si hubieras dicho lo contrario. Por ejemplo: Uyuni es hermoso y parece el jardín del Edén. Hoy serías rica y famosa en <em>likes</em>. Ten la seguridad de que tus jueces y verdugos se hubieran tragado esa píldora, pese a que ninguno conoce el paraíso bíblico más que por sermones de curas. Mejor que no lo dijiste porque, a lo mejor, hasta el cocalero Evo hubiera pensado llevar allí sus hordas para convertir ese jardín en un cato gigante de coca.</p> <p class="rtejustify"> Frances. Para terminar quiero contarte un secreto, y quiero que eso se quede entre nosotros. ¿Sabes dónde radica el problema para la falta de autoestima y autocrítica? Prepárate que lo que te voy a confesar:</p> <p class="rtejustify"> En Bolivia, desde tus cinco años, asistes a fábricas de victimismo, ¡ups! quiero decir escuelas. A esa edad, te obligan a soñar con un mar, a marchar por él agitando una banderita; y a entonar una canción que suena más o menos así: «Yo quiero un mar, un mar azul, para Bolivia...». Luego te meten la versión del roto chileno invasor, que nos quitó nuestro mar en pleno Carnaval. En los últimos 14 años, los niños tenían que leer un librito, sobre las aventuras de Evito. ¡Patético!</p> <p class="rtejustify"> Conforme vas creciendo, viene el tema del español colonizador y genocida, que se robó nuestra plata, y etc, etc, etc. Para rematar y cerrar con broche de oro; te confieso que Bolivia tiene dos himnos; uno oficial, y otro en ritmo de cueca y suena así: «Viva mi patria Bolivia, una gran nación, por ella doy mi vida, también mi corazón...». Pero no tienes que tomarlo muy en serio. Nadie da su vida, menos su corazón; y en tu caso, ni un vaso con agua.</p> <p class="rtejustify"> &nbsp;</p> <p class="rtejustify"> <strong><em>El autor es especialista en integración y gestión de conflicto</em></strong></p>

<p class="rtejustify"> Frances. Así es como decidieron llamarte tus padres y con él te dieron una identidad. Personalmente, me gusta tu nombre; el mismo expresa, fuerza y honestidad. En este momento me solidarizo contigo, porque has sido denostada, injuriada, y ultrajada con adjetivos abyectos y miserables.</p> <p class="rtejustify"> ¿Sabes qué Frances?, fuiste muy honesta al expresar algo que salía desde muy dentro y lo dijiste en voz alta. ¿Pero que otra cosa podías hacer, si eso era lo que sentías en ese momento? Créeme que no mentiste cuando expresaste que la ciudad de Uyuni es fea. Para la mayoría, la belleza de Uyuni se reduce al salar; solo esito. Nada más falso.</p> <p class="rtejustify"> Frances. Posiblemente tus padres no te hablaron sobre ciertas cosas; y por eso fuiste muy honesta contigo misma y con Uyuni. Seguramente, ellos no te advirtieron que, con un comentario tan sencillo; podrías llegar a despedazar la poca autoestima y falta de autocrítica, que tienen todos los que te deshonraron.</p> <p class="rtejustify"> Hay miles, por no decir millones; que jamás se atreverían a decir algo parecido. Solo a ti, que no eres de allí, se te ocurrió la idea de expresar esa verdad. En realidad, a eso le llamamos libertad de expresión; pero para tus verdugos, eso es racismo y discriminación. Ahora han decidido enjuiciarte y no convidarte ni un vaso de agua.</p> <p class="rtejustify"> ¿Sabes qué Frances? No tenías por que disculparte con el argumento de que estabas inconsciente en ese momento. Con eso les diste la razón a tus verdugos y te inculpaste. ¡Pero en fin, ya lo hiciste! Pese a eso, no aceptaron tus disculpas y siguen heridos, porque tu opinión sobre Uyuni ha atravesado cual dardo, esa llaga sensible que tienen, y se llama falta de autoestima y de autocrítica.</p> <p class="rtejustify"> ¿Quieres que te diga una cosa? Si hubieras dicho lo contrario. Por ejemplo: Uyuni es hermoso y parece el jardín del Edén. Hoy serías rica y famosa en <em>likes</em>. Ten la seguridad de que tus jueces y verdugos se hubieran tragado esa píldora, pese a que ninguno conoce el paraíso bíblico más que por sermones de curas. Mejor que no lo dijiste porque, a lo mejor, hasta el cocalero Evo hubiera pensado llevar allí sus hordas para convertir ese jardín en un cato gigante de coca.</p> <p class="rtejustify"> Frances. Para terminar quiero contarte un secreto, y quiero que eso se quede entre nosotros. ¿Sabes dónde radica el problema para la falta de autoestima y autocrítica? Prepárate que lo que te voy a confesar:</p> <p class="rtejustify"> En Bolivia, desde tus cinco años, asistes a fábricas de victimismo, ¡ups! quiero decir escuelas. A esa edad, te obligan a soñar con un mar, a marchar por él agitando una banderita; y a entonar una canción que suena más o menos así: «Yo quiero un mar, un mar azul, para Bolivia...». Luego te meten la versión del roto chileno invasor, que nos quitó nuestro mar en pleno Carnaval. En los últimos 14 años, los niños tenían que leer un librito, sobre las aventuras de Evito. ¡Patético!</p> <p class="rtejustify"> Conforme vas creciendo, viene el tema del español colonizador y genocida, que se robó nuestra plata, y etc, etc, etc. Para rematar y cerrar con broche de oro; te confieso que Bolivia tiene dos himnos; uno oficial, y otro en ritmo de cueca y suena así: «Viva mi patria Bolivia, una gran nación, por ella doy mi vida, también mi corazón...». Pero no tienes que tomarlo muy en serio. Nadie da su vida, menos su corazón; y en tu caso, ni un vaso con agua.</p> <p class="rtejustify">  </p> <p class="rtejustify"> <strong><em>El autor es especialista en integración y gestión de conflicto</em></strong></p>